CAMBOYA: Gobierno busca juzgar crímenes de guerra sin apoyo de ONU

El gobierno de Camboya se propone crear un tribunal de crímenes de guerra para juzgar a ex dirigentes del Jemer Rojo acusados de genocidio cuando gobernaron ese país, pese a que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió no apoyar esa iniciativa.

«Mi gobierno está decidido a seguir adelante, con o sin asistencia de la ONU», dijo a IPS el embajador camboyano Ouch Borith.

«Pedimos ayuda a la ONU, pero eso no significa que el foro mundial pueda decidir qué haremos. Nuestra soberanía debe ser respetada», enfatizó.

«Llevar a juicio a esos dirigentes del Jemer Rojo es nuestra responsabilidad, al igual que mantener la paz y la estabilidad en Camboya, y lograr la reconciliación nacional», sostuvo.

La ONU llegó a la conclusión de que la Cámara Extraordinaria en las Cortes de Camboya propuesta por Phnom Penh para realizar los juicios «no garantizaría independencia, imparcialidad y objetividad», afirmó el viernes Hans Corell, asesor legal del foro mundial, en una carta dirigida al gobierno camboyano.

«Durante las negociaciones (en la materia), las Naciones Unidas insistieron en que su participación en la Cámara Extraordinaria dependía de que se cumplieran normas internacionales relacionadas con la administración de justicia», explicó.

Según informes periodísticos, Washington y París ejercen presión para que se reanude la negociación con Phnom Penh, pero el portavoz del foro mundial, Fred Eckhard, dijo a periodistas el martes que el rechazo no se decidió con ligereza y es respaldado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan.

Durante el gobierno del Jemer Rojo (1975-1979), encabezado por Pol Pot, fueron asesinadas cerca de 1,7 millones de personas en Camboya, o sea más de 20 por ciento de la población total de ese país antes de 1975.

Pol Pot murió en 1998 y fue sucedido por Ieng Sary, Nuon Chea, Khieu Samphan, Ta Mok y Kaing Khek Ieu, entre otros dirigentes. Algunos de ellos son en la actualidad aliados del primer ministro camboyano, Hun Sen, quien dispuso la suspensión temporal de parte de los procesos por crímenes de guerra.

El propio Hun Sen fue comandante del Jemer Rojo, pero luego lideró un movimiento de resistencia contra Pol Pot, y ha expresado en varias ocasiones su resentimiento contra la ONU por haber reconocido al régimen del fallecido dictador.

La organización no gubernamental humanitaria Human Rights Watch (HRW), con sede en Estados Unidos, elogió el martes al foro mundial por no apoyar la creación de la Cámara Extraordinaria, pero señaló que «la cuestión no debe ser considerada terminada por la ONU ni por el gobierno camboyano».

Mike Jendrzejczyk, de HRW, instó a Phnom Penh a adoptar las medidas necesarias para que el juicio de crímenes de guerra se adecue a las normas internacionales en la materia, para que el foro mundial pueda apoyar la iniciativa.

La Asamblea Nacional Camboyana (parlamento) aprobó en enero del año pasado una ley para formar un tribunal de crímenes de guerra, pero HRW sostiene que esa norma presenta graves insuficiencias desde un punto de vista humanitario.

La ONU pidió sin éxito a Phnom Penh que no presentara esa iniciativa al parlamento hasta lograr un acuerdo con el foro mundial, señaló Corell.

Entre las críticas de la ONU al proyecto estuvo la de que no permitía a los acusados elegir a sus defensores, indicó.

El foro mundial también insistió en que se estableciera de modo explícito que previos perdones y amnistías a responsables de crímenes de guerra no impedirían que fueran juzgados.

La ausencia de esa previsión puede implicar que queden impunes altos dirigentes del Jemer Rojo, entre ellos el ex ministro de Relaciones Exteriores de Pol Pot, Ieng Sary, perdonado por las autoridades tras desertar en 1996, comentó Jendrzejczyk.

«Human Rights Watch piensa que la ONU no debe cooperar con un tribunal local que no cumpla con normas internacionales y que no respondería en forma satisfactoria a la necesidad camboyana de auténtica responsabilidad de los responsables de los crímenes del Jemer Rojo», indicó.

La organización no gubernamental instó a los donantes de Camboya, incluyendo a Japón, Estados Unidos y la Unión Europea, a ejercer presión sobre Phnom Penh para que coopere por completo con el foro mundial en la materia.

También pidió que la eventual asistencia de esos donantes a un tribunal local de crímenes de guerra tenga por condición que se trate de un organismo por completo independiente e imparcial. (FIN/IPS/tra-eng/td/aa/mp/ip hd/02

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