El parlamento de México aprobó gravámenes especiales sobre computadoras, pantallas planas y reproductores DDV, por considerarlos «artículos suntuarios», una decisión que ahondará la brecha tecnológica frente al mundo industrializado.
Los nuevos impuestos, que forman parte de otros aplicados a «artículos de lujo», fueron aprobados en el marco de un paquete fiscal y del presupuesto de 146.333 millones de dólares que manejará este año el gobierno de Vicente Fox.
«La aplicación de impuestos especiales es retrógrada e inequitativa y, en el caso de la tecnología, define una ruta contraria a la que siguen otros países», dijo a IPS Samuel Cartagenés, consultor privado en cuestiones de alta tecnología.
Los gravámenes aprobados el martes por el Congreso legislativo «no responden suficientemente a las necesidades» del país, pero serán aplicado como corresponde, declaró Fox.
El mandatario había planteado a los legisladores un presupuesto nacional de 140.000 millones de dólares y una reforma fiscal integral, que le habría posibilitado el ingreso de 8.300 millones de dólares adicionales.
Sin embargo, el Congreso, donde el sector de Fox no cuenta con mayoría, rechazó las reforma integral propuesta por el gobierno y, en su lugar, creó un conjunto de impuestos especiales.
Cartagenés señaló que los gravámenes adicionales impuestos a computadoras que cuesten más de 2.500 dólares, a reproductores DDV, a las agendas electrónicas, a algunos equipos de telefonía celular y a pantallas planas colocará a México en una posición de menor competitividad.
La nueva carga fiscal, que oscila entre 10 y 20 por ciento y que se agrega al llamado impuesto al valor agregado de 15 por ciento, ampliará la brecha tecnológica de México frente a los países ricos, sostuvo Sergio Sarmiento, columnista del diario Reforma.
Sarmiento opinó que los impuestos especiales aprobados por los legisladores «contra los mexicanos» retrasarán el desarrollo del país.
El comentario es coincidente con la posición de Cartagenés, quien añadió que la tecnología se encarecerá en México, mientras tiende a abaratarse en los países industrializados.
México ocupa el lugar 32 en una lista de 72 países elaborada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su «índice de adelanto tecnológico», publicado el año pasado.
El indicador del PNUD mide la creación de tecnología, la cantidad de usuarios de la red mundial de computadoras, de telefonía y la tasa de escolarización en ciencias.
Además, México se encuentra en el escalón 51 entre los 100 países con mayor inversión en la creación de tecnología.
El PNUD indicó que México destina apenas 0,3 por ciento de su producto interno bruto a ese rubro, nueve veces menos que Corea del Sur, por ejemplo.
Los legisladores que aprobaron los impuestos especiales justificaron su decisión en que el gobierno tendrá así recursos adicionales para atender las áreas de educación y de salud, así como de grupos sociales pobres.
Pero varios analistas entienden que los parlamentarios se equivocaron.
Para obtener esos recursos se castigará a sectores claves del país, como el de la tecnología y de otros que impactarán directamente en los bolsillos de las personas, como es el caso de los refrescos, al que se le impusieron gravámenes de 20 por ciento.
Según lo definió el Congreso, todo refresco que se produzca con endulzantes diferentes al azúcar de caña pagarán el impuesto adicional. México es el segundo consumidor de refrescos del mundo, después de Estados Unidos.
Los otros impuestos especiales aprobados recaen en los perfumes, la joyería, el comercio de aviones, de automóviles de más de 25.000 dólares, ropa de piel y seda, aditamentos para equitación, videocámaras, televisores de más de 25 pulgadas, equipos de sonido de más de 500 dólares, bebidas alcohólicas y cigarrillos, entre otros artículos.
Los impuestos generales son mejores y más justos que los especiales, pero en las condiciones de pluralidad del Congreso no se pudo aprobar una propuesta fiscal integral, sino sólo algunos remiendos, reconoció Felipe Calderón, diputado del Partido de Acción Nacional (PAN), al que pertenece Fox.
El PAN comparte con los opositores Partido Revolucionario Institucional y Partido de la Revolución Democrática la mayoría de los puestos en el Congreso, pero ninguno de ellos tiene mayoría absoluta.
Lo que hicieron los legisladores con los impuestos especiales, principalmente con los que se refiere a tecnología, representa un error que aún está por evaluarse, apuntó Cartagenés. (FIN/IPS/dc/dm/ip sc/02
