NIGERIA: Cien muertos en enfrentamientos étnicos

Nigeria parece en camino a un nuevo desastre, debido a enfrentamientos entre etnias que causaron un centenar de muertes en la sudoccidental ciudad de Lagos, tras décadas de dictaduras militares de cuyos efectos el país aún no se recupera.

Tropas del Ejército fueron puestas en estado de alerta este martes, luego de que miles de personas abandonaran sus hogares para escapar de los disturbios, en los cuales más de 10 personas fueron quemadas vivas, y la policía perdiera el control de la situación en áreas de la ciudad.

Violentos enfrentamientos comenzaron durante el fin de semana a producirse en Lagos, la mayor ciudad del país y de Africa, entre integrantes de las dos mayores etnias del país, la yoruba, de la región meridional, y la hausa, de la septentrional.

Los participantes en los disturbios se enfrentaron con rifles, machetes, palos y arcos y flechas. Según informes periodísticos, el primer incidente fue el asesinato de un yoruba al cual hausas acusaron de haber profanado una mezquita.

Los hausas son en su mayoría musulmanes, y la mayoría de los yorubas son cristianos o animistas.

Otros informes indicaron que los disturbios se deben a la ira de muchas personas cuyas casas fueron destruidas el 27 de enero por explosiones ocurridas en el almacén de una base del ejército, que causaron la muerte de más de 1.000 personas.

«La violencia desde comienzos de este año busca desestabilizar el país y abrir camino a una nueva intervención política militar», opinó Gabriel Akindele, un analista político de Lagos, de 10 millones de habitantes.

«Creo que eso es impulsado por algunos líderes étnicos de la región septentrional, quienes desean derrocar al presidente (Olusegun) Obasanjo porque no satisface sus expectativas», explicó.

Obasanjo integra la etnia yoruba, pero los electores de la región septentrional lo apoyaron en forma mayoritaria cuando triunfó en las elecciones presidenciales de 1999.

«Hay personas en el Norte que no quieren que Obasanjo sea reelegido, y están decididas a hacer todo lo que puedan para evitarlo, incluso apoyar un golpe de Estado militar. Buscan que el país se vuelva ingobernable», sostuvo Akindele.

Desde la asunción en mayo de 1999 del presidente, más de 15 políticos han sido asesinados, y muchos otros sobrevivieron a intentos de asesinato.

En los últimos meses, actos públicos de partidos políticos se han caracteruizado por incidentes violentos, y los expertos piensan que la escalada puede frustrar la prevista realización de elecciones generales el año próximo.

En 1966, violencia política y asesinatos cometidos por turbas precedieron al primer golpe de Estado militar y a una guerra civil por la independencia de la región sudoriental de Biafra, que duró tres años y en la cual murieron casi un milón de personas.

Abubakar Rimi, ex gobernador del septentrional estado de Kano, dijo que oraba para que Obasanjo «dejara de gobernar por cualquier causa, incluyendo su muerte o un golpe de Estado, por traicionar al Norte cuyos votos lo llevaron al gobierno», en declaraciones publicadas la semana pasada por la revista Tell.

El más famoso de los políticos asesinados desde la asunción del presidente fue Bola Ige, dirigente de la etnia yoruba, quien se desempeñaba como ministro de Justicia cuando le dieron muerte el 23 de diciembre en su casa de Ibadan, capital del occidental estado de Oyo.

El principal sospechoso se entregó a las autoridades y ha incriminado en el asesinato a altos dirigentes políticos

También fueron asesinados Odunayo Olagbaju, parlamentario del sudoccidental estado de Osun, Olayiwola Lawrence, dirigente de Alianza por la Democracia, Eze Okonkwo, del meridional estado de Anambra, y Monday Ndor, parlamentario del meridional estado de Rivers.

En varias ocasiones, grupos políticos han contratado a matones para hostigar a sus adversarios. Así ocurrió el 24 de enero en un acto público del gobernante Partido Democrático del Pueblo en Abuja, interrumpido por personas que realizaron disparos y desnudaron a mujeres.

Obasanjo dijo que «quienes usan la violencia como instrumento para desestabilizar a Nigeria y causar su fragmentación son enemigos de Dios», y anunció que se propone realizar a fines de este mes un cónclave sobre «Violencia y proceso electoral» en el cual participen políticos de todos los partidos.

«Dios, en su infinita sabiduría, nos puso a vivir juntos, primero en la unidad de nuestras familias, luego como integrantes de nuestras comunidades, y por último como ciudadanos de nuestra nación. Quien luche contra esos actos de Dios es un enemigo de Dios, y no puede tener éxito», afirmó.

La frecuencia con que se producen enfrentamientos violentos hace que muchos se pregunten hasta qué punto aprecia el país la democracia que tanto costó recuperar en 1999, comentó.

«Progreso, desarrollo, democracia y madurez dependen de que esas fricciones no amenacen la coexistencia pacífica. Como criaturas racionales, somos capaces de impedir que eso ocurra», sostuvo.

«Deberíamos mantener la fe y el respeto mutuo, y construir sobre esa base normas para administrar nuestra diferencias, a fin de que no degeneren en violencia», enfatizó.

El presidente consideró «inaceptable e intolerable» el súbito enfrentamiento violento entre comunidades que han convivido durante siglos.

«Nuestra gente tiene problemas más que suficientes con la pobreza y la enfermedad, y por cierto se le puede ahorrar la carga adicional de ser carne de cañón al servicio de cínicos buscadores de poder», advirtió.

«Lo menos que se puede decir es que es malvado que alguien se aproveche de la rebeldía de los jóvenes en una situación de gran desempleo», agregó.

«Puede haber violencia en la campaña para las elecciones de 2003, pero estoy seguro de que la democracia continuará en el país», dijo a IPS Segun Aribike, un alto funcinario.

«Los soldados se equivocan si piensan que pueden derrocar a un gobierno elegido en forma democrática con la excusa de incidentes violentos. Tendrán que enfrentarse a los ciudadanos nigerianos si lo intentan», aseguró.

La gente ha visto que «el peor gobierno civil es mejor que el mejor régimen militar», aseveró.

El gobernador del estado de Lagos, Bola Tinubu, había dicho la semana pasada a periodistas que los golpes de Estado militares son «cosa del pasado».

«Ningún militar que piense en forma correcta intentará arrebatar el poder a un gobierno elegido en forma democrática», añadió. (FIN/IPS/tra-eng/to/mn/mp/ip/02

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