ZIMBABWE: Mugabe desafía a la Unión Europea

El gobierno de Zimbabwe se negó a acreditar al jefe de la misión de observadores de la Unión Europea (UE) para las próximas elecciones presidenciales del 9 y 10 de marzo.

El embajador de Suecia ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Pierre Schori, ingresó al país pero no fue acreditado como observador, pues pertenece a uno de los seis países del bloque no invitados por Harare a fiscalizar el proceso electoral, dijo el canciller de Zimbabwe, Stan Mudenge.

Nueve países europeos recibieron invitaciones, pero no la UE como bloque, explicó Mudenge el lunes ante la cadena de televisión nacional.

Alemania, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Gran Bretaña y Suecia no fueron autorizados a enviar delegados, pues respaldan a la oposición, sostiene Harare.

La UE, que se propone enviar 150 observadores, advirtió que no será el gobierno de Robert Mugabe el que decida la integración de su misión, y que esperará hasta este miércoles para confirmar el rechazo de sus delegados, en cuyo caso, dispondrá la inmediata aplicación de sanciones contra Zimbabwe.

El equipo de 30 observadores europeos llegados este martes a Harare ignora si el gobierno autorizará su tarea de fiscalización de los comicios.

«No hemos recibido comentarios del gobierno de Zimbabwe y no podemos decir mucho por el momento», dijo Stefan Amer, portavoz de la UE.

Mudenge aseveró que los enviados de la UE tendrán que sumarse a una misión de observación liderada por países en desarrollo. «No acreditaremos una delegación europea por separado, sino una delegación de ACP-UE», dijo el canciller.

Los países del bloque ACP (Africa, el Caribe y el Pacífico) mantienen un estrecho vínculo comercial y político con la UE.

«Cualquier otra persona que venga lo hará como turista, y no hemos prohibido el ingreso de turistas a Zimbabwe», dijo Mudenge.

La hostilidad de Harare hacia el bloque europeo se debe al negativo pronunciamiento de otra misión, también encabezada por Schori, para las elecciones parlamentarias de junio de 2000, que no fueron «ni limpias ni libres», según los observadores.

Mugabe, en el poder desde la independencia del imperio británico en 1980, reaccionó acusando a Europa de intentar perpetuar su dominio colonial.

Las sanciones previstas por la UE comprenden la confiscación de activos en el exterior de Mugabe, su familia y miembros de la elite del gobernante Frente Patriótico-Unión Nacional Africana de Zimbabwe (ZANU-PF), la limitación de viajes a sus estados miembros y la suspensión de la asistencia al desarrollo.

En las últimas semanas, el gobierno intentó mejorar su imagen internacional, invitando a delegaciones de la Comunidad para el Desarrollo de Africa Austral (SADC), la Organización de la Unidad Africana (OUA), la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (ECOWAS), el Mercado Común de Africa Oriental y Austral (COMESA) y el Movimiento de No Alineados (Noal).

Pero, organizaciones de derechos humanos advirtieron sobre el clima de violencia que se agravó por la campaña electoral.

Mugabe, próximo a cumplir 78 años, afronta una creciente presión internacional y el riesgo de perder la presidencia a manos del opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC).

Según el Foro de Derechos Humanos de Zimbabwe 16 personas en enero como consecuencia de la violencia política.

El MDC denunció que desde enero del año pasado, 150 partidarios fueron asesinados por veteranos de la guerra de la independencia y simpatizantes del ZANU-PF.

El partido gobernante acusa al MDC de ser una organización terrorista que busca desestabilizar el país. (FIN/IPS/tra- en/lm/mn/lp/dc/ip hd/02

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