COLOMBIA: Presión política del gobierno sobre las FARC

El gobierno de Colombia pidió este martes a las insurgentes FARC que atiendan el clamor «del país entero» para aplacar el conflicto armado, agudizado en las últimas semanas con una ofensiva de los guerrilleros.

El país y el mundo esperan que la intensidad de la guerra civil disminuya, dijo el Alto Comisionado Presidencial para la Paz, Camilo Gómez, quien entregó el lunes a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) un documento en que urge a acordar soluciones.

«El tiempo avanza» y es necesario alcanzar acuerdos para impedir que la población civil continúe sufriendo las consecuencias del conflicto, agregó Gómez, luego de entregar el documento gubernamental a las FARC en la sudoriental localidad de San Vicente del Caguán, sede del diálogo.

Las FARC manifiestan «un contrasentido», pues se embarcan en una escalada de sus acciones violentas aunque firman con el gobierno acuerdos como el de San Francisco, en agosto pasado, y el de Los Pozos, el 20 de enero, en que se comprometen a procurar que la población civil no resulte afectada por el conflicto.

«Nadie entiende que las FARC decidan con las armas escalar la confrontación y debilitar políticamente el proceso mientras se busca la reducción del conflicto en la mesa de negociaciones», dijo el Comisionado de Paz.

El diputado independiente y ex guerrillero del Movimiento 19 de Abril, Antonio Navarro, dijo a IPS que las FARC deben atender el llamado de los colombianos a reducir la violencia, porque «esta es la última oportunidad para salvar el proceso de paz».

Si no se alcanza un acuerdo que ponga fin a las 20 muertes diarios que deja la guerra civil, «el proceso de paz simplemente se va a acabar y los responsables van a ser ellos», dijo Navarro en referencia a las FARC, principal organización insurgente colombiana.

El estado de las negociaciones «es sumamente complicado y la reacción de la opinión pública» frente a la escalada de las FARC registrada en las últimas semanas «ha sido bastante fuerte», agregó el ex guerrillero.

Tras la firma del Acuerdo de Los Pozos, que establece el 7 de abril como plazo para alcanzar un acuerdo que reduzca la intensidad del conflicto, las FARC incrementaron sus operaciones militares en todo el territorio colombiano, con un saldo de más de 50 muertos entre guerrilleros, soldados, policías y civiles.

Así mismo, la organización llevó a cabo un sabotaje al sistema de acueductos de Bogotá y atentados contra cerca de 40 torres transmisoras de electricidad, lo que obligó al racionamiento de energía en el central departamento de Cundinamarca y en los sudorientales de Meta y Casanare.

Las FARC dinamitaron este martes una torre de transmisión eléctrica que dejó sin servicio a nueve municipios de ese departamento y 29 del de Meta conectados a ese sistema.

Los actos de guerra de las FARC, que algunos analistas atribuyen a la intención de mostrar una posición de fuerza en la reactivada mesa de negociaciones, despertaron un sentimiento de rechazo en comunidades que realizan protestas pacíficas.

El miércoles y jueves pasados se realizaron en 29 municipios de Meta y en Bogotá «cacerolazos» contra la organización insurgente, y en la localidad indígena de Caloto se protestó mediante pañuelos blancos y canciones contra los rebeldes y los paramilitares de derecha que se disputan el control de ese territorio.

Carlos Holguín, dirigente del gobernante Partido Conservador, dijo que el acuerdo de Los Pozos estaba orientado a evaluar las posibilidades de una reducción de la gravedad del conflicto, pero advirtió que las FARC «han incrementado el terrorismo y la barbarie» en sólo dos semanas.

Los insurgentes asaltaron el domingo la localidad de Salamina, en el central departamento de Caldas, donde asesinaron a cinco campesinos, y en La Victoria, en el mismo departamento, secuestraron a una persona.

Las FARC han señalado en varias ocasiones que sus ataques responden a los operativos del ejército en su contra. Los principales jefes militares presentaron el lunes al presidente Andrés Pastrana un «plan estratégico» para hacer frente a los guerrilleros.

La principal organización insurgente colombiana continuará atacando la infrestructura eléctrica y varias capitales, entre ellas Bogotá, según un documento de inteligencia militar presentado a Pastrana, afirmó el diario El Tiempo, único de circulación nacional. (FIN/IPS/yf/mj/ip/02

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