COLOMBIA: Inquietud en Perú

Los guerrilleros colombianos pueden desbordar la frontera de Perú como consecuencia de la ruptura de su diálogo de paz con el gobierno de Andrés Pastrana, señalaron algunos analistas que temen el resurgimiento de fuerzas rebeldes peruanas.

Miguel Gutiérrez, del diario peruano La República, citó esta semana a servicios de inteligencia colombianos para afirmar que se advertía el desplazamiento de unidades de las FARC hacia la frontera con Perú y Ecuador.

Las FARC, la mayor organización insurgente colombiana, ha destinado «comisiones» (columnas móviles) a áreas selváticas vecinas a Perú y creado allí los «frentes 48 y 49», dijo Gutiérrez.

La revista estadounidense Newsweek aseguró en enero que guerrilleros de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) habían ingresado en territorio de Perú para ponerse en contacto con grupos remanentes del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) y de Sendero Luminoso, dos organizaciones rebeldes desbaratadas por la represión.

La eventual vertebración de contactos entre las FARC y Sendero Luminoso es el aspecto que mas inquieta a los analistas peruanos, pues indicaría una evolución de ambas fuerzas, consideradas antagónicas por sus diferencias ideológicas.

La revelación de Newsweek impactó en los medios políticos de Lima y origino un debate entre portavoces del gobierno de Alejandro Toledo y políticos y analistas independientes.

La decisión tomada el miércoles por el gobierno colombiano de poner fin al diálogo de paz que mantenía desde enero de 1999 con las FARC y de ocupar la zona desmilitarizada que controlaban los guerrilleros aumenta los riesgos en la frontera nororiental de Perú, un área de escasa población transitada por narcotraficantes.

El presidente Pastrana admitió que «vienen tiempos difíciles» y vaticinó no solo el recrudecimiento del conflicto colombiano sino también el probable aumento de las zonas de combate.

Raúl González, un experto civil en asuntos de contrainsurgencia, opinó en Perú que las FARC responderán a la decisión de Pastrana no sólo con golpes en Colombia, sino también intentando complicar el escenario regional, para forzar la reanudación de las negociaciones.

«No se deben descartar operaciones e ingresos en los territorios de Ecuador y Perú», advirtió González.

Los ministros Diego García Sayán, de Relaciones Exteriores, y Aurelio Loret, de Defensa, y el presidente de la Comisión de Defensa del Congreso unicameral, Marciano Rengifo, desmintieron la versión de Newswek sobre la presencia de unidades de la FARC en territorio peruano.

Pero en las desmentidas hubo matices de inquietud. «No existe presencia permanente de las FARC en nuestro territorio», dijo García Sayán el 17 de este mes.

Según González, la aclaración del canciller podría interpretarse como la tácita admisión de que «en algún momento, las FARC tuvieron presencia no permanente, es decir esporádica».

Por su parte, Loret dijo que las FARC mantenían a unos 450 guerrilleros cerca de la frontera con Perú, información aparentemente proporcionada por los servicios de inteligencia del ejército peruano.

El parlamentario Hildebrando Tapia, del opositor partido Unidad Nacional, propuso el miércoles invitar al Congreso al ministro de Defensa «para que explique el plan de contingencia adoptado en la frontera con Colombia ante el probable repliegue de la FARC hacia el territorio peruano».

La franja limítrofe con Colombia es una de las zonas más despobladas de Perú. Se trata de un área de bosque húmedo, con sólo algunas pocas aldeas en las orillas de los ríos, y es utilizada por los narcotraficantes colombianos para sacar cocaína peruana.

Según fuentes de inteligencia, la FARC levantaron hace varios años campamentos de refugio en la selva peruana, evitando operaciones para no inquietar a las Fuerzas Armadas de este país.

Pero esos campamentos perdieron importancia táctica al crearse en el sudeste de Colombia la zona de distensión en la que el gobierno y las FARC mantuvieron sus frustradas negociaciones.

Desaparecida la zona desmilitarizada, que cubría unos 42.000 kilómetros cuadrados y estaba controlada por las FARC, los guerrilleros necesitan nuevamente sitios tranquilos para refrescar a sus combatientes.

«La mínima densidad de población en las áreas peruanas próximas a la frontera con Colombia, y la decisión política de no alterar la paz de la región, disuadieron a las FARC de crear redes de apoyo social, como suelen hacer las organizaciones guerrilleras en sus zonas de refugio», comentó el sociólogo Alberto Panessi.

«Por otro lado, la inexistencia de unidades insurgentes del MRTA en la selva peruana (sólo parecen quedarle estructuras propagandísticas fuera del país) y sus diferencias ideológicas con Sendero Luminoso, no abrieron lugar para alianzas tácticas (de las FARC) con alguna fuerza guerrillera peruana», señaló Panessi.

Pero si los guerrilleros colombianos y los grupos remanentes de Sendero Luminoso superan sus discrepancias, «probablemente en base a sus contactos con las organizaciones narcotraficantes que ambos comparten», la situación «puede ser muy explosiva», concluyó. (FIN/IPS/al/ff/ip/02

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