El II Foro Social Mundial convocó en la meridional ciudad brasileña de Porto Alegre a quienes participaron de sus debates y conferencias a buscar en sus países los medios de aplicar alternativas a la globalización y el neoliberalismo.
Una colorida ceremonia de cierre marcó el martes pasado el fin de intensos debates y del intercambio cultural entre delegados de todo el mundo reunidos desde el 31 de enero en el sur de Brasil.
«Este foro profundizó el proceso de desarrollo de alternativas viables» a la opresión y la pobreza generada por la política económica neoliberal, dijo en la conferencia de prensa final un integrante del comité organizador del Foro.
«El Foro Social Mundial es un espacio para construir la paz. Debemos luchar contra la guerra y la opresión y el foro nos da esta oportunidad», afirmó.
«Un mundo nuevo es posible. Todo lo que se necesita es la voluntad de hacerlo», agregó el portavoz, retomando la consigna que gobernó la segunda edición del Foro.
Más de 5.000 organizaciones de la sociedad civil representadas en la reunión resolvieron en la asamblea final redoblar su participación en la campaña contra la deuda externa, la guerra y la agenda económica de las corporaciones transnacionales.
El Foro Social Mundial se organiza como alternativa al Foro Económico Mundial, representado por la elite empresarial y política, que este año sesionó del 31 de enero al 4 de febrero en Nueva York, aunque tradicionalmente se reúne en la localidad montañosa de Davos, Suiza.
El foro de Porto Alegre congregó a más de 3.500 periodistas y a 467 diarios, 195 revistas, 188 estaciones de radio y 110 canales de televisión.
El Foro Social Mundial es «el comienzo de un movimiento internacional contra la guerra, contra la Organización Mundial de Comercio y contra la política de Estados Unidos», dijo Hassan Barghouthi, director general del Centro Democracia y Derechos de los Trabajadores de Palestina.
«Estamos defendiendo nuestros derechos y nuestra dignidad, y ya no nos callaremos», aseguró Barghouthi.
Aunque Porto Alegre fue ciudad anfitriona de las dos primeras ediciones del Foro, durante las sesiones de este año se manejó la idea de trasladarlo a otros países.
«Pero simbólicamente queremos mantenerlo en el Sur, donde viven los colonizados y los oprimidos», puntualizó Chico Whitaker, representante de la comisión de paz y justicia del Consejo Nacional de Obispos de Brasil.
Por último, se decidió que el año próximo, el Foro volverá a reunirse en Porto Alegre, aunque hay un acuerdo de palabra para que en 2004 la sede se localice en India.
El entusiasmo alcanzado en Porto Alegre llevará a muchas organizaciones no gubernamentales (ONG) a participar de la Cumbre Mundial de Desarrollo Sustentable, denominada Río + 10, a celebrarse en septiembre en Johannesburgo, Sudáfrica.
Vandana Shiva, física nuclear y activista de las Fundaciones de Investigación para la Ciencia de India, dijo que la historia demostró que los gobiernos usaron de excusa el fracaso de los compromisos asumidos en conferencias anteriores, como la Cumbre de la Tierra de 1992, para profundizar la globalización en lugar de intentar reformas.
Los delegados de Africa evaluaron positivamente las reuniones de Porto Alegre y destacaron que esta vez, sus preocupaciones lograron un lugar destacado en la agenda general, a diferencia de otras conferencias internacionales, en que quedan relegados.
«En comparación al año pasado, hubo más participación de Africa, que logró hablar por todo el continente, en lugar de que sólo las ONG del norte se refirieran a esa región», comentó Charles Mutasa, de la Organización Africana sobre Deuda y Desarrollo, con sede en Zimbabwe.
El grupo africano llamó a los gobernantes del continente a desarrollar y fortalecer los sistemas nacionales y regionales de control de los flujos de capital.
Así mismo, demandó que los países del Norte industrial asuman la responsabilidad de controlar el mercado de capitales y de crear formas de aumentar la liquidez internacional, para colaborar con el desarrollo de los países pobres. (FIN/IPS/tra- en/lm/rd/lp/dv/02
