VENEZUELA: Chávez apunta a los obispos

El presidente Hugo Chávez intenta «resquebrajar» a la Iglesia Católica, de fuerte influencia en Venezuela, y para lograrlo ataca a la jerarquía eclesiástica, como lo ha hecho con otras instituciones, aseguraron obispos y analistas.

El obispo José Luis Azuaje, secretario de la Conferencia Episcopal Venezolana, dijo a IPS que los últimos cuestionamientos públicos de Chávez contra líderes católicos tuvieron el objetivo de debilitar a toda la institución.

Azuaje salió así al cruce de la acusación de Chávez de que la jerarquía católica es «un tumor para la democracia venezolana», lanzada en un encuentro con diplomáticos y en respuesta a un comentario crítico del nuncio apostólico (embajador del Vaticano), cardenal André Dupuy.

«Sería una verdadera lástima que una radicalización o politización excesiva del actual proceso de cambios pusiera en segundo plano (…) los objetivos humanísticos de la revolución bolivariana», declaró Dupuy el 24 de enero, en el acto de salutación del cuerpo diplomático.

Esa opinión es común al resto de los embajadores acreditados en Venezuela, aseguró el nuncio apostólico.

Chávez, cuatro días después de ese intercambio crítico, le señaló al cardenal de Caracas, Ignacio Velasco, desde su programa radial «Aló, presidente», que debía confesar sus pecados y comulgar.

En esos días también fueron colocados afiches junto a las iglesias capitalinas en los que se indicaba que los obispos no estaban del lado de los pobres.

El ataque «a quienes dirigen las instituciones» es para «resquebrajarlas, como sucede con los dueños de los medios (de comunicación), la dirigencia sindical, líderes empresariales y también con la jerarquía católica, en especial con algunos obispos de la Conferencia Episcopal», puntualizó Azuaje.

Chávez, aunque ha mencionado los nombres de algunos obispos en sus críticas, sostuvo que el enfrentamiento es parte del proceso de cambios políticos e institucionales que se lleva a cabo desde que llegó al poder en febrero de 1999 y puso en marcha su «revolución social bolivariana».

Las disputas con sindicatos, empresarios y prelados ocurren porque «no entienden que el país ha cambiado y que se acabaron sus privilegios (…) Ahora es la hora del pueblo», ha señalado el mandatario.

A juicio Azuaje, es lamentable el punto en que están las relaciones con las autoridades, porque la Iglesia Católica «ha venido cumpliendo un papel fundamental en el país, no sólo en lo espiritual sino también en la promoción humana y social y, se reconozca o no, la Iglesia ha sido exitosa en ese ámbito».

La Conferencia Episcopal Venezolana había emitido a comienzos de enero un documento en favor del diálogo nacional y el propio cardenal Dupuy se reunió con representantes de los poderes públicos para buscar caminos concretos de acercamiento.

Sin embargo, los obispos venezolanos decidieron el 28 de enero no concurrir a una reunión que ellos mismos habían solicitado a Chávez y que éste, en su programa radial y después de atacar a los obispos, aceptó hacerla en su despacho.

«No nos cerramos al diálogo, reiteramos ese afán y podríamos proponerlo nosotros en el futuro cuando se vea que hay voluntad de escuchar, de entender y de respetar a la Iglesia como institución», recalcó Azuaje.

La decisión de no asistir al encuentro con Chávez dividió las opiniones entre creyentes católicos.

Algunos indicaron que los obispos debían acudir y dar una respuesta de altura, pese a los ataques del gobierno, mientras que otros señalaron que la presencia de los prelados en la cita era hacerle «el juego» al mandatario.

Arturo Sosa, provincial de los jesuitas en Venezuela y politólogo, apuntó que la composición interna de la Iglesia Católica «es muy parecida al país de 1998 (cuando triunfó Chávez), donde la mayor parte sintoniza con la propuesta de transformación de la sociedad, sin que eso sea un apoyo político».

Sosa comentó a IPS que en el panorama venezolano, con buena parte de las instituciones muy desprestigiadas, «Chávez se encuentra con una Iglesia que compite con su liderazgo».

«La Iglesia Católica es una de las pocas instituciones del país que tiene algún grado de liderazgo», explicó.

«Chávez siempre ataca a la cúpula de la Iglesia, como si quisiera aprovechar la base católica que tiene empatía con el proceso que él encabeza, quitándose el lastre de lo que pueda significar una dirección distinta a la suya», aseguró Sosa.

El sacerdote precisó que el presidente, quien siempre cita frases bíblicas y se dice cristiano, con sus enfrentamientos, «más que dividir en dos, lo que está buscando es descabezar a la dirección de la Iglesia Católica».

Chávez protagonizó una acción en ese sentido el 23 de enero, cuando participó de una misa en una zona popular de Caracas, con sacerdotes «identificados con la necesidad del pueblo, que escuchan al pueblo», según dijo, y que contrapuso con los obispos, a los cuales asoció con la «corrupción y riqueza».

Las diferencias del gobierno con la Iglesia no son nuevas, aunque han tomado relevancia a comienzos de enero, pues ya se hicieron públicos otros roces los dos años anterioes.

El ministro de Defensa, José Vicente Rangel, quien en otro momento promovió acercamientos con la Conferencia Episcopal, señaló en noviembre que los documentos de los obispos venezolanos «parecen ser hechos por la oposición». (FIN/IPS/ac/dm/cr ip/02

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