LIBERIA: Avance rebelde hacia capital causa desplazamiento masivo

Los combates en Liberia entre fuerzas gubernamentales e insurgentes se producen cada vez más cerca de Monrovia, y miles de personas huyen llenas de pánico.

La estratégica zona de Clay Junction, a unos 35 kilómetros de la capital, es escenario de intensos combates, y su control ha cambiado de manos por lo menos dos veces en los últimos días, según informes periodísticos.

«En la actualidad, nuestras fuerzas controlan Clay con firmeza, y nos aseguramos de proteger las vidas del pueblo liberiano», afirmó el ministro de Información, Reginald Gooderidje.

Los insurgentes, del grupo Liberianos Unidos por la Reconciliación y el Desarrollo (LURD, por sus siglas en inglés) señalan que su actual objetivo es ingresar a Monrovia y derrocar al presidente Charles Taylor, elegido en 1997 y ex líder rebelde.

LURD opera desde hace unos dos años, y al comienzo concentró sus actividades en el noroccidental condado de Lofa, desde bases en la vecina Guinea. Su progresivo avance, que atribuye a deserciones en las fuerzas del gobierno, trasladó los combates al occidental condado de Gbapolu, en las cercanías de la capital.

El ministro de Defensa, Daniel Chea, ha admitido que las autoridades pierden terreno, y Taylor impuso un estado de emergencia que le da poderes especiales para adoptar decisiones bélicas y disponer el arresto de presuntos disidentes.

Desde comienzos de esta semana, han sido arrestados cientos de presuntos integrantes de LURD, y según informes periodísticos la Aunidad Antiterrorista ha llevado a cabo ejecuciones sumarias.

Las dificultades afrontadas por el gobierno son aun más importantes debido a sanciones impuestas al país por el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Esas sanciones incluyen la prohibición de la venta de armas a Monrovia, de viajes internacionales de altos funcionarios gubernamentales y de la compra al país de madera, una de los principales productos que se exportan.

La ONU sostiene que Taylor apoya al insurgente Frente Unido Revolucionario de la vecina Sierra Leona, al cual suministra armas a cambio de diamantes producidos en áreas controladas por esa organización.

Además, el gobierno tiene muy malos antecedentes en materia de respeto por los derechos humanos, en especial debido a las actividades de su Unidad Antiterrorista, que hostiga en forma notoria a políticos opositores y al conjunto de la población civil.

«Taylor debe irse. Es claro que estamos frente a un monstruo que no respeta las leyes ni las libertades fundamentales», comentó el exiliado especialista en ciencias políticas Joe Riley.

«Los terroristas de LURD no podrán obligarme a abandonar a mi pueblo. Nos quedaremos aquí para responder a sus ataques», aseguró el presidente.

Miles de civiles se han visto obligados a abandonar sus hogares debido a la guerra civil, y grandes cantidades de refugiados provenientes de Sierra Leona también han debido escapar de los campos para desplazados en los cuales residían, según periodistas y activistas por los derechos humanos.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados estudia cómo repatriar a los refugiados provenientes de Sierra Leona, para que puedan participar en las elecciones que se prevé realizar en ese país dentro de unos tres meses.

Muchos de esos refugiados han denunciado ser víctimas de hostigamiento por parte de ambos bandos en conflicto.

En la actualidad, el gobierno lleva a cabo una campaña de reclutamiento de jóvenes para combatir a los insurgentes, que incluye a mujeres y a menores de 18 años de edad, como las que solían realizarse durante anteriores guerras civiles en los años 90.

Agencias defensoras de los derechos humanos y por la protección de la infancia han condenado con vehemencia la forma en que Taylor conduce la guerra, y reclamado mayores garantías para la población civil, y en especial para mujeres y niños.

El Consejo de Seguridad expresó el lunes su preocupación por la escalada del conflicto, pero no ha adoptado medidas de importancia para afrontar la situación.

Oluyemi Aseniji, enviado especial en Sierra Leona del secretario general de la ONU, Kofi Annan, advirtió que el aumento de combates en Liberia puede tener consecuencias negativas para ese país vecino, donde el foro mundial tiene desplegada su mayor fuerza de mantenimiento de la paz, de unos 17.000 integrantes.

Esas consecuencias pueden incluir aumento del flujo de refugiados hacia Sierra Leona y agravamiento de problemas de seguridad en ese país, explicó.

Las autoridades de Sierra Leona han dispuesto un masivo despliegue de tropas en la frontera con Liberia, con la intención declarada de evitar una propagación del conflicto.

La guerra civil en Sierra Leona comenzó en 1991, dos años después del inicio de un conflicto en Liberia. (FIN/IPS/tra- eng/lf/mn/mp/ip/02

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