Astrid Lindgren, escritora sueca de libros infantiles fallecida el 28 de enero, pervive en personajes célebres como Pippi Mediaslargas y en toda su obra, de la que se vendieron más de 130 millones de ejemplares en todo el mundo.
Después de la muerte de Lindgren se registró este mes un aumento en la venta de sus libros. Además del público infantil, los adultos leen las historias de la autora para transmitirlas a sus hijos y para sí mismos.
Lindgren es una de las creadoras más reconocidas de la literatura infantil europea, aunque su obra no tuvo mucha difusión en el mundo anglosajón. Más de 100 escuelas de Alemania llevan su nombre.
Unas 40 películas y series de televisión están basadas sobre sus narraciones.
La escritora publicó más de 100 libros en su carrera, iniciada cuando aún era adolescente. Millones de niños en todo el mundo crecieron disfrutando su obra.
Lindgren nació en 1907 en la localidad de Vimmerby, en el meridional condado sueco de Smaaland. Ella y sus tres hermanos disfrutaron en sus primeros años de gran libertad y espacio para la curiosidad y la aventura.
En entrevistas sobre sus libros, Lindgren se refirió a menudo a su propia niñez, y gran parte de su obra refleja su propia experiencia.
El famoso personaje Pippi Longstocking (Pippi Mediaslargas) quizás sea el más autobiográfico. Pippi es una niña rebelde que usa medias de distinto par.
La primera historia de Pippi, publicada en 1945, presentaba una niña muy distinta al modelo de «buena chica» de los libros infantiles de la época.
Lindgren vivió su propia historia de rebeldía. Embarazada a los 18 años, se trasladó a Estocolmo. Al igual que ella, Pippi es una niña independiente y llena de coraje que duerme con los pies sobre la almohada. Además, tiene un respeto limitado por sus padres y por otras figuras de autoridad.
Pippi vive sola, con la única compañía de un mono y un caballo, no va a la escuela, y en muchos aspectos es un espíritu libre. Pero es de naturaleza generosa y de buen corazón.
No fue casualidad que el personaje fuera tan querido en el auge de la liberación femenina.
Cuando Pippi llegó al escenario literario, fue quizás el único modelo para una chica cuyas inquietudes trascendían los consejos sobre buenos modales. Gran parte de los homenajes a Lindgren desde su muerte se han referido al significado que Pippi tuvo para las muchachas del siglo XX y para las niñas de hoy.
Los cuentos de Lindgren tienen mensajes políticos. Una periodista polaca sostuvo en un diario noruego que sus libros fueron la primera lección de democracia que recibió en la vida, y que además le dieron un nuevo sentido de autoestima. La obra de la escritora está enraizada en el paisaje sueco, pero no tiene fronteras.
Lindgren fue una autora productiva durante casi 60 años. Entre sus libros más conocidos figuran «Ronja», «La hermana de Robber», «Los hermanos Corazón de León» y «Mio mi Mio». Los dos últimos tratan sobre la vida y la muerte. La escritora capturó como pocos la ansiedad y el dolor de los niños ante ese tema.
La autora siempre creyó que los niños son más maduros de lo que piensan la mayoría de los adultos. «No le mientan a los niños. No les digan que todo saldrá bien. Ellos saben que se les miente, y su miedo y temor no desaparecerá con vuestra mentira. Háblenles, sean honestos», exhortó.
En una oportunidad, un crítico le dijo que sus libros tenían pasajes «desagradables». «Por supuesto. Es por esto que los niños los adoran», respondió la escritora. Lindgren pintó a menudo un mundo difícil en su literatura, un mundo que, según ella, los niños comprenden.
La escritora recibió docenas de premios suecos e internacionales por sus libros, entre ellos la Medalla Christian Andersen en 1958, considerado el mayor premio de la literatura infantil.
En 2001, varios escritores lanzaron una campaña para impulsar su candidatura al premio Nobel de Literatura, con una carta firmada por miles de niños. Este año ya es demasiado tarde, pues el premio no se entrega póstumamente. (FIN/IPS/tra- en/kh/ss/lp/mj/cr/02
