Los presidentes del Mercosur, de Bolivia y de Chile aseguraron este lunes en la capital argentina que la liberación cambiaria adoptada por este país permitirá avanzar más rápido en la integración, aunque subsiste cautela respecto de crear una moneda común.
La cumbre del Mercosur (Mercado Común del Sur), que retomó la reunión suspendida el 20 de diciembre en Montevideo a raíz de la crisis institucional de Argentina y de la renuncia a la presidencia de Fernando de la Rúa, sirvió para respaldar a Eduardo Duhalde, que encabeza el gobierno argentino desde el 1 de enero.
Los mandatarios Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, Luis González Macchi, de Paraguay, Jorge Batlle, de Uruguay, Jorge Quiroga, de Bolivia, y Ricardo Lagos, de Chile, emitieron una declaración de «solidaridad» con Duhalde y pidieron «comprensión» hacia Argentina a los organismos multilaterales de crédito.
Cardoso, quien negó que vaya a coordinar con varios países un paquete de ayuda financiera para Argentina, explicó que su gobierno hará «lo posible» para que se concrete el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que este país pueda superar el colapso económico.
«Sabemos que la ayuda requiere esfuerzos, pero creemos que Argentina ya los está haciendo, y no es justo pedir eso primero para otorgar después la ayuda», declaró, al precisar que la asistencia del FMI debe ser «simultánea».
El presidente brasileño recalcó que procura «ampliar el grado de información de países líderes sobre la necesidad de otorgar una ayuda eficaz a Argentina», y dijo que ese apoyo no debe provenir de América latina, «que es pobre», sino de las naciones «que más tienen».
Por otra parte, los gobernantes del Mercosur y de los países asociados Bolivia y Chile expresaron alivio por la derogación en Argentina del régimen de convertibilidad, que mantuvo por 11 años la paridad de un peso-un dólar.
Quiroga dijo, incluso, que para el Mercosur era «una dificultad no reconocida» que persistió por muchos años.
«Modificar el régimen cambiario implica enfrentar serias dificultades, pero también es una oportunidad para avanzar en la integración dentro del Mercosur y también con los países andinos (la Comunidad Andina de Naciones, conformado por Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela)», dijo el presidente boliviano.
«Tenemos ahora la oportunidad de ir a una integración verdadera», subrayó.
Lagos coincidió con Quiroga al indicar que la liberación cambiaria en Argentina «es un elemento muy importante que debe resaltarse, pues todos tenemos ahora sistemas de cambio similares lo cual hace que sea más fácil avanzar» en la integración regional.
No obstante, el mandatario chileno señaló que hizo a Duhalde una advertencia. «Le dije al presidente (argentino) que la clave para avanzar luego de una devaluación es que no haya inflación».
A modo de ejemplo, Lagos apuntó que en los últimos dos años en su país se registró una depreciación de 25 por ciento de la moneda local frente al dólar, mientras que la inflación sólo alcanzó a dos por ciento.
Así, la creación de una moneda común del bloque fue tomada con cautela en la cumbre, pese a que en la reunión técnica de la semana pasada parecía más cercano con la iniciativa de implementar un Instituto Monetario del Mercosur.
Para Lagos, la moneda debe ser el resultado de muchos años de coordinación macroeconómica en la región.
Al respecto, Martín Redrado, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la cancillería argentina, dijo a IPS que para anunciar la creación del Instituto Monetario habrá que esperar a la cumbre de junio, a fin de evaluar la estabilidad macroeconómica argentina a partir del nuevo régimen cambiario.
Argentina derogó la ley de convertibilidad el 1 de enero y estableció de inmediato un sistema de cambio dual, con un dólar oficial fijado en 1,40 pesos por unidad y un mercado libre de cambios que llegó a cotizar la moneda estadounidense hasta dos pesos.
Sin embargo, una semana atrás se adoptó un sistema único de libre flotación de divisas.
Por otra parte, Redrado informó de la creación de un tribunal de resolución de controversias del bloque.
Los presidentes firmaron al respecto el llamado «Protocolo de Olivos» (nombre de la localidad cercana a Buenos Aires donde está ubicada la residencia presidencial) que crea un «tribunal permanente» de revisión de conflictos intrabloque.
El tribunal, que tendrá sede en Asunción, será la única instancia a la que apelen los países del bloque, que hasta ahora se manejan con tribunales «ad hoc» según los casos que presentaran conflicto de intereses.
La cumbre del Mercosur también emitió un comunicado en el cual se reafirman los compromisos de integración, de continuidad democrática, de justicia social y lucha contra el terrorismo y para avanzar en la coordinación económica con Bolivia y Chile.
Los presidentes expresaron interés en el avance de las gestiones para un acuerdo comercial entre el Mercosur y Estados Unidos, y su apoyo a las tratativas bilaterales en el mismo sentido entre Santiago y Washington.
Tampoco pusieron reparos a los contactos entre Uruguay y Estados Unidos para tratar de iniciar negociaciones para una alianza comercial bilateral.
«No», respondió cortante Batlle cuando fue consultado si sus pares del bloque le habían hecho algún planteo por su acercamiento unilateral con Washington, en el marco de la visita oficial realizada la semana pasada.
«Conversamos del interés de todos de avanzar en acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, Europa y los países andinos», aseguró Batlle.
Respecto de las negociaciones del Mercosur con la Comunidad Andina de Naciones, el comunicado confirma «con énfasis» su interés en concluir el proceso para crear un área de libre comercio entre ambos bloques antes de junio.
También se expresó expectativa de que haya avances en ese sentido en la reunión a realizarse entre las partes del 5 al 7 de marzo. (FIN/IPS/mv/dm/if/02