Ambientalistas de todo el mundo declararon los recursos genéticos de la Tierra como propiedad colectiva internacional, según el denominado Tratado de Porto Alegre, aprobado en esta ciudad del sur de Brasil en el marco del II Foro Social Mundial.
Con la consigna «La vida no está a la venta», activistas de varios países consideraron el Tratado de Porto Alegre como el inicio de la primera campaña mundial en la materia, con el apoyo de 250 organizaciones de todo el mundo.
Los firmantes del documento aspiran a que estados y pueblos indígenas se integren como partes del Tratado.
«Las naciones del mundo instauran la Reserva Genética de la Tierra, en todas sus formas y manifestaciones, que será propiedad común del mundo, protegida y nutrida por todos los pueblos», según el texto.
El II Foro Social Mundial se desarrolla desde el jueves y hasta el próximo martes como conferenecia alternativa al Foro Económico Mundial, que sesiona en Nueva York con representantes de gobiernos y empresarios.
Organizaciones no gubernamentales anunciaron en conferencia de prensa que se enfrentarán con gobiernos y compañías que registran patentes sobre formas de vida.
El presidente del Instituto para la Agricultura y la Política Comercial, Mark Ritchie, consideró «histórico» el proceso que unió a organizaciones no gubernamentales, de la sociedad civil, parlamentarios y al sistema de la Organización de las Naciones Unidas en rechazo «al registro de patentes sobre todas las formas de la vida».
Los gobiernos, empresas comerciales, otras instituciones e individuos «no deben considerar la reserva genética como información comercial negociable o propiedad intelectual», argumentó Jeremy Rifkin, presidente de la Fundación de Tendencias Económicas, con sede en Washington.
«El material genético del mundo es un legado compartido y, por lo tanto, una responsabilidad colectiva», agregó Rifkin.
Las partes del Tratado, entre las que, según los firmantes, figurarán estados y pueblos indígenas, acordaron administrar la reserva genética planetaria como un fideicomiso.
Los signatarios del Tratado de Porto Alegre reconocen el derecho soberano y la responsabilidad de cada nación en la vigilancia de los recursos biológicos dentro de sus fronteras y en determinar cómo serán compartidos y gestionados.
La reserva genética, por ser propiedad mundial, no puede ser vendida como información genética por ninguna institución o individuo, según el Tratado.
Tampoco podrá ninguna institución ni individuo reclamar como propiedad intelectual la información sobre los recursos biológicos de la reserva genética, en todas su formas y manifestaciones.
Las propuestas globales caracterizaron los primeros días de sesiones del Foro Social Mundial.
La delegación de Corea del Sur propuso transformar la Copa Mundial de Fútbol que se celebrará este año en ese país y en Japón en escenario de protestas contra la globalización.
Un «Día Mundial de Acción» coincidirá con el lanzamiento de la competencia deportiva el 31 de mayo de 2002 en Seúl si los participantes del Foro Social Mundial aceptan la propuesta.
La idea «es concitar la atención de los medios y de los amantes del fútbol de todo el mundo», dijo Yoon Youngmo, secretario internacional de la Confederación de Uniones Sindicales Coreanas. (FIN/IPS/tra-en/ss/lp/mj/en dv/02