Tradiciones religiosas de Africa se oponen a la cremación de cadáveres, pero el aumento de las muertes por sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) obliga a las autoridades a impulsar esa práctica.
Los gobiernos locales disponen de cada vez menos espacio para dar sepultura de modo tradicional a los muertos.
Los cementerios municipales de Harare están colmados, y sólo aceptan el entierro de quienes habían realizado reserva de parcela. El concejo municipal emplea en la actualidad el nuevo cementerio de Granville, en las afueras de la ciudad.
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas contra el Sida (ONUSIDA) señaló que esa enfermedad es la principal causa de mortalidad en Africa subsahariana, donde «unos 3,4 millones de nuevos caso de infección por VIH en 2001 significan que el total de infectados es en la actualidad 28,1 millones».
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) causa el sida.
La agencia calculó que unos 2,3 millones de africanos murieron el año pasado por causas relacionadas con el VIH/sida, y eso ha obligado a reconsiderar la cuestión de los entierros.
Desde 1999, autoridades municipales de Zimbabwe piden a los ciudadanos que consideraran la opción de cremar a los muertos, pero ese llamado ha convencido a muy pocos.
El país tiene más de 11,5 millones de habitantes, y unos 2.500 mueren cada semana por causas relacionadas con el VIH/sida. Tres grandes empresas funerarias de Harare suman unos 75 entierros diarios.
«Realizamos unas ocho cremaciones diarias, en su mayoría de integrantes de familias blancas. Las tradiciones culturales negras prohíben esa práctica», comentó Michael Galiao, de la empresa funeraria Mashfords, en Harare, que tiene más de un millón y medio de habitantes.
Los blancos son menos de uno por ciento de la población del país, que es en total más de 11,5 millones.
«Quemar los cadáveres afecta en forma negativa la resurrección de los muertos, porque en los restos físicos de una persona permanece la clave de su renacimiento», explicó Peter Sibanda, de la Asociación Nacional de Curadores Tradicionales de Zimbabwe.
«Los muertos incinerados o enterrados en ataúdes no resucitarán. El sagrado Corán no permite la cremación, porque sólo Alá puede castigar mediante el fuego», dijo a IPS el musulmán Isah Chakaranje.
La mitad de los 700 millones de habitantes de Africa subsaharana son musulmanes.
«Enterramos a nuestros muertos a dos metros de profundidad, y así será siempre», dijo la keniata Julia Odhiambo, oficinista en Nairobi.
Kenia tiene más de 29,5 millones de habitantes, y allí mueren cada semana unas 3.000 personas debido a causas relacionadas con el VIH/sida, según datos del Ministerio de Salud.
La cremación de cadáveres es muy frecuente entre los hindúes y aceptada por los cristianos.
«La Biblia enseña a honrar a los muertos, pero no indica de qué manera hay que hacerlo», explicó el sacerdote católico Kenneth Makamure, de Harare.
«No creo que sea incorrecto cremar a un cadáver, porque el alma es más importante que los restos físicos», dijo el clérigo anglicano Luke Mbuwayesango, también de la capital zimbabwense. (FIN/IPS/tra-eng/hks/mn/mp/he cr/02