El Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México, que en 2000 perdió la presidencia luego de ejercerla durante 71 años, ganó el domingo de forma contundente las elecciones en dos estados.
Mientras, el presidente Vicente Fox celebró este lunes en la casa de gobierno, como lo hacían sus antecesores del PRI, el aniversario del Congreso del Trabajo, central sindical afiliada a ese partido.
«Felicito a los dirigentes, a los sindicatos que integran esta gran organización por su decidida vocación de sumarse al cambio», dijo Fox a quienes, como candidato, había criticado por su alineación con el PRI, pero a los que ahora invita a celebrar en la sede de su gobierno.
El PRI obtuvo el domingo más 60 por ciento de los votos en las elecciones parlamentarias y municipales en el sudoriental estado de Quintana Roo, y más de 51 por ciento en los comicios de diputados en el central estado de Hidalgo, según encuestas a boca de urna y resultados oficiales preliminares.
El PRI permanece y crece gracias a sus compromisos con la sociedad y a los propios errores del gobierno de Fox y de su conservador Partido Acción Nacional, dijo Dulce María Sauri, presidenta del sector político que gobernó México de 1929 a 2000.
La gestión de Fox, que llegó a la Presidencia con una popularidad de 79 por ciento, es aprobada hoy por menos de 50 por ciento de los entrevistados por distintas encuestadoras.
Tras la derrota del PRI en las elecciones presidenciales de 2000, sus opositores y críticos vaticinaron que ese partido caería en una severa crisis y que incluso sufriría divisiones.
Sin embargo, el PRI ganó en casi todas las elecciones locales posteriores y mantiene su unidad a pesar del proceso electoral interno que vive y que definirá por voto universal el día 24 a su presidente entre los dirigentes Beatriz Paredes y Roberto Madrazo.
El gobierno de Fox podrá hacer muy poco si no cuenta con el apoyo legislativo del PRI, señaló el analista del diario El Universal Raymundo Riva Palacio. Eso quizá explique actitudes como la adoptada por el mandatario ante el Congreso del Trabajo.
La mayoría de los escaños en el Congreso legislativo federal responden al PRI, así como la mayoría de las gobernaciones, los parlamentos y los ayuntamientos del país.
Fundado el 18 de febrero de 1966, el Congreso del Trabajo, que afirma tener más de cinco millones de afiliados, siempre fue el brazo sindical del PRI. Gracias a su alineamiento incondicional a sucesivos gobiernos de ese partido, nunca se realizó una huelga general en México.
Observadores atribuyen al Congreso del Trabajo el haber realizado tareas no siempre legales de manipulación electoral para frenar el avance de la oposición y favorecer al PRI.
«Con ustedes, precisamente con ustedes, vamos a transformar el rostro de México, desterrando corrupción, promoviendo eficiencia, sentido de responsabilidad, espíritu emprendedor y ánimo a toda prueba, para superar los retos que enfrentamos en este siglo XXI», señaló Fox este lunes a los sindicalistas.
«Es para mí un honor compartir este momento (el aniversario de la central) con todos y todas ustedes, porque conozco la trayectoria de esta organización y el esfuerzo que ha hecho el sindicalismo mexicano agrupado en este Congreso a favor de sus agremiados», apuntó.
El acto en la casa de gobierno «nos alienta, pues tenemos la convicción de que el (Poder) Ejecutivo reconoce el valor del sindicalismo como elemento indispensable para la solución de los grandes retos nacionales», declaró, por su parte, el líder del Congreso del Trabajo, Leonardo Rodríguez.
Como candidato, Fox prometió emprender, en discusión con todos los sectores involucrados, una reforma laboral profunda, que modernice la relación entre patrones, trabajadores, gobierno y sindicatos.
Ya en el poder, sin embargo, el asunto quedó relegado a segundo plano y no existen avances en la materia, entre otras razones porque el desacuerdo del PRI con algunas de las propuestas de Fox.
Las relaciones entre el presidente y el PRI se mantienen tensas luego de que en enero trascendió que el gobierno investiga un supuesto desvío de dinero de la estatal compañía petrolera Pemex a campañas electorales del hoy partido opositor.
Hay una guerra sucia del gobierno, pero se topará con un PRI fuerte y unido, sostuvo Sauri. Mientras, Fox celebra en la casa de gobierno los 36 años de la central obrera que fue uno de los principales soportes de los gobiernos del PRI. (FIN/IPS/dc/mj/ip/02
