Un acuerdo alcanzado este viernes por los ministros de Justicia de la Unión Europea (UE) para negociar un tratado de cooperación judicial con Estados Unidos deja en evidencia diferencias entre ambas partes respecto de los derechos humanos y la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.
Los europeos demandan atacar las raíces económicas y sociales del terrorismo y de los conflictos bélicos, y que toda acción de fuerza en el plano internacional se realice por mandato de la Organización de las Naciones Unidas y no de manera unilateral.
El acuerdo fue alcanzado por los ministros de Justicia de los 15 países de la UE en la reunión celebrada en la noroccidental ciudad española de Santiago de Compostela.
El comisario de Asuntos Exteriores de la UE, Chris Patten, el primer ministro francés Lionel Jospin y los ministros alemanes Joschka Fischer, de Relaciones Exteriores, y Rudolf Scharping, de Defensa, entre otros funcionarios europeos, cuestionaron en días anteriores la política estadounidense contra el terrorismo.
Los ministros de Justicia dijeron compartir la necesidad de lograr un «acuerdo político» para negociar un tratado de extradición y asistencia judicial con Estados Unidos «que salvaguarde los principios y valores europeos».
El tratado deberá contener garantías de juicio justo y de no aplicación de la pena de muerte a las personas extraditadas a Estados Unidos, precisó el ministro de Justicia español Angel Acebes, presidente de la reunión en Santiago de Compostela.
«Los acuerdos que se alcancen con Estados Unidos deberán contemplar los límites, en el marco del respeto de los derechos y libertades fundamentales, recogidos en los ordenamientos jurídicos y constituciones de los estados miembros de la Unión (Europea), así como las garantías procesales», dijo Acebes.
El británico Patten había afirmado el 10 de este mes que los hechos desencadenados por los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos dejaron en evidencia el lado oscuro de la globalización.
«Ahora sabemos a qué nos pueden llevar las grandes injusticias de la economía global», dijo el comisario europeo. Después de todo lo ocurrido se ha tomado conciencia de que es necesario «atacar las causas que se encuentran en la raíz del terrorismo y la violencia», añadió.
«Las bombas inteligentes tienen su lugar, pero el desarrollo inteligente es mucho más importante», dijo Patten al diario británico The Guardian, al tiempo que calificó la política antiterrorista estadounidense es «absolutista y simplista».
La inclusión por parte del presidente estadounidense George W. Bush de Corea del Norte, Irán e Iraq en un «eje del mal» patrocinante del terrorismo fue considerada por Patten «más retórica que sustancia».
Mientras, el ministro de Defensa francés Alain Richard sostuvo que la declaración de Bush revela una «opción maximalista», y Scharping subrayó que «Estados Unidos aprenderá que el combate contra el terrorismo no es sólo militar, y que en el futuro necesitará amigos y socios».
Las críticas europeas a la política exterior de Washington también se refirieron al conflicto palestino-israelí.
«Los europeos no estamos de acuerdo con la política de Washington en Medio Oriente y consideramos un error apoyar la política de pura represión de Ariel Sharon», puntualizó el canciller francés Hubert Védrine.
Pero lo que más preocupa a los europeos es la escasa importancia que tiene en Washington la posición de sus aliados. «Pese a todas las diferencias de peso y tamaño, las alianzas entre democracias no se basan en el seguidismo. Una cosa son los socios y otra los países satélites», sostuvo el alemán Fischer.
«Gulliver no puede hacerlo solo, y no creo que sea útil que nos veamos a nosotros tan liliputenses que no podamos manifestarnos y decirlo», dijo Patten a The Guardian.
El 8 de este mes, el francés Jospin había recomendado a Estados Unidos no ceder ante «la fuerte tentación del unilateralismo».
Operaciones decididas en solitario por Estados Unidos en sus bombardeos de 1999 contra Yugoslavia y en la guerra en Afganistán causaron molestias incluso en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), alianza militar en que Estados Unidos y Europa tienen un papel preponderante.
El secretario general de la OTAN, George Robertson, replicó con molestia las declaraciones del subsecretario de Defensa estadounidense Paul Wolfowitz, según las cuales «la alianza determina la misión, pero no la ejecuta».
Robertson, de nacionalidad británica, sostuvo que «una coalición permanente siempre es mejor que una provisional» y que está dispuesto a «reinventar» la OTAN para evitar que Estados Unidos aplique decisiones unilaterales.
En cambio, la ex primera ministra británica Margaret Thatcher (1979-1990), del opositor Partido Conservador (el mismo al que pertenece Patten), se alinea claramente del lado de Bush.
«Los aliados de Estados Unidos, y sobre todo los británicos, deben incrementar aún más su decidido apoyo a Bush en todas las decisiones que tome sobre el problema de Iraq», afirmó Thatcher.
«Estados Unidos tiene un presidente que puede asumir el liderazgo que tan imprescindible resulta para llevar todo esto a buen término» y enfrentar «a esos regímenes delincuentes», dijo.
Por otra parte, Acebes precisó que el acuerdo judicial entre la Unión Europea con Estados Unidos será pionero, pues hasta ahora las relaciones externas en el ámbito judicial han sido cuestión de los estados miembros del bloque.
El convenio con Estados Unidos será el primero de carácter judicial entre la Unión Europea y un país externo al bloque. (FIN/IPS/td/mj/ip/02