REFUGIADOS: Naurú reclama a Australia cumplimiento de acuerdo

El diminuto estado isleño de Naurú reclamó a Australia el cumplimiento de un acuerdo por el cual 1.118 solicitantes de asilo fueron llevados a esa isla por marines australianos el año pasado.

El presidente de Naurú, Rene Harris, reaccionó con sorpresa ante informaciones de prensa que aseguran que el gobierno de Australia podría dejar en la isla por tiempo indeterminado a buena parte de los solicitantes de asilo político declarados refugiados legítimos por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

En setiembre de 2001, Australia pactó con Naurú el envío de los refugiados a la isla, de sólo 20 kilómetros cuadrados, a cambio de un paquete de ayuda de 10 millones de dólares.

Pero el texto del acuerdo establece que Canberra «asegurará que todas las personas recibidas por Naurú partirán en un plazo razonable para cumplir los objetivos humanitarios a los que se refiere esta declaración de principios».

Harris espera que a mediados de mayo los refugiados se hayan retirado de la isla, ubicada 4.000 kilómetros al noreste de Australia y con sólo 10.000 habitantes, dijo el miércoles en una visita a Melbourne.

«Preferiríamos que (las autoridades australianas) cumplieran el acuerdo», dijo Harris. La tierra en la que viven los refugiados pertenece a nauruanos, a los que el gobierno de Harris prometió devolverla a mediados de mayo.

El ministro de Inmigración australiano, Phillip Ruddock, dijo el martes que su país sólo aceptará «su parte justa» de los auténticos refugiados que hoy viven en Naurú.

El ACNUR evalúa la solicitud de asilo de más de 300 personas llegadas a Australia en el barco noruego MV Tampa, el cual fue detenido en agosto del año pasado por aviones militares para evitar su desembarco en territorio australiano.

Los refugiados, en su mayoría afganos, habían sido rescatados por el barco noruego de una embarcación de pesca a punto de hundirse.

En un intento por resolver la crisis, Canberra anunció la «solución del Pacífico», enviando a los refugiados a países de la región dispuestos a aceptarlos por un corto plazo a cambio de apoyo financiero.

El ACNUR aceptó evaluar la situación de los solicitantes de asilo del Tampa, pero pidió al gobierno de Australia que evalúe las solicitudes de otras 800 personas que fueron trasladadas a Naurú y de 216 enviadas a la isla Manus, en Papúa-Nueva Guinea.

Australia ha mantenido una actitud reservada sobre el costo exacto de todo el operativo, estimado por algunos analistas en más de 400 millones de dólares.

La directora ejecutiva de la organización civil Consejo de Refugiados de Australia, Margaret Piper, criticó las «prioridades equivocadas» de Canberra.

«Irán tiene 2,5 millones de refugiados y recibe 30 millones de dólares de la comunidad internacional. Pero nosotros estamos gastando, si las estimaciones son correctas, entre 350 y 400 millones de dólares para mantener a un par de miles de personas», dijo Piper.

La semana próxima, el ACNUR anunciará los resultados del procesamiento de las solicitudes de 216 iraquíes destinados a Naurú.

Irlanda es el único país que aceptó recibir a 50 de aquellos que reciban el estatuto de refugiado político.

Ante la ausencia de otros países dispuestos a albergar otros refugiados, el gobierno de Australia podría dejar en Naurú, por un tiempo considerable, a aquellos a que se niega a aceptar.

«Ese es el modo en que se hace. Hay 12 millones de refugiados en el mundo. Tenemos un programa para recibir 12.000 personas y las ubicamos en los sitios disponibles. Los otros países harán lo mismo en los lugares que dispongan, y los plazos en gran parte se fijan según esa disponibilidad», dijo Ruddock el martes a los medios.

Esa perspectiva abruma a Piper, quien se refirió a la situación de personas aceptadas como refugiados por el ACNUR que aún aguardan en Indonesia un sitio de destino.

«En Indonesia hay refugiados que esperan ser reubicados desde hace un par de años. Estas fueron las personas detenidas cuando se dirigían a Australia, y fueron llevadas a Indonesia tras un acuerdo entre ambos países. Dos años después, la mayoría todavía está a la espera, sin nada que hacer», denunció Piper.

La posibilidad de una prolongada estadía en Naurú de aquellas personas declaradas refugiados legítimos enfrentará al gobierno de Australia a renovadas críticas internacionales.

«No tengo dudas de que Ruddock pidió la intervención del ACNUR creyendo que sería más duro que Australia a la hora de procesar las solicitudes de asilo. Pero todo indica que el Alto Comisionado declarará refugiados a la mayoría, y ahora Ruddock no quiere respetar la decisión del árbitro», señaló Piper. (FIN/IPS/tra-en/bb/js/lp/mlm/pr/02

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