La organización ambientalista Greenpeace Internacional acusó al gobierno de México de ocultar al parlamento graves fallas de seguridad en la central nuclear Laguna Verde que, según las autoridades, opera con niveles de excelencia.
Greenpeace señaló que los reactores de la central, ubicada en el golfo de México, fueron desactivados por una emergencia durante la inspección que realizaron integrantes de una comisión investigadora parlamentaria el 31 de enero. Los visitantes no fueron informados de esta operación, aseguraron.
Esta interrupción se sumó a decenas de episodios similares registrados desde el inicio en 1990 de las operaciones comerciales de Laguna Verde, única central nuclear mexicana, declaró el martes en conferencia de prensa Raúl Benet, director de Greenpeace en México.
Desde 1988, Greenpeace, opuesta a la generación de electricidad en centrales nucleares, exhibe documentos según los cuales la planta, de propiedad estatal, tiene graves problemas de seguridad.
Laguna Verde, 469 kilómetros al norte de la capital, debe cerrarse por el bien del país, según la organización.
Pero el gobierno afirma que la planta, que genera 3,6 por ciento de electricidad de México, no tiene ningún problema de seguridad y que seguirá operando como hasta ahora.
La central está sometida a continuas evaluaciones nacionales e internacionales y cuenta con la certificación internacional de calidad ISO 9001, indicaron las autoridades.
La Sociedad Nuclear Americana, organización internacional que aboga por el uso de esta fuente de energía, sostuvo que las 434 centrales nucleares hoy activas en el mundo tienen riesgos operativos inferiores a cualquier central térmica de generación de electricidad.
Además, la Sociedad recordó que la energía nuclear no emite gases invernadero causantes del recalentamiento del planeta, como el dióxido de carbono, liberado por las operaciones de las centrales térmicas.
Benet informó que Greenpeace y algunos académicos solicitaron una reunión con la comisión de legisladores que investiga a Laguna Verde para analizar documentos internos de Laguna Verde y desenmascarar «las falsedades en que han incurrido» los responsables de la central.
La cronología de irregularidades comienza en 1987, cuando el director de construcción de la central nuclear declaró públicamente que no había control de calidad en su edificación.
Documentos internos de Laguna Verde y testimonios de ex trabajadores recogidos por Greenpeace indican que la central sufre repetidas interrupciones y que hay fallas en las instalaciones.
En enero de 2000 y luego de una serie de roces con las autoridades de la Comisión Federal de Electricidad y denuncias sobre varios accidentes menores registrados en la central nuclear, Greenpeace dio a conocer un informe especializado sobre serias deficiencias en los sistemas de seguridad de Laguna Verde.
El informe, elaborado por la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO), indica que el simulador de accidentes tiene problemas, el personal no cuenta con suficiente entrenamiento y que parte del equipo es obsoleto.
WANO, que analizó la central durante octubre y noviembre de 1999, evaluó el desarrollo de actividades en 72 áreas diversas, de las cuales apenas nueve no merecieron comentarios críticos.
Portavoces del gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000) y del actual mandatario, Vicente Fox, reconocieron la existencia de la auditoría de WANO, pero sostuvieron que el resultado fue favorable.
Las autoridades pusieron en entredicho los pasajes del informe difundidos por Greenpeace, pues esos documentos no pueden ser difundidos por política del organismo y por acuerdo entre las partes.
Días después de la difusión de partes del informe por parte de Greenpeace, la Comisión Federal de Electricidad de México publicó una carta enviada por WANO, según la cual «el personal de Laguna Verde demostró un fuerte deseo de superación y tiene un alto nivel de conocimiento técnico».
Sin embargo, los directivos de WANO no mencionaron si el documento que difundió Greenpeace era verídico.
WANO, considerado un organismo pronuclear, se creó en 1986 después del accidente nuclear de Chernobyl, Ucrania, para supervisar las operaciones nucleares en el mundo.
El gobierno de Fox debe permitir una auditoría independiente de Laguna Verde y abrir toda la información respecto a la operación de la central, pues existen claras evidencias de que podría provocar una tragedia de grandes proporciones, manifestó el director de Greenpeace.
La Comisión Federal de Electricidad argumenta que por cuestiones de seguridad no puede dar a conocer toda la información de que dispone, pero aseguró a los legisladores que analizan el funcionamiento de Laguna Verde que no hay ningún problema en la central. (FIN/IPS/dc/mj/en/02