AMBIENTE-ECUADOR: Encadenados para frenar oleoducto

Ambientalistas de Ecuador cumplieron este martes 20 días encadenados a árboles para frenar la construcción de un oleoducto que atraviesa el país, mientras en Alemania, el Partido Verde y la organización Greenpeace Internacional se movilizan contra el banco que financia el proyecto.

Así mismo, gobiernos locales ecuatorianos y organizaciones de campesinos e indígenas iniciaron una huelga, con corte de carreteras y toma de pozos petroleros, para protestar contra el proyecto, cuestionado además por el Banco Mundial y por la ministra de Ambiente alemana Bärbel Höhn.

Activistas de Greenpeace colocaron el lunes y martes, en señal de protesta, la representación de un oleoducto hecha de neumáticos frente a la sede en Düsseldorf del gobierno del occidental estado alemán de Renania del Norte Westfalia.

Los manifestantes pretendían que el gobierno del estado frene el financiamiento del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) a cargo del banco Westdetche Landesbank (WestLB), 43 por ciento de cuyas acciones pertenecen a Renania del Norte Westfalia.

Los responsables de la obra no tienen en cuenta el riesgo que implica atravesar con un oleoducto zonas con riesgo sísmico y de deslave de montañas, lo cual puede causar derrames de crudo perjudiciales para el bosque y las fuentes de agua potable, afirmó el dirigente de Greenpeace Martin Kaiser.

Mientras, integrantes de Greenpeace y de la organización local Acción Ecológica recorrieron los 600 kilómetros del trazado del OCP, entre la Amazonia ecuatoriana y las costas en el océano Pacífico de la noroccidental provincia de Esmeraldas, para constatar las condiciones de la obra.

En el cerro Guarumos, ubicado en el bosque Mindo-Nambillo, 50 kilómetros al noroeste de Quito, los activistas visitaron los campamentos instalados en la copa de los árboles por miembros de Acción Ecológica que desde hace 20 días están encadenados para impedir la construcción del oleoducto.

Los activistas están decididos a permanecer encadenados a los árboles hasta que los saquen, informó el dirigente de Acción Ecológica Ricardo Buitrón, quien permanece en la zona hace dos semanas.

«Es una medida de resistencia pacífica contra un proyecto que causará la muerte del bosque, de la biodiversidad y, como consecuencia, de los propios habitantes de las zonas que atraviesa» el OCP, dijo Buitrón.

El ministro de Finanzas del estado de Renania del Norte Westfalia e integrante del Consejo Administrativo del WestLB, Peer Steinbruck, «puede y debe parar este crédito tan destructivo para la selva ecuatoriana», sostuvo Kaiser.

La campaña logró en Alemania el apoyo del grupo parlamentario del Partido Verde y de la ministra Höhn, quien pertenece al mismo sector político.

Los gobiernos de las nororientales provincias de ecuatorianas de Sucumbíos y Orellana, así como organizaciones campesinas e indígenas, iniciaron el lunes una huelga por tiempo indefinido, que incluye el corte de carreteras y toma de pozos petroleros, para exigir compensaciones por los daños ambientales de la obra.

Por otra parte, el Banco Mundial afirmó que el proyecto no sigue sus reglas en materia ambiental, si bien el Consorcio OCP Limited, integrado por varias compañías petroleras internacionales, habían sostenido lo contrario.

La encargada de la campaña de defensa de los bosques de Greenpeace, Michela Braun, de nacionalidad alemana, dijo que no imaginaba que la obra sea tan defectuosa ni que careciera de medida de protección ambiental alguna.

«Es escalofriante. Hay sectores con peligro sísmico, como Papallacta (50 kilómetros al sureste de Quito), donde las máquinas están en pendientes pronunciadas sin control», dijo Braun.

En esa misma zona están ubicadas las fuentes de agua potable que abastecen la ciudad de Quito, que en caso de derrame podrían ser afectadas.

Mientras, en Düsseldorf, Kaiser sostuvo que las previsibles consecuencias «catastróficas» del proyecto para la población y el ambiente no deben ser ignorado por los gobiernos de Alemania y de Renania del Norte Westfalia, ambos integrados por una coalición de los Partidos Socialdemócrata y Verde.

«Es inaceptable que una de las últimas selvas vírgenes de Ecuador corra el peligro de hundirse en lagunas de petróleo a causa de la intransigencia del ministro de Finanzas de Renania Westfalia. Con esa actitud atenta conscientemente contra el interés público», argumentó Kaiser.

Por su parte, Braun también lamentó la destrucción del bosque amazónico por donde pasa el oleoducto. «Hablamos con campesinos de la Amazonia, donde la explotación petrolera destruyó dos millones de hectáreas de bosques en los últimos 30 años. La construcción del OCP destruirá un millón más», sostuvo.

Braun se mostró asombrada de que un banco alemán con fondos públicos financie un proyecto que no sería autorizado en Alemania, e informó sobre una campaña para que los clientes del WestLB retiren sus cuentas.

«El pueblo alemán no quiere que su dinero se use para una obra que amenaza la Amazonia y un área rica en biodiversidad como la de Mindo-Nambillo», aseguró Braun.

La zona de Mindo-Nambillo pertenece a una región única de bosque húmedo conocida como Chocó Andino, que se extiende hasta Colombia y es considerado uno de los lugares más ricos en especies de aves del mundo.

A la campaña de Acción Ecológica y Greenpeace contra la construcción del oleoducto se sumó la organización italiana Campaña para la Reforma del Banco Mundial, que presionará al Banco Nazionale del Lavoro, entidad encargada de vender acciones del OCP, para que se retire del proyecto.

El 19 de diciembre, el Banco Mundial dirigió una carta a Hernán Lara, presidente ejecutivo del Consorcio OCP, con copias al gobierno de Renania del Norte Westfalia y al representante del WestLB en Nueva York, reclamando mayor protección ambiental.

La carta advierte que, en caso de desperfectos en la construcción y operación del oleoducto, buena parte del Chocó Andino correrá riesgo de pérdida directa de hábitat críticos, pérdida inducida y degradación de hábitat naturales (a través de deforestación, quema y cacería ilegal) y serios derrames de petróleo..

La dirigente de Acción Ecológica Ivonne Ramos sostuvo que los argumentos contra el OCP son muy fuertes, lo que debería obligar al WestLB a anular el crédito de 900 millones de dólares para la obra.

El Deutsche Bank se negó a conceder un crédito a los constructores del oleoducto debido a las consecuencias ambientales que tendría su construcción. (FIN/IPS/kl/mj/en/02

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