Sanadores tradicionales de Africa se unieron para condenar la creencia popular de que mantener relaciones sexuales con una virgen acaba con el virus y la enfermedad del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
«Denunciamos categóricamente esta superstición. Los sanadores tradicionales rechazamos esta práctica peligrosa», dijo Gogo Shongwe, secretario de la Asociación Tangoma, de Swazilandia.
Los sanadores y adivinos tangoma se someten por tradición a un riguroso aprendizaje para convertirse en herboristas y comunicarse con espíritus.
La Organización de Sanadores Tradicionales de Sudáfrica, con sede en la oriental ciudad de Durban, inició el mes pasado una campaña para condenar la creencia de que las relaciones sexuales con una niña virgen pueden curar el sida.
La organización censuró expresamente a otros practicantes de la medicina tradicional africana que aconsejan a los enfermos de sida las relaciones sexuales con una virgen como remedio. El consejo suele terminar en la violación de alguna menor.
«El sexo con vírgenes no cura el sida, sino que propaga la enfermedad», sostuvo la Organización de Sanadores en una declaración pública.
Darron Mkhombe es «inyang» (médico tradicional) y está satisfecho con la campaña contra la práctica del sexo con vírgenes iniciada por la Organización de Sanadores Tradicionales de Sudáfrica, que dice representar a unos 10.000 médicos tradicionales de ese país.
«Los sanadores no tenemos una cura para el sida con nuestras hierbas, así que muchos se desesperan cuando no pueden asistir a los pacientes que van a morir y recurren a creencias supersticiosas», dijo Mkhombe.
Antropólogos e historiadores no han logrado determinar el momento en que se originó la creencia. «La población acude a cualquier práctica cuando cunden el pánico y la desesperación». señaló el médico John Kunene, que encabeza el movimiento de lucha contra el sida en Swazilandia.
Swazilandia y Botswana tienen los mayores índices de sida del mundo. Más de 30 por ciento de los habitantes de Swazilandia estaán infectados con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), según ha calculado el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, y la proporción es la misma en zonas de la oriental provincia de Natal, en Sudáfrica.
Varios medios de prensa solicitaron a las organizaciones de sanadores tradicionales la censura expresa de la práctica del sexo con vírgenes como remedio contra el sida, ante el aumento de la violación de niñas en Swazilandia y Sudáfrica.
Más de 37.500 violaciones se perpetraron en Sudáfrica entre enero y septiembre de 2001.
La gravedad de la situación puso en alerta a la prensa internacional. El diario estadounidense Chicago Tribune criticó a mediados de este mes a los sanadores tradicionales que prescriben el sexo con vírgenes.
Rebecca Malepe, directora del Centro Pisquiátrico de Swazilandia, ha trabajado con sanadores tangoma y conoce muchas prácticas tradicionales. «En algunos casos, sobre todo en el medio rural, no hay clínicas médicas ni hospitales, y los sanadores dan un tratamiento integral», señaló.
Los médicos de las clínicas modernas suelen estar saturados de trabajo y no brindan al paciente la atención y el tiempo que ofrecen los sanadores tradicionales, cuya falta de capacitación médica formal es causa de tensión con el personal de los servicios de salud.
En general, la medicina moderna en Sudáfrica considera que los métodos tradicionales de sanación apelan a la superstición y no ofrecen curas eficaces. Por este motivo, los sanadores suelen estar a la defensiva cuando hablan de su trabajo con terceros.
«Cuando algo sale mal con uno de nuestros pacientes, se escucha a los médicos hablar de esto. Pero cuando salvamos una vida o curamos una enfermedad, nunca se refieren a ello», dijo Inyoni, un sanador swazi.
Las organizaciones de sanadores tradicionales dieron un paso adelante al dejar atrás su actitud defensiva y censurar a quienes favorecen entre ellos el mito de la cura del sida.
Pero no sólo las violaciones aumentan el riesgo de niñas y jóvenes de contraer sida.
Gran parte de la sociedad swazi practica la poligamia, al igual que algunos pueblos de Sudáfrica, y según un sanador tradicional, esta costumbre aumenta las probabilidades de que las menores vírgenes se infecten con el VIH.
«A medida que más hombres se infectan, el peligro es mayor para las niñas. En las sociedades polígamas, los hombres mayores siempre están buscando vírgenes y al tener múltiples esposas la enfermedad se propaga», advirtió otro sanador.
Las autoridades de Swazilandia aumentaron las sanciones penales para proteger a las vírgenes, observó Joyce Vilakati, del Grupo de Acción contra el Abuso, que atiende a víctimas de violación.
«Se dijo que la medida constituía un esfuerzo por reducir la expansión del VIH en el país, pero también se cree que los polígamos de los estratos más altos querían mantener varias vírgenes puras para su propio uso», puntualizó Vilakati.
«Ahora los sanadores tradicionales buscan proteger a las vírgenes. Las niñas vulnerables reciben la atención que merecen y una superstición maligna está siendo desacreditada», agregó.
El VIH/sida es la principal causa de muerte en Africa subsahariana. El Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/sida calculó en 3,4 millones los nuevos casos de infección en 2001, que aumentaron a 28,1 millones el número de africanos que conviven con el virus. (FIN/IPS/tra-en/jh/mn/lp-ff/he cr/02