ZIMBABWE: Mugabe promete libertades, oposición denuncia ataques

El presidente de Nigeria, Olusegun Obsanjo, abandonó Zimbabwe este lunes después de que el gobierno de Robert Mugabe le asegurara que las elecciones a realizarse en marzo serán libres y limpias y que la oposición será respetada.

Pero mientras Obasanjo y Mugabe se reunían el domingo, el opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC) aseguró que varios de sus seguidores fueron atacados por unos 300 simpatizantes del gobierno de Mugabe en la suroccidental ciudad de Bulawayo.

Según el MDC, 18 personas resultaron heridas y siete dirigentes opositores continuaban desaparecidos este lunes, 10 horas después de la partida de Obasanjo.

La oposición y organizaciones de derechos humanos dudan que el gobierno se proponga detener la violencia política durante la campaña para las elecciones presidenciales del 9 y 10 de marzo.

Desde comienzos de 2000, los enfrentamientos entre fuerzas del gobierno y la oposición causaron la muerte de más de 100 personas.

Mugabe hizo promesas de elecciones libres y limpias durante la cumbre de la Comunidad para el Desarrollo de Africa Austral (SADC) la semana pasada. «Pero sus seguidores golpean a la gente», dijo Welschman Ncube, secretario general del MDC.

El parlamento votó el 10 de enero dos leyes que prohíben la participación de observadores internacionales en las elecciones y dan a la policía poderes para dispersar actos políticos.

La organización de derechos humanos con sede en Londres Amnistía Internacional también manifestó su preocupación por el posible incumplimiento de las promesas hechas por Mugabe.

La diplomacia no debe convertirse en «una conformidad silenciosa sobre las continuas y flagrantes violaciones de los derechos humanos en Zimbabwe», alertó Amnistía Internacional.

El presidente Mugabe «ha hecho promesas de reformas a la Comunidad de Naciones, a la Unión Europea y ahora a la SADC», persisten los «asesinatos, la tortura y la intimidación de la oposición política», agregó la organización.

Obasanjo se reunió también con el secretario general del MDC, Morgan Tsvangirai, y con el encargado de asuntos externos del mismo grupo político, Tendai Biti.

Mugabe dio al MDC su palabra de que la oposición podrá llevar a cabo una campaña electoral con libertad y que tendrá acceso igualitario a los medios de prensa públicos.

Pero EL MDC no está convencido. «Son promesas vacías e inútiles, y no las cumplirá», dijo un portavoz del movimiento.

Horas antes de la llegada de Obasanjo, el domingo, «decenas de simpatizantes de la oposición» fueron atacados en Bulawayo, la segunda ciudad del país, agregó el portavoz. La violencia impidió la realización de un acto en la que debía hablar Tsvangirai como parte de su campaña para las elecciones de marzo.

Según el MDC, los atacantes fueron veteranos de la guerra por la liberación de Zimbabwe, que fue encabezada por Mugabe y condujo a la independencia en 1980. También se contaban entre ellos otros militantes del gobernante Frente Patriótico de la Unión Nacional Africana de Zimbabwe (ZANU-PF), aseguraron los opositores.

Las Fuerzas Armadas de Zimbabwe advirtieron hace dos semanas que no respaldarán a ningún presidente que no hubiera participado de la guerra de liberación. Tsvangirai consideró las declaraciones de los militares una amenaza de golpe de Estado.

Así mismo, exhortó a sus seguidores a unirse. «No hay fuerza en el mundo que pueda detener a una sociedad cuando el pueblo está dispuesta a reclamar su poder», sostuvo.

Mugabe dijo que aprovechó la visita de Obasanjo para informarle sobre la aplicación del acuerdo de Abuja, de septiembre de 2000, en el cual se comprometió a respetar la ley y el orden y llevar adelante sin violencia su programa de reforma agraria.

El gobierno lanzó un programa para entregar tierras a los campesinos negros, mayoritariamente radicados en suelos áridos y arenosos.

Pero el proyecto de tomar las haciendas de 4.500 agricultores blancos que poseen más de 70 por ciento de los terrenos fértiles, causó al menos 10 muertes y desplazó a unos 70.000 trabajadores de las granjas.

En una rueda de prensa antes de dejar el país, Obasanjo exhortó a las fuerzas políticas y gubernamentales de Zimbabwe a la tolerancia.

«Nuestra discusión y la forma en que se están dando las cosas indican que nuestra esperanza no está perdida. Estoy satisfecho con la forma en que se suceden los acontecimientos», dijo Obasanjo a los periodistas.

Pero, según informaciones, Obasanjo habría expresado su privado preocupación ante la eventual ampliación de la crisis de Zimbabwe a otros países de Africa austral. (FIN/IPS/tra-en/lm/mn/lp-ff/hd ip/02

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