EEUU: Tropas en el extranjero aumentarán impulsadas por Bush

El gobierno de Estados Unidos se propone aumentar a un nivel sin precedentes el entrenamiento de ejércitos extranjeros y el despliegue de soldados estadounidenses en otros países, y pretende hacerlo en secreto.

El proyecto de presupuesto enviado por el presidente George W. Bush al Congreso legislativo el lunes contiene el mayor aumento en los gastos de defensa desde 1966. La iniciativa asigna fodos millonarios a programas de entrenamiento militar y ejercicios conjuntos con fuerzas extranjeras.

Muchos de estos movimientos militares podrían mantenerse en secreto si el gobierno logra este año derogar su obligación anual de remitir un informe anual en la materia al Congreso.

Bush también pidió un aumento de 13 por ciento a la asistenica del Departamento de Estado (cancillería) a programas de entrenamiento militar en países aliados, lo que elevará el año próximo ese rubro a un cuarto del total de la ayuda exterior.

El aumento será cubierto con fondos extraídos de la cooperación para el desarrollo, y excluye los costos de formación, entrenamiento y equipamiento de un nuevo ejército nacional para Afganistán, prometido por Bush la semana pasada.

Además, el Pentágono (Departamento de Defensa) propuso la financiación de nuevos programas antiterroristas para unidades militares en el exterior.

Uno de estos programas, a realizarse en Hawaii, costará 18 millones de dólares, y fue insertado en el proyecto de presupesto de defensa de 2002, aprobado por el Congreso en diciembre sin debates.

Al parecer, ese proyecto no respeta una disposición del cuerpo legislativo que impide a fuerzas estadounidenses brindar capacitación al ejército de Indonesia.

«Volvemos a estar en la era de la contrainsurgencia, Sólo que esta vez combatiremos el 'terrorismo' en lugar del 'comunismo'», dijo, en referencia al periodo que tuvo en la ayuda de Estados Unidos a Vietnam del Sur su punto culminante, el asesor de un legislador que rechaza la expansión de los programas militares.

Durante el gobierno de Bill Clinton (1993-2001), el Pentágono afianzó su vínculo con numerosos ejércitos extranjeros.

Por ejemplo, los fondos del programa de Educación y Entrenamiento Militar Internacional, gestionado por el Departamento de Estado, se multiplicaron por más de tres en los últimos ocho años, de 22 millones de dólares en 1994 a 70 millones de dólares este año.

También aumentó, de 92 en 1992 a 152 en 1999, la cantidad de ejércitos extranjeros que realizaron ejercicios conjuntos con las Fuerzas de Operaciones Especiales, estrellas de la campaña militar contra Afganistán, informó la organización independiente Foco en la Política Exterior.

El gobierno de Bush se propone llevar a un nivel sin precedentes la guerra contra el terrorismo, lanzada después de los ataques del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington.

Washington ofreció desde septiembre nuevos fondos de asistencia antiterrorista a un creciente número de países, como Etiopía, Kenia, Kirgistán, Tajikistán, Uzbekistán y Yemen. Estados Unidos ya inició en Kirgistán la construcción y mejora de bases militares.

El Pentágono planifica capacitar a unidades del ejército de Pakistán, un país que tenía prohibida la ayuda militar desde 1990, indican diversos informes.

Soldados estadounidenses regresaron a Filipinas, esta vez bajo la consigna antiterrorista, por primera vez desde que Washington abandonó sus bases militares en ese país en 1991.

Unos 650 soldados entrenarán a efectivos filipinos para la lucha contra Abu Sayyaf, una pequeña organización islámica supuestamente vinculada con Al Qaeda, la red terrorista encabezada por el saudita Osama bin Laden, a quien Washington acusa de los atentados de septiembre.

Las Fuerzas de Operaciones Especiales fueron esenciales en el entrenamiento de ejércitos extranjeros en los años 60 y 70, a partir de 1991 bajo el programa Capacitación de Ejercicios Conjuntos Combinados, concentrado en tácticas contrainsurgentes si bien incluye, además, acciones civiles como la desactivación de minas antipersonal, misiones de paz y servicios de salud.

Los ejércitos de Bangladesh, India, Indonesia, Papúa-Nueva Guinea, Sri Lanka y Turquía recibieron entrenamiento esas tácticas en momentos en que luchaban contra fuerzas insrugentes.

Los planes presupuestales de Bush para Colombia prevén nuevos programas de capacitación y ayuda militar.

El presidente pidió al Congreso unos 350 millones de dólares con los que se propone equipar y capacitar en Colombia una segunda brigada antidrogas de 3.000 soldados, luego de una también formada con asistencia estadounidense en los últimos dos años.

Además, Bush solicitó otros 98 millones de dólares para una tercera brigada que protegerá el oleoducto Caño Limón, operado por la compañía estadounidense Occidental Petroleum y la estatal colombiana Ecopetro, extendido desde el departamento de Arauca, en la frontera con Venezuela, hasta la costa atlántica.

Los planes de expansión militar preocupan a activistas, que recuerdan el entrenamiento en técnicas violatorias de derechos humanos brindado por fuerzas estadounidenses a ejércitos extranjeros.

«Dado el ritmo con que se establecen relaciones con los ejércitos en nombre del combate contra el terrorismo, es vital que el Congreso, los medios de comunicación y el público reflexionen sobre el peligro potencial de estos compromisos», dijo Lora Lumpe, autora del informe de Foco en la Política Exterior.

«Si, en nombre de la lucha antiterrorista, armamos y entrenamos a fuerzas abusivas, vamos a promover el terrorismo en lugar de controlarlo», agregó Lumpe, quien advirtió sobre la creciente dificultad de lograr información gubernamental sobre los proyectos de entrenamiento y despliegue militar.

El gobierno intentó el año pasado eludir su obligación de entregar al Congreso un informe sobre este tipo de programas, y posiblemente haga lo mismo este año, dijo la activista.

Además, el envío de unidades militares a combatir en áreas de Filipinas sin consultar al Congreso sienta un precedente problemático, indicó Lumpe.

Varios periodistas han informado sobre el secreto con que se desplegaron Fuerzas de Operaciones Especiales en Afganistán, Somalia y, según algunos informes, también en Yemen. (FIN/IPS/tra- en/jl/aa/lp-mj/ip/02

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