REFUGIADOS-AFRICA: Niñas violadas por trabajadores de ONU

Niñas y adolescentes refugiadas en campamentos de Africa occidental son víctimas de abuso y explotación sexual a manos de trabajadores de organizaciones internacionales y no gubernamentales, aseguró este miércoles una agencia de la ONU.

Una investigación realizada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la organización humanitaria británica Salvemos a los Niños detectó los casos, cuyas víctimas tenían entre 13 y 18 años, en campamentos de refugiados de Guinea, Liberia y Sierra Leona.

El informe responsabiliza de los delitos a personal de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), de fuerzas de seguridad, de organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales y también a funcionarios de gobiernos locales y a líderes comunitarios.

En total, los testimonios recogidos en los tres países responsabilizan de estos abusos más de 40 agencias y organizaciones y a 67 personas, según el informe presentado este miércoles por Acnur.

El portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Juan Martínez, declaró que esa institución pronuncia una condena inapelable contra «esas acciones inaceptables en perjuicio de personas vulnerables».

El representante de la Comunidad de Trabajo Obras de Ayuda Mutua, de Suiza, Peter Niggli, reclamó una «dura sanción para este escándalo». Ninguna organización suiza se encuentra entre las 40 implicadas en los abusos, aclaró.

Un «sentimiento de indignación» expresó el portavoz de Médicos sin Fronteras (MSF), Ives Bellego. MSF, mencionada en el informe, realizará una investigación por su cuenta.

El funcionario de MSF observó que se requiere un remedio para las causas del problema, entre ellas la prolongada permanencia de millones de refugiados en campamentos sin equipos suficientes y la falta de recursos financieros.

Martínez, de la Cruz Roja, se declaró dolorido y consideró que el fenómeno detectado es grave. No hubo personal de esta organización comprometido en el informe.

La investigación Acnur y Salvemos a los Niños consigna que la violencia y la explotación sexual parecen encontrarse extendidas por las comunidades visitadas en Guinea, Liberia y Sierra Leona.

El equipo encabezado por un representante de cada una de esas instituciones y por un consultor independiente entrevistó a 1.500 niños y adultos y recibió información sobre abusos cometidos por 67 personas que trabajan en tareas de protección de refugiados y desplazados.

El intercambio de sexo por dinero y regalos se encuentra al parecer extendido, y la mayoría de los niños entrevistados dijeron que conocían por lo menos a otro niño involucrado en ese tráfico.

Los niños estimaron que a menudo esa era la única opción que tenían para recibir alimentos y colmar otras necesidades, e inclusive para obtener recursos para la educación.

La mayoría de las víctimas eran muchachas apenas adolescentes, de entre 13 y 18 años.

El informe precisa que no se recogieron referencias de explotación sexual de varones adolescentes por parte de hombres. Ese fenómeno puede atribuirse a los tabúes profundos que rodean a la homosexualidad, aventura el documento.

Los explotadores eran con frecuencia hombres de relativo poder e influencia, con acceso a mercancías y servicios o que disponían de fortuna o altos ingresos, según los investigadores.

Esa elite de relativa prosperidad incluía a personal de la ONU, miembros de las fuerzas de paz y trabajadores de organizaciones no gubernamentales.

En los tres países, los empleados de organizaciones no gubernamentales internacionales y locales, como también de las agencias de la ONU, fueron identificados como los más frequentes explotadores sexuales de niñas.

Como instrumento de explotación a menudo utilizaban la ayuda y los servicios humanitarios destinados a beneficiar a los refugiados.

A cambio de sexo con niñas menores de 18 años, entregaban combustible, trigo, cubiertas de plástico, medicinas, transporte, tarjetas de racionamiento, préstamos, cursos de adiestramiento y otros servicios básicos.

Una mujer refugiada en Guinea dijo que en su campamento «nadie conseguía acceso a CSB (soja nutritiva) sin antes tener relaciones sexuales». «Ellos (los explotadores) decían: un kilo por sexo», agregó.

Una niña de un campamento de Liberia puede llegar a recibir el equivalente de 10 centavos de dólar por una relación sexual. Esas monedas apenas alcanzan para comprar un par de frutas o puñado de maníes, explicó el informe.

La investigación de Acnur y Salvemos a los Niños se completa con un plan de acción destinado a fortalecer la protección de las mujeres y los niños refugiados.

Entre las medidas que se proponen, se incluyen el aumento de la seguridad y de la presencia internacional en los campamentos, como también una mayor participación de personal femenino.

También se prevé el establecimiento de un mecanismo que permita a los refugiados presentar sus quejas. Los campoamentos deberán ser diseñados de manera de ofrecer seguridad y privacidad.

La distribución de ayuda y servicios se mejorará para impedir la explotación. Finalmente, se identificará a las niñas más vulnerables, por lo general las acompañadas por uno solo de sus progenitores, o las huérfanas o separadas y las que realizan tareas comerciales en la calle. (FIN/IPS/pc/mj/hd pr/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe