MEDIO ORIENTE: Apertura económica como antídoto del terrorismo

La liberalización económica y comercial es la única vía para poner fin al fracaso productivo y a la pobreza que alimentan el extremismo en Medio Oriente, según el Consejo sobre Relaciones Exteriores, con sede en Nueva York.

«La falta de perspectivas económicas y la pobreza cotidiana de la población de Medio Oriente y Africa del Norte contribuyen al extremismo y quizás incluso al terrorismo», sostuvo el no gubernamental instituto de estudios.

La liberalización de la economía y el comercio ofrece la mejor esperanza para el sustento familiar y, por tanto, los países de la región deberían seguir las recomendaciones de instituciones multilaterales como el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC), arguye el informe.

El documento fue redactado por los economistas Bernard Hoekman, del Banco Mundial, y Patrick Messerlin, del Instituto de Estudios Políticos, de París, y prologado por el ex director general de la OMC, Peter Sutherland.

Los autores recomiendan a los gobiernos de Medio Oriente que abran sus economías al comercio internacional, reduzcan del papel del Estado en la actividad productiva y abatan la burocracia y la corrupción, si procuran un crecimiento económico sostenido.

«Una mayor apertura del comercio y las reformas económicas internas pueden reforzarse mutuamente y causar un crecimiento más rápido, menos desempleo y mejores índices de vida», sostuvo Sutherland, presidente de la compañía Goldman Sachs International.

«Los problemas esenciales de esas economías son internos y relativos a la necesidad de nuevas políticas para gobernar la economía interna», agregó.

Hasta hace tres o cuatro décadas, varias naciones de Medio Oriente y Africa del Norte tenían una situación económica similar a la de los países de Asia. El ingreso por persona en Egipto era en los años 50 similar al de Corea del Sur, mientras ahora no llega a 20 por ciento, según el Consejo.

También en los años 50, Arabia Saudita tenía un producto interno bruto (PIB) superior al de Taiwan, pero en la actualidad apenas alcanza a 50 por ciento del PIB taiwanés.

El documento incluye un estudio sobre las empresas regionales, que reafirma la creencia de que las prácticas corruptas y la ineficacia de las reglamentaciones minan las perspectivas de atraer inversión extranjera y lograr crecimiento económico.

«Veinte por ciento de los consultados en el estudio aseguraron que el pago de sobornos constituye, promedialmente, entre dos y nueve por ciento del valor de los productos comercializados», afirma el documento.

Las economías de la región «deben apurar la reforma del sector de servicios», como la banca, «si aspiran a atraer inversión externa», sostuvo el Consejo.

Aunque este estudio se encuentra entre muchos que intentan esclarecer los orígenes de los ataques terroristas del 11 de septiembre contra Estados Unidos, es uno de los pocos análisis estadounidenses que procuran explorar lo que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, calificó como «causas profundas» del terrorismo.

«Afirmar que la pobreza está detrás del terrorismo me parece un análisis superficial. Osama bin Laden (acusado por Estados Unidos de los atentados del 11 de septiembre) y quienes secuestraron los aviones no eran pobres. Arabia Saudita no es pobre. Esta lógica no funciona», opinó Njoki Njoroge Njehu, directora de la red Cincuenta Años es Demasiado.

Si la pobreza fuera la principal razón de la violencia, los países de Africa subsahariana y los estados pobres de América latina deberían estar al frente de las redes terroristas, lo cual no es el caso, afirmó la keniata Njehu, cuya organización se opone a las políticas de las agencias financieras multilaterales.

Aunque el documento suministra muchas recomendaciones, su análisis no avanza demasiado en las causas de la pobreza.

«El Banco Mundial está en su eterna misión de darse una razón para vivir. Ahora afirma que al combatir la pobreza se combate el terrorismo», dijo Njehu.

Para la activista, el terrorismo tiene que ver con «la población que se siente no respetada y carente de poder». Las naciones occidentales continúan respaldando a regímenes «despóticos» de la región y promoviendo reformas económicas que privan a la población de control sobre la misma.

La organización Cincuenta Años es Demasiado rechaza el argumento de que «la pobreza es el caldo de cultivo del terrorismo», pues «es como decir que la gente pobre es un peligro para nosotros», concluyó Njehu. (FIN/IPS/tra-eng/em/aa/dc/if ip/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe