PERIODISMO: Se degrada libertad de prensa

La libertad de prensa se degradó en 2001, con un marcado aumento de periodistas presos y medios de comunicación censurados y casi un tercio de la población mundial sin ese derecho fundamental, advirtió la organización Reporteros Sin Fronteras.

El número de periodistas detenidos aumentó respecto de 2000, si bien la cantidad de reporteros asesinados se mantuvo estable, con 31 muertes el año pasado y 32 en 2000, sostuvo la organización con sede en París en su Balance Anual 2001, publicado el martes.

Unos 489 trabajadores y trabajadoras de la prensa fueron arrestados en 2001, en comparación con 329 en el año anterior, mientras la cantidad de amenazas o ataques personales creció de 510 en 2000 a 716 el pasado año.

Unos 110 periodistas de todo el mundo pasaron el primer día de 2002 en la cárcel. Aunque las detenciones habían disminuido desde 1995, el año último se produjo un abrupto aumento, sostuvo RSF.

Los actos de censura alcanzaron a 378 órganos de prensa, es decir algo más de un medio censurado por día, en comparación con 295 hechos similares registrados en 2000.

Si bien muy pocos regímenes demostraron su compromiso con la libertad de expresión, la situación se agravó considerablemente en Bangladesh, Eritrea, Haití, Nepal y Zimbabwe, señala el informe.

En general, la impunidad fue la respuesta oficial a los delitos contra la prensa, en una gama que abarca desde el acoso y las amenazas hasta el asesinato.

Reporteros sin Fronteras consideró inaceptable esta situación e instó a gobiernos e instituciones multilaterales a corregirla de inmediato.

Milicias o bandas armadas asesinaron a 15 de los 31 periodistas muertos, a los que deben agregarse 10 muertes de personal técnico o administrativo.

Asia fue, en los últimos 12 meses, el continente más peligroso para el ejercicio del periodismo, pues se cometieron allí 14 asesinatos.

Ocho corresponsales murieron en la guerra que Estados Unidos lanzó contra Afganistán el 7 de octubre, luego de los atentados terroristas del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.

En China, Feng Zhaoxia, del diario Gejie Daobao, fue hallado muerto con la garganta cortada en enero del año pasado, en la provincia sudoriental de Shaanxi. La policía cerró el caso declarando que se trató de un suicidio.

Pero según familiares, colegas y sindicatos de prensa, Feng fue asesinado por haber publicado varios artículos que vinculaban a organizaciones criminales con funcionarios del gobierno local.

En América, fueron asesinados diez periodistas y diez técnicos. El 3 de diciembre, el director de noticias de Radio Echo 2000, Brignol Lindor, en Haití, fue muerto a pedradas y machetazos por una multitud.

Lindor había sido amenazado por funcionarios del gobierno, luego que abrió los micrófonos de la radioemisora a políticos opositores.

En Estados Unidos, un periodista y diez técnicos murieron durante el ataque terrorista del 11 de septiembre contra las torres gemelas del World Trade Center, en Nueva York. Otro reportero falleció de ántrax luego de recibir una carta anónima contaminada.

En Colombia, tres periodistas fueron asesinados, entre ellos Flavio Bedoya, del semanario Voz. Bedoya, amenazado tras la publicación de las atrocidades cometidas por los grupos paramilitares, recibió cuatro disparos el 27 de abril.

En Europa, siete reporteros fueron asesinados por expresar su opinión. En Irlanda del Norte, un periodista murió el 28 de septiembre de 2001 frente a su vivienda en Belfast.

La organización militante independentista Defensores de la Mano Roja se atribuyó el asesinato de Martin O'Hagan, periodista del semanario Sunday World.

Sin embargo, ningún profesional de los medios de comunicación murió ejerciendo su trabajo en Africa y Medio Oriente.

Otras 27 muertes de periodistas ocurridas en el mundo en 2001 están en proceso de investigación, aunque por el momento no hay evidencias de que la actividad profesional de los fallecidos esté relacionada a su muerte, indicó RSF.

Casi la totalidad de los casos de asesinato de reporteros nunca fueron resueltos y quienes cometieron esos crímenes continúan impunes, se agregó en el informe.

En Burkina Faso, por ejemplo, la investigación sobre el asesinato el 13 de diciembre de 1998 de Norbert Zongo, director de L'Independant, está estancada.

En Haití la situación no es mucho mejor. En abril de 2000 fue asesinado Jean Dominique, director de Radio Haiti Inter. La investigación fue bloqueada varias veces cuando el senado evadió el retiro de la impunidad del senador Dany Toussaint, principal sospechoso en el caso.

La mayoría de los senadores haitianos pertenecen al partido Lavalas del presidente Jean-Bertrand Aristide. También en Haití, los asesinos del periodista Brignol Lindor, integrantes del partido Lavalas, no fueron detenidos aunque ya confesaron el crimen.

En Sri Lanka, el asesinato en octubre de 2000 del colaborador de la cadena informativa británica BBC, Mylvaganam Nimalarajan, tampoco ha sido resuelto.

En Ucrania, el aparato estatal utilizó los poderes a su disposición para bloquear las pesquisas del crimen del reportero Georgiy Gongadze en septiembre de 2000, aseguró RSF, y acusó al fiscal y al ministro del Interior de interferir en la investigación.

Muchos países envían a prisión a sus periodistas a causa de sus puntos de vista en la práctica de su profesión. Los gobiernos que más utilizan esta práctica, según RSF, son Irán y Birmania, que encarcelaron 18 periodistas cada uno, y China, Eritrea y Nepal, respectivamente con 12, 8 y 7 reporteros encarcelados.

Los ataques perpetrados por integrantes o simpatizantes de partidos políticos también son comunes. En Bangladesh, militantes políticos atacaron a más de 130 periodistas. En Colombia, las víctimas fueron más de 30.

En Zimbabwe, los responsables de los ataques a menudo son veteranos de la guerra de independencia leales al gobierno y sus blancos son los diarios privados.

En los territorios ocupados por Israel, ocho periodistas resultaron heridos, en la mayoría de los casos por balas del ejército israelí.

La censura, directa o encubierta o bajo la forma de investigación penal sobre los periodistas, también es frecuente.

El informe señala a Turquía como uno de los gobiernos que más censuran la libertad de prensa. Así mismo, RSF destacó que muchos periodisttas extranjeros fueron víctimas de ataques o expulsión en Zimbabwe, Cuba y Liberia, y que los corresponsales extranjeros son seguidos de cerca en Birmania, China, Corea del Norte, Arabia Saudita y Vietnam.

Entre los países que rutinariamente niegan visas de entrada a periodistas figuran Argelia, Iraq, Libia y Pakistán.

La libertad de prensa también se vio dañada tras los ataques terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos. Según RSF, muchas nuevas leyes y proyectos de ley puden debilitar la libre circulación de información.

En Canadá y Estados Unidos se están reconsiderando medidas que protegían a fuentes anónimas y a usuarios de Internet. Los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña, se agregó en el informe de RSF, están solicitando a los medios en sus países que respondan a sus intereses en lugar de mantener su papel tradicional de vigilancia. (FIN/IPS/tra-en/imc/aa/dc-lp/ic hd/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe