Los estados de Estados Unidos que llevan a cabo más ejecuciones, son los que presentan más cantidad de revocación de condenas a muerte por «errores graves» en los procesos, reveló un estudio de la organización Justice Project, con sede en Washington.
Los estados que más recurren a la pena de muerte, encabezados por Florida, Georgia y Texas, tienen más de 68 por ciento de condenas a muerte revocadas, superando ese elevado promedio nacional, sostiene el informe publicado el lunes pasado.
Mientras tanto, el Supremo Tribunal de Estados Unidos deberá dar a conocer este viernes su fallo sobre la apelación del convicto afroamericano Thomas Miller-El, que debe ser ejecutado en Texas el jueves 21, y cuyos abogados denunciaron prácticas racistas en la conformación del jurado que lo condenó.
«La evidencia es clara: cuanto más utilizamos la pena de muerte, más nos equivocamos» en fallos y condenas, dijo Wayne Smith, director ejecutivo de Justice Proyect, un grupo que procura la reforma del sistema penal.
Los factores que más inciden en la elevada aplicación de la condena a muerte son el racismo, las prácticas políticas y la deficiente aplicación de la ley, asegura el estudio que puede consultarse en la dirección http://justice.policy.net, en la red informática Internet.
«Si esto continúa, seguramente ejecutaremos a personas inocentes, si no lo hemos hecho ya», advirtió Smith.
El informe «A Broken System» (Un sistema quebrado), es la segunda parte del análisis sobre la pena capital en Estados Unidos entre 1973, año en que fue reimpuesta en el país, y 1995, y fue compilado por el profesor de derecho James Liebman, de la Escuela de Leyes de la Universidad de Columbia.
La primera entrega, publicada en junio de 2000, expuso que 68 por ciento de las condenas a muerte del periodo fueron revocadas por tribunales superiores debido a «fallas graves», como «notoria incompetencia» de la defensa, supresión de evidencia exculpatoria por parte de policías y fiscales e instrucciones erróneas a los jurados.
En el nuevo estudio, Liebman analiza las 10 jurisdicciones que más recurren a la pena máxima, encabezadas por los estados de Florida, Georgia y Texas, cada una de las cuales presenta porcentajes de error mayores que el promedio nacional de 68 por ciento.
«Cuanto mayor es la proporción de población afroestadounidense en el estado, más alto es el porcentaje de errores groseros en las condenas a muerte», sostuvo Liebman.
«Las revocaciones de ejecuciones se duplican donde los homicidios se concentran en víctimas blancas, comparados con homicidios contra víctimas negras», según el estudio.
La publicación del documento coincidió con la preparación de la ejecución de Miller-El, en el estado de Texas, un afroamericano condenado por matar a un empleado de un hotel durante un robo.
La condena a muerte debe adoptarse en forma unánime, y los abogados de Miller-El alegan en su apelación al Tribunal Supremo que la fiscalía excluyó deliberadamente a afroamericanos del jurado, una práctica ilegal que puede haber influido en la severidad de la pena.
El fallo del Tribunal Supremo se conocerá este viernes, a menos de una semana de la fecha prevista para la ejecución por inyección letal.
Este tipo de prácticas tiene una larga historia en Texas, según denuncias de algunos ex fiscales del condado texano de Dallas, y pruebas publicadas en los años 80 por el diario Dallas Morning News.
Un memorandum sobre la selección de jurados redactado en 1963 ordenaba a los fiscales de Dallas rechazar ciudadanos «judíos, negros, dagos (españoles, italianos o portugueses) y mexicanos».
Si bien el léxico étnicamente despectivo fue abandonado, los manuales de entrenamiento de los años 80 advertían que «las minorías suelen simpatizar con el acusado» y debían ser evitadas.
El diario Dallas Morning News también expuso que entre 1980 y 1986 —año en que Miller-El fue sentenciado a muerte— los fiscales del condado utilizaban la llamada «recusación perentoria», para rechazar sin explicaciones a nueve de 10 posibles miembros de jurados afroestadounidenses en juicios por delitos capitales.
En el proceso contra Miller-El, siete de los 18 posibles jurados afroestadounidenses fueron eliminados por recusación perentoria, y sólo uno de los 11 restantes formó parte del cuerpo.
Según la prensa, esta persona consideró que la ejecución era un castigo demasiado «indulgente», y sugirió que los acusados debían ser cubiertos de miel y colocados en un hormiguero.
El caso de Miller-El obtuvo respaldo de la Asociación Nacional para el Avance de la Población de Color y otras organizaciones de derechos civiles.
La parcialidad contra la población afroestadounidense y otras minorías étnicas en la aplicación de la pena capital es endémica en el sistema judicial estadounidense, afirman grupos de derechos humanos.
Ochenta por ciento de los más de 750 ejecutados desde 1977 fueron condenados por homicidios contra euroestadounidenses, aunque hubo tantas víctimas blancas como afroestadounidenses, según un informe de la organización Amnistía Internacional, con sede en Londres.
Ochenta por ciento de los condenados fueron ejecutados en los estados meridionales, un tercio de ellos en Texas.
«Decenas de afroestadounidenses (han sido) condenados por jurados blancos en procesos que donde los fiscales eliminaron la perspectiva negra en la selección de los integrantes de los jurados», sostuvo Amnistía.
El Congreso legislativo estudia la Ley de Protección de Inocencia, que impulsa la extensión de pruebas de DNA, mayor control legal en los procesos capitales y garantías de instrucción correcta a los jurados sobre sentencias alternativas, como prisión perpetua sin libertad bajo palabra.
«En algunas zonas del país, es mejor ser rico y culpable que pobre e inocente», dijo el senador Patrick Leahy, redactor del proyecto, quien subrayó que 95 por ciento de los condenados a muerte fueron finalmente exonerados.
«Si tuviéramos una serie de situaciones de alarma en el tráfico aéreo, estaríamos corriendo para resolver el problema. Esas alarmas en la pena de muerte deben concentrar nuestras mentes y voluntades para actuar», concluyó Leahy. (FIN/IPS/tra- eng/ks/aa/dc/hd ip/02