/BOLETIN-DD HH/ SUDAN: Paz sin autodeterminación del sur es imposible

Defensores de la autodeterminación del sur de Sudán cuestionaron las gestiones de paz de Estados Unidos, pues, afirman, no ayudarán a la mayoría negra de esa zona a liberarse del gobierno islámico de este país árabe.

Las críticas de los activistas y expertos se agravaron tras el anuncio esta semana de la reanudación de la ayuda de la Unión Europea (UE) al gobierno sudanés, suspendida en 1990, que resultará en el ingreso de más de 130 millones de dólares en los próximos cinco años.

Estados Unidos y la UE intentan por la vía diplomática poner fin a la guerra entre el gobierno y el Ejército Popular para la Liberación de Sudán (SPLA), pero el aporte europeo fortalece la posición del régimen islámico, alegaron los activistas.

La UE anunció la reanudación de la ayuda después de que Sudán rechazara el pedido de Estados Unidos de interrumpir los bombardeos en el sur.

Iglesias evangélicas y la Asamblea Negra del Congreso legislativo, entre otras organizaciones, comienzan a comprender que el gobierno de George W. Bush ha dejado en manos de los europeos su política en relación a Sudán, sostuvo Eric Reevs, activista por la autodeterminación del sur de ese país.

El anuncio europeo llega «en un muy mal momento» y «reduce la influencia política de la comunidad internacional en el proceso de paz», dijo, por su parte, John Prendergast, experto en Sudán del Grupo Crisis Internacional y asesor del ex presidente Bill Clinton (1992-2000).

«La decisión de reanudar la ayuda revela hipocresía y racismo», afirmó Salih Booker, director de la organización civil Africa Acción.

La UE está a punto de imponer sanciones al presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, por la falta de garantías democráticas en las elecciones de marzo, pero levanta las sanciones contra un régimen minoritario que está bombardeando a su propia población, cuestionó Booker.

El ex senador republicano John Danforth, enviado de Bush a Sudán, propuso un plan de cuatro medidas para lograr la paz, que no incluye la autodeterminación.

Entre las iniciativas de Danforth se destaca el fin de los ataques aéreos y la creación de una comisión internacional que supervise acciones para acabar con la práctica de la esclavitud de negros.

El senador republicano también propuso la creación de «zonas de tranquilidad» en áreas en conflicto para desarrollar campañas de vacunación y la extensión del cese del fuego de un mes en las montañas Nubias a una tregua de seis meses, renovable y supervisada por la comunidad internacional.

Los activistas consideran que Washington está dejando de lado la demanda de autodeterminación, reconocida explícitamente en la declaración de principios acordada por Jartum y el SPLA en 1997 en el marco de un proceso de paz promovido por otros países africanos.

Cualquier acuerdo de paz que excluya la autodeterminación, sea en forma de autonomía local o de secesión, está condenado a fracasar, sostuvo Prendergast.

La población mayoritariamente negra del sur de Sudán, que practica el cristianismo y religiones tradicionales, sufre la opresión del régimen islámico, y es frecuente que traficantes árabes capturen y comercien esclavos procedentes de esa zona, según los activistas.

«El problema con las medidas de Danforth es que no están vinculadas con la autodeterminación del sur. Eso demuestra que la prioridad del gobierno de Bush es acabar con los combates más que negociar un acuerdo político perdurable», dijo un funcionario del Congreso.

«Parece que los europeos acercaron a Estados Unidos a su posición de compromiso con Sudán», pues la política de mano dura de Bush hacia Jartum, que brindó asilo al líder islámico Osama bin Laden en la década del 90, garantizó su cooperación con la guerra contra el terrorismo, sostuvo el funcionario.

Osama bin Laden es responsabilizado por Estados Unidos de los atentados terroristas cometidos el 11 de septiembre contra Nueva York y Washington.

El gobierno estadounidense no entregó ni uno de los 13 millones de dólares comprometidos por Clinton y por Bush a la oposición democrática y a la asistencia humanitaria a la población del sur, afirmó el funcionario, que solicitó reserva de su identidad.

La reanudación de la ayuda europea está motivada por factores comerciales, según los activistas.

Austria, Francia, Gran Bretaña, Italia y Suecia tienen fuertes inversiones en el sector petrolero sudanés. (FIN/IPS/tra-eng/ip hd/jl/aa/lp-mj/02

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