ECONOMIA-MEXICO: Tres medallas por buen comportamiento

México obtuvo las medallas de buen comportamiento económico que otorgan Standard & Poor's, Moody's y Fitch, tres agencias calificadoras internacionales cuya influencia y poder es tal que pueden decidir el futuro de millones de personas.

Las tres firmas, cuya evaluación influye en gran medida en las decisiones de los inversionistas respecto de países y empresas, consideraron que México presenta una situación económica estable y no enfrenta problemas para pagar y renegociar deudas.

Se reconoció «lo que es México hoy», dijo el presidente Vicente Fox luego que Standard & Poor's, con sede en Nueva York, informara el jueves que sus analistas elevaron la calificación de la deuda mexicana a «grado de inversión», medalla que en América Latina sólo ostentaban hasta ahora Chile y Uruguay.

La estadounidense Moody's y la británica Fitch, las otras dos grandes agencias que miden el riesgo financiero, habían otorgado calificaciones similares a México antes de que se conociera la evaluación de Standard & Poor's.

La opinión de esas agencias es fundamental para que un país puede recibir más o menos inversiones, aumentar o bajar los intereses de su deuda y, en consecuencia, mejorar o empeorar su situación económica, explicó a IPS Lucas Matías, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México.

«Tienen mucha influencia en el mundo globalizado de las finanzas y son un poder al que nadie controla», advirtió el experto.

Por su parte, Samuel García, columnista del diario Reforma, opinó que es un exceso que el gobierno mexicano interprete las calificaciones como una demostración de su eficacia en la administración del país.

Las agencias calificadoras de riesgo no miden variables como el fomento de la industria, el bienestar social o la distribución de la riqueza sino «sólo la capacidad del emisor para cumplir con sus obligaciones financieras», recordó.

México recibió el año pasado inversiones extranjeras por más de 20.000 millones de dólares, la cifra más alta de su historia.

Sin embargo, de este país registró una contracción de su economía en 2001 de 0,2 por ciento, luego de haber crecido 6,9 por ciento en 2000, acumuló alrededor de 500.000 empleos perdidos y más de la mitad de sus 100 millones de habitantes siguen viviendo en la pobreza.

A pesar de esos indicadores negativos, las finanzas mexicanas permanecieron ordenadas, la moneda local (el peso) se mantuvo estable, las reservas internacionales se fortalecieron y la deuda externa pública sin presiones de pago inmediato.

El subsecretario (viceministro) de Hacienda, Agustín Carstens, celebró la buena calificación otorgada por Standard & Poor, y añadió que gracias a ella México se consolida como una economía sana y líder en América Latina.

Para Julio Millán, director del grupo privado Consultores Internacionales, las evaluaciones de las calificadoras demuestran que los inversionistas «ven al país mucho mejor de cómo lo vemos internamente».

La oposición política sostiene que México afronta momentos difíciles en materia de pobreza y que el gobierno no está cumpliendo con sus promesas económicas.

Las agencias calificadoras evaluaron positivamente a México, pues consideran destacable que en sólo seis años haya remontado la peor crisis económica de su historia, indica un análisis del grupo financiero local Bancomer.

México afrontó entre fines de 1994 y 1995 una crisis cuyo eco internacional se conoció como «efecto tequila». La moneda local sufrió una importante devaluación en diciembre de y la economía registró una contracción de 6,2 por ciento al año siguiente.

Aunque el país tuvo su mejor desempeño tras esa crisis en 2000, las agencias evaluadoras no le otorgaron en ese momento calificaciones tan positivas como ahora.

Standard & Poor's emplea a más de 500 personas y mantiene una red de 40 oficinas en el mundo. Sus expertos otorgan calificaciones de solidez financiera a gobiernos, municipios, corporaciones, instituciones financieras y sociedades de inversión, entre otras entidades.

En Moody's, que tiene sus oficinas centrales en Nueva York, trabajan 800 analistas financieros y provee a sus clientes información del desempeño de gobiernos y empresas en 100 países.

Por su parte, Fitch, de Gran Bretaña y fusionada con la calificadora Fimalac, de Francia, tiene presencia en 75 países y cuenta con 1.100 empleados.

Las tres agencias calificadoras, líderes en su ramo, «dieron las bendiciones esperadas a México, pero no habría que confiarse mucho, pues en cualquier momento las quitan y entonces podría venir una crisis», advirtió el investigador la Universidad Nacional Autónoma de México. (FIN/IPS/dc/02

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