PALESTINA: Funeral de heroína para autora de atentado suicida

Unos 2.000 palestinos participaron este jueves de un funeral simbólico en Cisjordania para honrar a Wafa Idris, la primera mujer que protagonizó un ataque suicida contra Israel.

Los manifestantes cargaron un ataúd vacío, envuelto en banderas palestinas, mientras coreaban «Wafa es una heroína».

Idris, de 28 años, hizo estallar el domingo una bomba en Jerusalén occidental, que provocó su muerte y la de un hombre de 81 años, y dejó a 100 personas heridas.

El conflicto puede experimentar un nuevo giro con este ataque, que causa nuevas preocupaciones a las fuerzas israelíes y expone la desesperación que parece ganar a la población femenina de Palestina.

Si las palestinas se radicalizan se debe a la brutal acción israelí, arguyó Fikr Shaltoot, coordinador de una organización de asistencia médica en la occidental ciudad de Gaza.

«Es por lo que vemos día y noche, la destrucción de hogares, los bloqueos, la gente asesinada mientras duerme, personas muriendo porque el puesto de control (israelí) no deja pasar una ambulancia», sostuvo.

«Muchas mujeres están deprimidas y al borde del suicidio. Si existe una posibilidad de martirio, entonces lo harán. Todos están muy sorprendidos por la mujer de Jerusalén, y quizás por eso sea más honrada», explicó Shaltoot.

«Pero en Palestina ya hay muchas heroínas. Si una mujer tiene un hijo mutilado por un misil, si es viuda, si su esposo está en prisión y ella sostiene a la familia, entonces para mí es una heroína», agregó.

Por otra parte, el incidente del domingo puso en guardia a las autoridades israelíes. «La idea de un perfil de sospechoso está desapareciendo. Mujeres, niños, niñas y ancianos no eran sospechosos. Ahora, cualquier palestino es sospechoso, a menos que tenga más de 75 años, sea ciego y lisiado», dijo un oficial de seguridad.

Por mucho tiempo, las mujeres palestinas combatieron la ocupación israelí colaborando en ataques explosivos u otras acciones.

Pero no protagonizaban actos suicidas, como las integrantes de los Tigres por la Liberación de la Patria Tamil, en Sri Lanka, o la joven de 16 años Sana Muhaidli, del Partido Social Nacionalista Sirio, que se lanzó en 1984 en un coche-bomba contra las tropas israelíes que ocupaban el sur del Líbano.

Wafa Idris no tenía una militancia conocida, si bien sus hermanos pertenecían al movimiento Fatah, de Yasser Arafat, presidente de la Autoridad Nacional Palestina.

Sin embargo, tras varios días de silencio, las Brigadas de Al Aqsa, una facción de Fatah, aseguraron que Idris perpetró el ataque en respuesta a las acciones militares israelíes.

Idris era paramédica de la organización humanitaria Medialuna Roja, y en ese carácter asistió a muchas personas de su comunidad alcanzadas por las balas israelíes. Ella misma fue herida tres veces.

La demora en la atribución del ataque llevó a inferir que los grupos radicales intentan cubrir futuros ataques efectuados por mujeres.

Por otra parte, no está claro si Idris realmente cometió suicidio. La policía israelí estima que sólo pretendía colocar una bolsa con bombas cuando éstas explotaron por error.

Tradicionalmente, los grupos religiosos extremistas han ignorado o minimizado la actividad política de las mujeres, pero fuerzas de resistencia laicas cuentan con mujeres en sus filas.

Hamas – Movimiento de Resistencia Islámica y Jihad Islámica (Guerra Santa), sugerían que el Islam prohibía a las mujeres tomar parte en misiones suicidas.

«Las mujeres musulmanas tienen derecho a combatir la ocupación y ninguna fatwa (mandato islámico) les impide sumarse a la lucha», dijo el jeque Hassan Yusef, líder de Hamas en Cisjordania.

«El profeta Mahoma siempre defendió el derecho de las mujeres a la guerra santa. No es la primera vez que una mujer palestina toma parte en el combate contra Israel. Varias veces han tenido el honor de contribuir a la resistencia», agregó.

«Las mujeres palestinas han participado en actividades políticas y militares, como hermanas o madres. Varias tuvieron papeles protagónicos en la primera intifada», entre 1987 y 1993, sostuvo la abogada Leah Tsemel, integrante del Comité Público Israelí contra la Tortura.

Un nombre conocido por todos y todas es el de Leila Khaled, del Frente Popular para la Liberación de Palestina, que secuestró un avión comercial estadounidense en 1970, para denunciar la situación palestina.

Khaled fracasó, fue capturada y permaneció detenida en Gran Bretaña, antes de ser intercambiada por los rehenes de otro avión secuestrado en 1977 por su organización, lo que puso fin a la crisis conocida como «Septiembre negro».

«No me sorprende que las mujeres hayan tomado este camino. La situación es tan mala por la represión israelí, que los palestinos, hombres o mujeres, llegan a la conclusión de que no hay diferencia entre la vida y la muerte», dijo Khaled, quien reside en Jordania.

«Es cierto que ésta es la primera vez que una mujer lleva a cabo un martirio, pero siempre hay una primera vez», agregó.

Tsemel se refirió también el caso de «Dalal Al Moghrabi, de Fatah, que llegó hasta la costa de Tel Aviv en un bote de goma, desde donde abrió fuego contra un autobús».

Wisam Idris, cuñada de Wafa, recordó la transformación experimentada por la joven desde que estalló la intifada, en septiembre de 2000.

«Cuando volvía de su trabajo, nos contaba de las personas heridas que trataba y se veía muy afectada. Acostumbraba a decir 'si muero, quiero hacerlo como mártir'», aseguró Wisam.

Muchas mujeres colaboraron con la resistencia colocando explosivos en salas de cine o centros comerciales, llevando armas o matando incluso a colonos judíos.

En 1969, Randa Nabulsi fue sentenciada a 10 años de prisión por colocar una bomba en un supermercado de Jerusalén.

En julio del año pasado, una mujer dejó en un estante de un supermercado una bomba que llevaba dentro de una lata de cerveza, en Jerusalén occidental. Se marchó luego de haber hecho sus compras. La boma explotó, pero no causó víctimas.

En agosto, la misma mujer, según las autoridades israelíes, ingresó a un restaurante en Jerusalén fingiendo ser la novia de un hombre que ocultaba explosivos en un estuche de guitarra. Luego de marcharse la mujer, el hombre detonó la bomba, matándose junto con 15 israelíes.

La ocupación tiene un impacto diferente en hombres y mujeres, sostuvo Marina Barham, directora de una compañía teatral en la ciudad cisjordana de Belén.

«Las mujeres no son sólo personas individuales, son madres, esposas y hermanas. Lo que ocurre a sus familias afecta sus vidas y deben hacerse responsables de ello. Muchas se sumaron a facciones políticas, pero con el paso de los años han adoptado una posición diferente, no sólo de apoyo», explicó Barham.

«En la primera intifada era fácil para las mujeres participar en las protestas, aunque la tradición indicaba que no era una conducta apropiada. Pero en esta lucha, en la que los israelíes usan tanques y morteros, las mujeres se han mantenido en la retaguardia, hasta el domingo», concluyó. (FIN/IPS/tra- eng/nj/js/dc/ip/02

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