Representantes de Israel y Palestina mantienen una reunión informal en Sudáfrica, en un intento por reanudar el proceso de paz en Medio Oriente, aunque las esperanzas de producir algún avance significativo en medio de un virtual estado de guerra son nulas.
No hay delegados del Partido Likud, al que pertenece el primer ministro israelí Ariel Sharon, pero los principales actores fueron consultados y dieron su aprobación al encuentro, explicó el vicecanciller de Sudáfrica, Aziz Pahad.
Entre los representantes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) figuran el ministro y veterano negociador Saeb Erekat y Ziad Abu Ziad, otro miembro del gabinete del presidente Yasser Arafat.
La delegación de Israel incluye al presidente de la Knesset (cámara baja del parlamento), el laborista Avraham Burg, y a Yossi Beilin, ex ministro de Justicia y uno de los arquitectos de los acuerdos interinos de paz entre Palestina e Israel.
Mientras, la delegación de Sudáfrica está integrada por miembros del gobernante Congreso Nacional Africano y también de ministros del antiguo régimen del apartheid o régimen de segregación racial. Cada grupo tiene ocho miembros.
«Nosotros pasamos por un proceso único, y la comunidad internacional reconoce que la experiencia de Sudáfrica es aplicable a muchas otras situaciones de conflicto», destacó Pahad.
La reunión fue idea de Beilin, quien la sugirió durante una reunión con el presidente sudafricano Thabo Mbeki, en agosto de 2001.
No se espera que el encuentro produzca algún avance significativo, dado el estado de guerra no declarada en Medio Oriente, sino simplemente que ofrezca a ambas partes la oportunidad de dialogar, según Pahad.
Este jueves, Israel demolió 32 viviendas de un campamento de refugiados en la franja de Gaza, en lo que se sospecha fue una represalia por el ataque del miércoles contra un puesto del ejército israelí en el área, que mató a cuatro soldados.
Luego de la demolición, el grupo extremista palestino Jihad Islámica anunció su retiro de un acuerdo con la ANP para detener sus ataques terroristas en Israel.
Por su parte, el grupo radical Hamas declaró que el ataque del miércoles contra el puesto israelí fue una respuesta a la captura en el mar Rojo de un barco con 50 toneladas de armas de origen iraní a bordo, el pasado jueves.
Israel acusó de inmediato a los palestinos de ser responsable de ese envío, pero Arafat rechazó la acusación.
Mientras, Estados Unidos concluyó que la ANP y la facción Al- Fatah de la Organización para la Liberación de Palestina, dirigida por el propio Arafat, estuvieron por detrás de ese envío de armas, declaró este jueves un alto funcionario de Washington.
Por lo menos 800 palestinos y 238 israelíes han muerto desde el comienzo de la última «intifada» o rebelión palestina contra la ocupación, en septiembre de 2000, tras el estancamiento de las conversaciones de paz.
«En ausencia de un proceso de paz viable en Medio Oriente, la reunión (en Sudáfrica) es una buena idea», opinó John Stremlau, jefe del Departamento de Asuntos Internacionales de la Universidad de Witwatersrand.
En la comunidad internacional y dentro de Israel existe la creciente opinión de que las políticas del primer ministro israelí Ariel Sharon no son sustentables, señaló Stremlau.
Por otra parte, Arafat conduce una administración totalmente indefensa ante Israel y cada vez pierde más popularidad entre su propio pueblo.
En una situación en que ambos extremos del conflicto están al borde del colapso, podría ser útil construir un centro moderado, dijo Stremlau, en un voto de confianza a los negociadores. (FIN/IPS/tra-en/fk/mn/mlm/ip/02