Las autoridades provinciales de Sudáfrica se aprestan a prescribir medicinas antirretrovirales a embarazadas y bebés portadores del virus del sida, tras un acuerdo con el gobierno nacional, que se resiste a aplicar el tratamiento.
El ministro de Salud, Manto Tshabalala-Msimang, decidió autorizar a las provincias desarrollar programas públicos contra el sida independientemente del gobierno central, luego de una reunión con los miembros del Consejo Ejecutivo de Salud de las nueve provincias.
El gobierno de Thabo Mbeki cedió así a la presión de organizaciones médicas, activistas e incluso de gobiernos provinciales que responden al Congreso Nacional Africano (ANC), el partido del presidente.
El sistema de salud pública se ha negado a entregar medicación antirretroviral, por instrucciones del gobierno.
Uno de cada nueve sudafricanos, unos 4,7 millones de personas, viven con el VIH. Se estima unas 200.000 personas morirán este año a causa del sida en este país.
El Departamento (ministerio) de Salud se ha negado a utilizar las nuevas terapias antirretrovirales con el argumento de que es tóxica y podría no ser eficaz para prevenir la expansión del VIH y el sida.
Además, sostuvo que carece de la infraestructura y la capacidad médica para controlar y supervisar la evolución de las personas tratadas con esas medicinas.
El ministro Tshabalala-Msimang tiene el respaldo del presidente Mbeki, cuestionado incluso en el extranjero por haber dicho que el sida no es causado por el VIH.
Los programas oficiales se limitan a la acción de centros experimentales, dos por cada provincia, que entregan un solo medicamento, el Nevirapine, a un pequeño número de madres y bebés infectados.
La provincia de Cabo Occidental, gobernada por el opositor Partido Nacional, es la única que por el momento introdujo a gran escala el tratamiento antirretroviral para embarazadas portadoras del VIH (virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida.
El consenso de los expertos internacionales es que el VIH causa la enfermedad del sida, y numerosas evidencias médicas indican que una combinación de medicamentos antirretrovirales permitió reducir los niveles de la pandemia en muchos países.
Médicos sudafricanos, tanto del sector público como del privado, han censurado la posición del gobierno, y sostienen que medicamentos como el Niverapine son eficaces para prevenir que el virus se transmita de las madres embarazadas a sus bebés.
El Colegio de Medicina de Sudáfrica declaró el día 5 que la negativa del Departamento de Salud a entregar medicinas contra el sida a mujeres embarazadas es «poco ética».
La administración de sustancias antirretrovirales a las embarazadas podría salvar las vidas de unos 70.000 bebés al año, según estimaciones esgrimidas por el Colegio de Medicina.
La Asociación Médica Sudafricana, que nuclea a 70 por ciento de los profesionales, apoyó a los que desafiaron la negativa del gobierno a entregar medicación a gran escala.
Medicinas antirretrovirales genéricas procedentes de Brasil ya ingresaron al país, informaron la no gubernamental Campaña de Acción y Tratamiento (TAC) y el Congreso de Uniones Sindicales Sudafricanas, la mayor federación de trabajadores del país y aliada política del ANC.
Los medicamentos serán usados en un programa de la organización internacional Médicos Sin Fronteras en Khayelitsha, localidad cercana a la sudoccidental Ciudad del Cabo.
Un tribunal de la septentrional ciudad de Pretoria ordenó al gobierno entregar Nevirapine a mujeres embarazadas y bebés portadores de VIH, tras una demanda introducidad por la TAC en diciembre.
El fallo, que fue apelado por las autoridades, ordena también al gobierno poner en práctica un plan razonable para evitar la transmisión del VIH de madres a hijos.
La apelación podría insumir años en la Corte Constitucional, por lo que TAC volvió a demandar al gobierno, con la meta de que la justicia lo obligue a acatar la sentencia de primera instancia.
En julio de 2001 las provincias de Cabo Occidental y Kwazulu/Natal desafiaron la política gubernamental y al poner el Nevirapine a disposición de las embarazadas portadoras, aunque la primera de esas jurisdicciones cuenta con un programa masivo.
Los departamentos de salud del resto de las provincias están ansiosos por prescribir los medicamentos antirretrovirales contra el sida, tras las intensas presiones de los activistas y de la comunidad médica. (FIN/IPS/tra-en/as/fk/mn/lp/mj/he/02