MEDIO ORIENTE-ESTADOS UNIDOS: Caminos cerrados

La embestida propagandística occidental contra el mundo islámico y los países árabes lleva a muchos en Medio Oriente a preguntarse por qué Estados Unidos los odia.

¿Por qué nos odian?, fue la pregunta que se formuló buena parte de la sociedad estadounidense ante las ruinas que dejaron en Nueva York y Washington los atentados terroristas del 11 de septiembre. Poco después, Estados Unidos dirigió sus acusaciones hacia el extremista islámico saudita Osama bin Laden y su red Al Qaeda.

Sobran evidencias de que Occidente odia a Medio Oriente, a los musulmanes y a los árabes más que a ningún otro enemigo, afirmaron periodistas, intelectuales y analistas en la capital de Egipto.

«Una forma de saber quién odia a quién es analizar quién inició los actos de odio y por cuánto tiempo», opinó Anas Fodah, periodista de bab.com, un conocido portal de noticias y análisis en árabe de la red informática Internet.

El libro del politólogo estadounidense Samuel «Huntington ('El choque de las civilizaciones') puso en marcha esa provocativa idea en Occidente y no aquí. Los musulmanes no construimos ese concepto ni lo suscribimos», dijo Fodah.

El periodista también se refirió al ejemplo de varios escritores islámicos y no islámicos que crearon obras antimusulmanas y fueron saludados como héroes en Occidente, pese a la furia del mundo islámico.

El indio-británico Salman Rushdie, cuyo libro «Versículos satánicos» fue ofensivo para los sentimientos musulmanes en varios lugares del mundo, es apreciado por los occidentales por su obra literaria, dijo Fodah.

En 1989, el ayatolla Ruhollah Jomeini, líder espiritual de Irán, emitió un edicto o fatwa islámica, condenando a muerte a Rushdie, por ser autor de un libro a su juicio blasfemo.

De igual modo, Taslima Nasreen, de Bangladesh, y el escritor egipcio Nasr Hamid Abuzeid cuestionaron la divinidad del Corán, el texto sagrado musulmán.

Columnistas de El Cairo recordaron que la obra del trinatario V.S. Naipaul «Among the Believers» (Entre los creyentes) — laureado el año pasado con el premio Nobel de Literatura— contiene una polémica descripción de viajes a través de sociedades musulmanas, muy elogiada por la revista estadounidense The New Republic.

Se trata del «trabajo más notable que ha aparecido en mucho tiempo sobre el Islam contemporáneo», opinó la revista, de tendencia derechista y conocida por sus posturas antiárabes.

«La perversa campaña contra el Islam en la prensa occidental está ganando ferocidad. Se vuelve más y más agresiva, desde la falsificación de versos del Corán en Internet hasta malintencionadas descripciones en la prensa», afirmó en un artículo el poeta egipcio Farouq Gewida.

Muchos sitios de Internet ubicados en países occidentales se burlan del Corán cambiando, por ejemplo, las palabras del texto sagrado por insultos, y presentando la versión como el texto original de 14 siglos, sostuvo Gewida.

Malasia y Bangladesh, entre otros países, prohibieron una edición de la revisa estadounidense Newsweek que presentaba una imagen del profeta Mahoma, no porque fuera ofensiva, sino porque la publicación de imágenes de los profetas se considera una idolatría inaceptable.

La prensa de Estados Unidos se muestra insensible ante el Islam y los árabes, al eludir su responsabilidad en el debate sobre el futuro de la guerra contra el terrorismo que lleva a cabo el gobierno de George W. Bush, afirmaron analistas políticos de El Cairo.

Tanto el público como la prensa árabe se escandalizan porque la prensa occidental se atribuye equilibrio y exactitud, mientras presenta a presuntos expertos occidentales en el Islam, ignorando a universitarios musulmanes que podrían dar una interpretación más representativa de la cuestión y de los grupos militantes, en particular.

Mientras muchos ciudadanos musulmanes bautizan a sus hijas con nombres occidentales como Cindy o Nancy, Zainab, el nombre de la hija de Mahoma, o Khadija, nunca son considerados por las familias occidentales, agregó Gewida.

«El hombre musulmán que vive cerca del río bautizó a su hija Mary y a su hijo Moses. Es un hombre simple, que nunca lee la prensa occidental, ni escucha los maléficos pronunciamientos contrarios al Islam, y por tanto aún respeta los credos de otros pueblos», sostuvo el poeta.

En entrevistas, conversaciones, cartas a la prensa y sitios de Internet, la opinión pública árabe percibe el rechazo de la prensa y ciudadanos estadounidenses.

El estudiante universitario Usama Soltan aseguró que cuando ingresa a los ámbitos de conversación en Internet «escucho todo tipo de vulgaridades sobre nosotros».

Intelectuales y analistas de prensa y televisión respetados en Egipto, efectúan descripciones y comentarios agresivos, como Chris Matthews, de la cadena de televisión MSBNC, el historiador de la Universidad de Princeton Bernard Lewis, y el evangelista Franklin Graham.

Impertérrito, Lewis enarboló un puñado de versos del Corán que, aseguró, legitiman la violencia contra los no creyentes y confirman que el terrorismo es parte de una larga lucha entre el Islam y Occidente.

Graham, por su parte, culpó al Islam por la violencia y lo calificó como «una maligna y cruel religión».

En cambio «los pronunciamientos antioccidentales fueron aislados o procedieron de parias como (Osama) Bin Laden y los grupos militantes. Y aun en esos casos, los militantes sólo condenaron algunas acciones políticas de Estados Unidos, no su sociedad. Ellos querían gozar la libertad que existe en Estados Unidos y en Occidente», aseguró Fodah.

Según el periodista, la diferencia radica en que «en Occidente, el antagonismo es más común, (y procede de) la prensa, los intelectuales, los libros y los políticos. La verdadera cuestión no es quién odia a quién, sino por qué Occidente nos odia tanto», concluyó. (FIN/IPS/tra-eng/em/aa/dc/ip/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe