Irán, un país considerado «patrocinador del terrorismo» por Estados Unidos, es clave para el mantenimiento de la paz y la estabilidad en Afganistán, aseguró el máximo funcionario de la ONU en Kabul.
«Irán es un vecino muy importante, y no va a desaparecer», dijo Lajdar Brahimi, enviado especial de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) a Afganistán.
Esta visión contrasta con la de Estados Unidos, que acusó a Irán de armar a los señores de la guerra afganos y de amenazar la estabilidad del recién instalado gobierno interino de Hamid Karzai, respaldado por Washington.
La ONU mantiene «un contacto muy estrecho» con el gobierno de Irán y quisiera «ayudar a que la relación entre Irán y Afganistán fuera lo más constructiva posible», dijo Brahimi a la prensa.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, fue igualmente enfático sobre el mantenimiento de la paz con Irán.
«Un elemento clave de la recuperación de Afganistán será el respaldo de sus vecinos», declaró el miércoles al Consejo de Seguridad.
«Irán, que como Pakistán albergó a muchos refugiados por muchos años y ha tenido contactos comerciales y de otro tipo con Afganistán por mucho tiempo, reconoce que la estabilidad en Afganistán beneficia a sus propios intereses», agregó.
En un aparente intento por disipar los temores de Estados Unidos, Annan dijo que las autoridades iraníes le aseguraron que no tolerarían la presencia de miembros del grupo fundamentalista islámico Talibán o de la organización terrorista Al-Qaeda en su territorio.
Washington sugirió en enero que líderes de Talibán y Al-Qaeda podrían haber cruzado la frontera hacia Irán luego de los ataques militares encabezados por Estados Unidos sobre Afganistán, pero Teherán negó haberles ofrecido refugio.
Annan, quien regresó a Nueva York la semana pasada luego de una visita a Irán y Pakistán, dijo a los delegados que los dos países prometieron trabajar juntos y con otros vecinos de Afganistán para ayudar a los esfuerzos de recuperación promovidos por la ONU en ese país devastado por la guerra.
«Ese enfoque regional es muy promisorio, y me propongo transformarlo en un pilar de la estrategia de la ONU para enfrentar este desafío», agregó el secretario general.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, identificó la semana pasada a Irán, Iraq y Corea del Norte como potenciales objetivos en su «guerra contra el terrorismo», lanzada luego de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
En su discurso sobre El Estado de la Unión ante el Congreso, Bush describió a esos tres países, incluidos en la lista de «estados terroristas» del Departamento de Estado, como «el eje del mal», y los acusó de desarrollar armas de destrucción masiva.
El canciller iraní Kamal Jarrazi negó esas «acusaciones infundadas» y presentó una fuerte protesta ante la ONU.
Mientras, Brahimi declaró al Consejo de Seguridad que Afganistán ha comenzado a progresar hacia la paz y la estabilidad «pero el camino es muy largo y está plagado de peligros».
El pueblo afgano está agotado por los conflictos que han destruido su medio de vida y amenazado la propia existencia de su país.
Los afganos «quieren paz y saben que necesitarán el apoyo de sus amigos y vecinos, y de la comunidad internacional en su conjunto», destacó el enviado especial.
Brahimi respaldó explícitamente una propuesta para ampliar la actual Fuerza Internacional de Asistencia de Seguridad (ISAF), de 4.500 hombres, en Kabul.
En referencia a los enfrentamientos entre distintos líderes tribales, en general fuera de Kabul, el funcionario dijo que esos choques demuestran la fragilidad de la paz en Afganistán.
Al mismo tiempo, la presencia visible de soldados de ISAF en Kabul mejoró la seguridad en la capital afgana, agregó.
«Esto ha provocado una creciente demanda de parte de afganos comunes, miembros del gobierno interino y aun líderes tribales, de ampliar la ISAF al resto del país. Concordamos con esa demanda y esperamos que reciba una consideración urgente y favorable en el Consejo de Seguridad», expresó Brahimi.
El suplente saliente de Brahimi, Francesc Vendrell, sugirió que la fuerza multinacional podría aumentar a unos 30.000 hombres. (FIN/IPS/tra-en/td/aa/mlm/ip/02