/Integración y Desarrollo/ ECONOMIA-AFGANISTAN: 15.000 millones para la reconstrucción

Los donantes internacionales deberán entregar en la próxima década 15.000 millones de dólares para la reconstrucción de Afganistán, según cálculos presentadas por organismos multilaterales y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

La inversión en los primeros cinco años debe ser de 10.000 millones de dólares, y si los esfuerzos iniciales son exitosos, otros 5.000 millones de dólares se volcarán a la recuperación de Afganistán, donde aún no ha terminado la campaña antiterrorista comenzada por Estados Unidos el 7 de octubre.

El buen resultado del esfuerzo de reconstrucción dependerá de la capacidad de Afganistán para absorber los recursos y mantener la estabilidad política, señaló el martes el administrador del PNUD, Mark Malloch Brown.

El ministro de Finanzas de Afganistán, Hedayat Amin Arsala, «me dijo el lunes que las bóvedas del Banco Central están literalmente vacías», dijo Malloch Brown.

Las milicias fundamentalistas Talibán vaciaron los cofres del país antes de ser expulsadas de Kabul, según aseguran versiones de prensa.

El portavoz del Representante Especial de la Organización de las Naciones Unidas en Afganistán, Ahmad Fawzi, dijo el martes en conferencia de prensa en Kabul que el gobierno interino necesita con urgencia fondos para pagar a los funcionarios públicos y de la policía, que no cobran su salario hace ya seis meses.

Los primeros anuncios de asistencia se conocerán el 21 y el 22 de este mes en Tokio, durante la Conferencia Internacional de Asistencia a la Reconstrucción de Afganistán, que será copresidida por Japón, Estados Unidos, los 15 miembros de la Unión Europea y Arabia Saudita.

El informe conjunto de 59 páginas del PNUD, el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo (ADB, en inglés) indica que los daños a la infraestructura en Afganistán comenzaron con la ocupación soviética en los años 70, siguieron con la guerra civil y continuaron con los bombardeos de las fuerzas aliadas de Estados Unidos a partir de octubre.

A las dos décadas de guerra se sumaron tres años de sequía, que provocaron el desplazamiento grandes masas de población. El hambre campea en varias zonas del país, se advirtió en el informe.

Las instituciones del Estado no funcionan y la economía está destruida. Además, el tejido social se debilitó y las mujeres y las minorías étnicas son las principales víctimas de violaciones de los derechos humanos.

Antes de la invasión soviética de 1979, Afganistán ya era uno de los países más pobres del mundo y, desde entonces, los indicadores económicos y sociales no dejaron de empeorar.

Unos 270 millones de dólares deberán asignarse de inmediato a la seguridad, incluyendo el retiro de minas antipersonales y el control del narcotráfico.

Otros 260 millones de dólares se dedicarán a la administración pública y a la gestión económica, y una cantidad igual a los servicios sociales, la salud y la educación. La reconstrucción de infraestructura exige una primera inversión de 170 millones de dólares. El total del primer año alcanzará a casi 1.000 millones de dólares.

Las asignaciones aumentarán cada año, para llegar a 10.000 millones de dólares al final del quinquenio.

Alemania, Canadá, Gran Bretaña y Holanda han contribuido a un fondo especial de 19 millones de dólares destinado a poner en funciones al nuevo gobierno. (FIN/IPS/tra-en/td/aa/lp-ff/if dv/02

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