La Conferencia de Desarme de la Organización de las Naciones Unidas, que sesiona en esta ciudad suiza, permanece impasible en el estancamiento, mientras empeoran la situación internacional y la proliferación de armamentos.
Fuera de la Conferencia se producen cambios fundamentales respecto del concepto de amenazas a la paz y a la seguridad internacionales, «pero aquí adentro seguimos actuando como si nada hubiera ocurrido», sostuvo la representante de Irlanda, Mary Whelan.
En el primer mes de sesiones del 2002, que se cumple esta semana, la Conferencia de Desarme mantuvo la misma inmovilización de los cuatro años anteriores.
El orden del día de la Conferencia incluye, entre otros, tres asuntos principales: el cese de producción de material fisible empleado para fabricar armas nucleares, la negociación del desarme nuclear y la prevención de la carrera armamentista en el espacio ultraterrestre.
Pero en los últimos años el foro no ha podido ponerse de acuerdo para aprobar un programa de trabajo que permita llevar adelante las negociaciones y el examen de las distintas cuestiones.
China y Estados Unidos se enfrentan por el armamentismo en el espacio, en tanto Pakistán y en menor medida India, Rusia y China frenan la negociación sobre material fisible.
La iniciativa de una negociación para alcanzar el desarme nuclear encuentra unidos a los países en desarrollo junto a numerosas naciones industriales, pero se oponen firmemente las cinco potencias nucleares (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia).
Por lo general, la estabilidad estratégica entre las superpotencias nucleares, con su efecto significativo sobre la seguridad mundial, ha determinado el clima de las negociaciones en la Conferencia, aceptó el representante de Japón ante la Conferencia, Seiichiro Noboru.
Pero la conferencia ha quedado convertida en un rehén de la falta de acuerdos entre Estados Unidos, China y Rusia, observó Noboru.
Los últimos incidentes en el plano internacional, como los ataques terroristas y los conflictos regionales, tienen muy poco o nada que ver con la estabilidad estratégica entre las potencias, insistió el representante japonés.
Los diplomáticos que hablaron ante la Conferencia de Desarme en las últimas semanas han coincidido en la descripción de los peligros que amenazan la seguridad mundial.
La ministra de Relaciones Exteriores de Suecia, Anna Lindh, mencionó entre esos peligros la incesante proliferación de armas de destrucción masiva.
Las pruebas que se realizan con misiles balísticos, en alusión a India y Pakistán, y los planes de defensa misilística estratégica, en referencia a Estados Unidos, amenazan con una nueva carrera armamentista, dijo.
El nuevo representante de Brasil ante la Conferencia, Luiz Felipe de Seixas Correa, advirtió que la existencia permanente de armas nucleares y la ausencia de un compromiso firme para eliminarlas constituye un incentivo para la proliferación potencial.
Noboru mencionó los casos de India y Pakistán, que hace tres años efectuaron pruebas nucleares. Al comienzo, la reprobación fue generalizada, pero las críticas han mermado, dijo.
La autorización a esos países para que prosigan con su política de posesión de armas nucleares puede alentar a naciones de otras regiones a imitarlos o a optar por armas químicas o bacteriológicas, previno el experto japonés.
Noboru indicó en una rueda de prensa que Estados Unidos, China y Rusia han carecido de voluntad política para afrontar negociaciones multilaterales de desarme que puedan repercutir en el desarrollo de la Conferencia.
La gran mayoría de los 66 países miembros de la Conferencia coincide en que la iniciativa presentada en agosto de 2000 por su entonces presidente, el brasileño Celso Amorim, constituye la solución más apropiada para salir del punto muerto en que se encuentran las negociaciones.
Amorim propuso que se iniciaran negociaciones sobre material fisible y sobre la creación de un órgano para ocuparse del desarme nuclear.
Respecto de la prevención de una carrera armamentista en el espacio exterior, Amorim sugirió que se tratara también en la conferencia, pero sin otorgarle rango de negociación.
Sin embargo, el diplomático brasileño, hoy embajador en Gran Bretaña, estimó que esa falencia se podía corregir con una declaración del presidente de la Conferencia, ratificando que el cuerpo es el único foro multilateral para negociaciones de desarme.
Los términos empleados por Amorim en la redacción de la propuesta, conocidos en el lenguaje diplomático como de «ambigüedad constructiva», implican que todos los asuntos discutidos en la Conferencia son objeto de una negociación, incluido el armamentismo en el espacio exterior.
La propuesta de Amorim, que podría acabar con el bloqueo de las negociaciones, ha sido objetada principalmente por Pakistán, China y Rusia, dijeron fuentes diplomáticas.
Mientras, el trabajo de la Conferencia continúa inmovilizado, lo que puede tener graves consecuencias negativas en la seguridad internacional, advirtió Noboru. (FIN/IPS/pc/mj/ip/02