Una exposición en Venecia pone en el centro de la atención al pintor francés Pierre Puvis de Chavannes, considerado uno de los principales inspiradores de la pintura moderna.
Las artes plásticas del siglo XX tenían un padre secreto en este pintor, nacido en Lyon en 1824 y muerto en París en 1898, considerado por los organizadores de la exposición un pionero en el arte europeo y no sólo del francés.
Por primera vez se respalda con una exposición la teoría de que Edouard Manet y Claude Monet no fueron, en realidad, los inspiradores de la pintura moderna, como suele afirmarse, sino que este pintor desconocido para el gran público es el verdadero padre de las grandes corrientes artísticas del último siglo.
Los 200 cuadros de la exposición «De Puvis de Chavannes a Matisse y Picasso: Hacia el arte moderno», que se presenta en el Palazzo Grassi en Venecia desde el 10 de este mes y hasta mediados de año, tratan de confirmar que este pintor fue el inspirador del impresionismo, el simbolismo y el expresionismo.
Oleos, acuarelas, dibujos, terracotas, bronces y yesos procedentes de museos y colecciones privadas de 20 países, representativos de 82 grandes artistas como Paul Cézanne, Paul Gauguin, Henri Mattise, Pablo Picasso, Auguste Rodin y Georges Seurat, están presentes en la muestra.
La exposición encuadra la historia del arte del siglo XX en una nueva perspectiva, según la cual el arte moderno no es una ruptura con el del pasado ni una lógica consecuencia del impresionismo y de la pintura de Cézanne.
La influencia de los grandes pintores del siglo XX es atribuida, por primera vez, a la obra de Puvis de Chavannes, que en sus pinturas murales y en sus cuadros creó un estilo plástico nuevo, cargado de poesía, y, al mismo tiempo, basado sobre la tradición.
Sus obras, según los organizadores de la muestra, influyeron profundamente en los contemporáneos de Puvis de Chavannes y a generaciones enteras de artistas, entre ellos Gauguin, Cézanne y Picasso.
En el siglo XX, los artistas que con mayor éxito recogieron su herencia fueron Matisse y Picasso, en sus periodos más felices desde el punto de vista creativo, según esta visión.
El comisario de la exposición, Serge Lemoine, director del museo D'Orsay de París, no duda en que la huella de Puvis de Chavannes es evidente en los cuadros de esta exposición.
La influencia de «Manet y Monet no pueden explicar el arte de un Matisse o un Picasso, porque es obvio que hay otros elementos en sus cuadros, otra estructura, otra temática que nos retrotrae a Puvis de Chavannes», aseguró Lemoine.
Lemoine confronta el cuadro más moderno de Puvis de Chavannes, «Las jóvenes al borde del mar», con uno de Picasso, «Las bañistas mirando un avión», de 1920. «La composición de las figuras, la solidez de las formas femeninas, los tonos fríos y la propia temática aproximan evidentemente a ambos cuadros», afirmó.
Incluso, agregó, el estudio en azules de «La danza», de Matisse, tiene aspectos comunes con la obra de Puvis de Chavannes.
«Es cierto que Puvis de Chavannes, nacido en Lyon, una de las ciudades francesas con más influencia italiana, ejerció una enorme influencia en el mundo artístico de su época gracias a sus pinturas murales y a su participación en la decoración de museos franceses», sostuvo el crítico italiano Carlo Bertelli.
Sin embargo, Bertelli fue más prudente que Lemoine. «La base de Puvis de Chavannes no deja de ser la de toda la gran pintura europea, es decir, la de los italianos renacentistas que habían bebido en las fuentes del clasicismo», dijo.
Es más sencillo encontrar las huellas de Puvis de Chavannes en los simbolistas franceses que en el expresionismo brutal del noruego Eduard Munch o en la obra de pintores nórdicos como «El despertar» de Magnus Enckell, afirmó el crítico italiano.
«No hay que olvidar que nada es nuevo en el arte, pues cada autor aprende de sus predecesores. Pero ver la influencia de Puvis de Chavannes en el periodo neoclásico de Picasso, en las rotundas figuras, voluminosas y sólidas de sus bañistas es sólo un ejercicio de interpretación que carece de base», sostuvo.
Una escultura de Rodin, «La edad del bronce», demuestra, según los organizadores de la exposición, la influencia que Puvis de Chavannes en la escultura.
En alguna de las 36 salas empleadas en la exhibición se muestran representaciones reducidas a escala de las decoraciones que hizo al Panteón y al Museo de Bellas Artes de Lyon.
Puvis de Chavannes, cuya pintura es íntima y melancólica, nació en una familia burguesa rica. En 1897, un año antes de morir, se casó con una princesa de sangre imperial bizantina, Maria Cantacuzena, con la que estaba relacionado desde 1856. (FIN/IPS/jp/mj/cr/02
