Los desórdenes, el vandalismo y la criminalidad se agravarán en Asia-Pacífico, si no se reduce un desempleo juvenil que ha alcanzado magnitud sin precedentes, advirtió este miércoles la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En Asia y el Pacífico viven 33 millones de hombres y mujeres jóvenes sin trabajo, la mitad de la cifra mundial de 66 millones relativa a ese sector de la población económicamente activa.
En algunos países el desempleo es grave y está en ascenso, según la OIT. En Sri Lanka, el desempleo juvenil alcanza a 29 por ciento, en Filipinas, a 25 por ciento, en Corea del Sur, a 15 por ciento y en Japón a casi 10 por ciento.
La región necesita programas educativos innovadores, que otorguen a la juventud la formación que demanda el mercado laboral, sostuvieron funcionarios de OIT al inaugurar el encuentro «Empleo juvenil en Asia y el Pacífico», que se lleva a cabo hasta el sábado en la capital de Tailandia, Bangkok.
«Los gobiernos deben asegurarse que la población joven deje el sistema educativo capacitada para trabajar. Existe un claro divorcio entre lo que produce la educación y lo que el mercado laboral requiere», apuntó Ian Chambers, director de la división Asia oriental de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Chambers urgió a revisar algunos de los programas de entrenamiento laboral juvenil muy buenos en teoría, pero muy poco efectivos en la práctica.
Por ejemplo, hay iniciativas en ciudades como Bangkok, que atraen a la juventud de clase media y alta «que no depende del empleo, pues tiene otras opciones», pero no para «quienes sí necesitan acceder a esos programas, como los jóvenes de (la nororiental zona de) Isaan», afirmó Chambers.
Las autoridades no deberían considerar a la juventud «como un problema», sino como «un aliado para el desarrollo», opinó Saifuddin Abdullah, del Panel de Alto Nivel para la Red de Empleo Juvenil de la Secretaría General de la ONU.
«La participación juvenil debe incorporarse en forma sistemática al proceso de consultas para enfrentar el desempleo», agregó Abdullah.
La falta de empleo afecta más a la población joven que a la adulta y suele ser «tres o cuatro veces superior entre los jóvenes que entre los no jóvenes», explicó el encargado de desarrollo social de la Comisión Económica y Social de la ONU para Asia y el Pacífico, San Yuenwah.
«Por otra parte, las tasas de desempleo son generalmente más altas entre la población educada que entre la menos educada (y) en la mayoría de los países en desarrollo de la región, el desempleo es principalmente un fenómeno urbano», agregó San.
Los expertos también analizaron el subempleo regional, muy extendido entre la juventud en el sector agrícola de Asia sudoriental. «Pese a su potencial (los jóvenes) sólo trabajan durante las temporadas de siembra y cosecha», dijo Chambers.
La OIT también subrayó las consecuencias del crecimiento demográfico regional, que agrava el «explosivo desempleo» y amenaza con minar el desarrollo continental.
«En 2010 la población juvenil del mundo crecerá en 116 millones, alcanzando a casi 1.200 millones de personas. Dos tercios de ese crecimiento se registrará en Asia y el Pacífico», sostiene un documento de la OIT.
El fenómeno del desempleo tiene impacto psicológico en muchachos y muchachas sin trabajo o con trabajos precarios, quienes «sufren baja de su autoestima, exclusión social y empobrecimiento», explicó San.
De hecho, en la crisis financiera que padeció Asia sudoriental en 1997 los jóvenes fueron las primeras víctimas, los primeros que perdieron sus trabajos, o vieron sus salarios recortados o empeoradas sus condiciones laborales.
«En tiempos de crisis los recortes de salarios y la inseguridad en el trabajo afecta especialmente a la juventud», sostuvo Chris Chamberlin, del Banco Mundial.
Aunque los funcionarios de la OIT y expertos de otras instituciones esperan alcanzar propuestas sólidas para colaborar en el combate al desempleo, no ignoran que el crecimiento económico juega un papel central en la creación de puestos de trabajo.
Según el Banco Asiático de Desarrollo, el producto interno bruto regional crecerá este año entre 1 y 1,5, como consecuencia de la recesión de la economía de Japón y de Estados Unidos, afectado en particular por los atentados terroristas del 11 de septiembre en su territorio.
«Sin crecimiento será difícil avanzar en la creación de trabajo», sostuvo Chamberlin.
Sin embargo, las autoridades asiáticas deben considerar las malas previsiones económicas en sus planes de gobierno para no caer en los errores del pasado, estimó Chambers.
«Es una forma de alertar a quienes gobiernan sobre los errores cometidos durante y después de la crisis de 1997, como las medidas adversas a los jóvenes y la escasa atención a la situación negativa que padecieron «, concluyó. (FIN/IPS/tra-eng/mmm/js/dc/lb dv/02