La existencia del indígena mexicano Juan Diego, cuestiomada por cuatro sacerdotes, «está absolutamente comprobada», se aseguró en el Vaticano, que prepara la canonización de quien, según la versión tradicional, tuvo la revelación de la Virgen de Guadalupe.
EI papa Juan Pablo II viajará a México, probablemente el 28 de julio, para elevar a Juan Diego a la condición de santo. El anuncio oficial de la canonización se hará después de un consistorio (junta de cardenales) que será citado por el Papa.
La tradición indica que la Virgen de Guadalupe, proclamada por el Vaticano «celestial patrona» de América Latina en 1920 y «madre de las Américas» en 1960, se apareció a Juan Diego en 1531. El indígena fue beatificado por Juan Pablo II en 1990.
Por primera vez en la historia contemporánea de la Iglesia Católica, la canonización de un beato causa polémica entre los religiosos de su propio país, dijo a IPS el arzobispo mexicano Javier Lozano Barragán, presidente del Pontificio Consejo Pastoral de la Salud.
Lozano Barragán, cuyo cargo equivale al de ministro de Salud, descalificó una carta enviada por cuatro religiosos mexicanos al secretario de Estado del Vaticano, cardenal Angelo Sodano, en que se pone en duda la existencia de Juan Diego.
El mensaje fue remitido el 4 de diciembre pero sólo fue conocido el lunes y el Vaticano no tuvo aún reacción oficial al respecto.
El arzobispo mexicano dijo que esos sacerdotes solo hacen «mucho ruido y mucho daño», porque la existencia de Juan Diego «está absolutamente comprobada».
«La posición de ellos es completamente falsa porque ya fue examinado con todo el rigor científico», aseguró Lozano Barragán.
«Estos señores siguen con lo mismo, aunque no tienen ninguna razón. Ya vinieron aquí a Roma y estuvieron en la Congregación de la Doctrina de la Fe y ahí se les dijo que presentaran sus argumentos en la Congregación de los Santos», explicó.
«No hicieron nada de eso, pero esa congregación constituyó un equipo especial que estudio profundamente el caso y dio su dictamen», agregó.
El periodista que publicó la carta de los sacerdotes mexicanos en el diario italiano Il Giornale, Andrea Tornielli, dijo a IPS que «el caso está cerrado y Juan Diego será proclamado santo por el Papa».
Tornielli, experto en asuntos vaticanos, pronosticó que la carta no tendrá consecuencias porque la Iglesia Católica ya investigó las críticas hechas por esos religiosos.
La carta, firmada por el abad emérito de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schulenburg, el ex director de la biblioteca de ese templo, Esteban Martínez, y dos sacerdotes y profesores universitarios, Carlos Warnholtz y Manuel Olimón, afirma que «la existencia del indígena Juan Diego no ha sido demostrada».
«Podríamos obtener muchas firmas de eclesiásticos preparados así como de laicos intelectuales que avalan esta carta, pero no queremos provocar un inútil escándalo y simplemente queremos evitar que disminuya la credibilidad de nuestra Iglesia», agregaron los religiosos.
Schulenburg, Martínez, Warnholtz y Olimón expresaron que el Vaticano comete un grave error y que debería postergar «sine die» la canonización. De continuarse el proceso iniciado, se afectaría la infalibilidad del Papa, uno de los dogmas católicos, porque es imposible proclamar santo a alguien que no existió, como sería posiblemente el caso de Juan Diego.
En lo que pareció una respuesta indirecta del Vaticano, el diario L'Osservatore Romano publicó el 20 de diciembre, cuando aún no había trascendido la carta de los sacerdotes mexicanos, un ensayo histórico del colombiano Fidel González que cita numerosos documentos que comprobarían la existencia de Juan Diego.
Entre estos figura el descubierto por un jesuita español que presenta el certificado de muerte de Juan Diego con fecha 1548 y tiene la firma de Antonio Valeriano, autor de poemas en lengua indígena que describen las apariciones.
Fuentes del Vaticano señalaron que el Papa desea visitar México por quinta vez, y lo único que podría impedírselo serían razones de salud. En sus 23 años de pontificado, Juan Pablo II, de 81 años, realizó 1.235 beatificaciones y 443 canonizaciones.
El Vaticano calificó de milagro, y lo consideró el segundo atribuido a Juan Diego, la salvación de un joven drogado que había intentado suicidarse lanzándose de un tercer piso. Esa interpretación fue determinante para asegurar su canonización. (FIN/IPS/jp/mj/cr/02
