El cultivo comercial de cacao en Brasil y Ghana es una alternativa rentable para pequeños agricultores y permitiría preservar algunas de las áreas ecológicas más amenazadas de la tierra, según expertos.
El cacao ofrece muchos beneficios para los agricultores, en especial a las mujeres, además de proteger la diversidad biológica y prevenir la erosión de los suelos, sostuvo un estudio del Instituto de Investigación Internacional sobre Políticas Alimentarias, con sede en Washington.
La porción del cacao brasileño consumido en el mundo se sitúa actualmente en 20 por ciento, a partir de 24 por ciento en 1983, indicó el estudio.
Africa occidental, en especial Camerún, Costa de Marfil, Ghana, Guinea y Nigeria, exportan casi dos tercios del cacao consumido en todo el planeta.
El cacao tiene un alto potencial de conservación de los ecosistemas, destacó Chris Bright, del Instituto Worldwatch, con sede en Washington.
Casi siete millones de hectáreas -70.000 kilómetros cuadrados- cultivados con cacao en el mundo fueron inicialmente selvas tropicales, señaló el investigador. El cacao está adaptado a la sombra y se lo cultiva en un bosque raleado o bajo una plantación de árboles.
«El cacao es un cultivo que puede brindar ganancias mientras preserva las selvas tropicales», afirmó Bright.
Los ecosistemas apropiados para el cacao tienen un alto número de especies de flora y fauna, por lo que este cultivo puede ser clave en la preservación de bosques tropicales como la selva atlántica de Brasil, amenazada por la tala y el desarrollo.
Entre 50 y 60 por ciento del cacao producido en el nordeste de Brasil se planta con una técnica llamada «cabruca». El sistema funciona con varios pisos de vegetación tropical, y el cacao se planta en el más bajo.
El pasaje a métodos agrícolas orgánicos aumentaría la biodiversidad y además mejoraría la competitividad y las ganancias de Brasil, aseguraron los investigadores.
El incremento de la biodiversidad fue comprobado en la cabruca, donde los expertos encontraron varias especies de murciélagos y una especie de primate amenazada. Los animales usan el área de la plantación como extensión de su hábitat natural.
Convertir los cultivos de cabruca a sistemas orgánicos incluiría plantaciones en zonas de selva nativa en vías de regeneración.
Un programa piloto de cultivo orgánico de cacao del Instituto de Estudios Socio-Ambientales del Sur de Bahía (IESB) registró un aumento de 80 por ciento de las ganancias netas porque ahorró los costos de pesticidas y fertilizantes, destacó Bright.
Keijiro Otsuka, experto de la Fundación de Estudios Avanzados de Desarrollo Internacional, con sede en Tokio, quien colaboró con la investigación del Instituto de Investigación Internacional de Políticas Alimentarias, dijo que el cacao ayuda a proteger el suelo de la erosión porque puede ser cultivado en tierras marginales.
En las colinas, por ejemplo, la tierra fértil es barrida por la lluvia, pero el cacao, a diferencia de otros cultivos, crece en declives pronunciados. «El cultivo de cacao es muy sustentable», dijo Otsuka.
Agnes Quisumbing, del Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimentarias, concluyó tras un estudio sobre 60 aldeas en Ghana occidental que la producción de cacao mejora la vida de los agricultores pobres porque el cultivo es compatible con otros destinados a la alimentación en pequeñas parcelas.
El cacao, a diferencia de otros cultivos comerciales, crece en suelos poco ricos y con menos agua, fertilizantes y pesticidas, lo cual lo convierte en un cultivo especialmente bueno para agricultores que carecen de tierras fértiles, dijo la investigadora.
El cultivo brinda a las mujeres seguridad económica y, en el caso de Ghana, el acceso a los derechos a la tierra. En ese país una persona que colabore con el cultivo de árboles tiene derecho a recibir una parcela. Las mujeres suelen ayudar a sus esposos cuidando los árboles de cacao, por lo que reciben parte de la tierra.
Una vez que la tierra es entregada a una mujer, no puede ser reclamada por nadie. Esto resulta en un gran beneficio para toda la familia porque las mujeres pobres, a diferencia de los hombres, suelen gastar más en alimentos y educación para sus hijos. (FIN/IPS/tra-en/dk/aa/lp/mlm/dv en/02
