La economía de Colombia creció en 2001 casi dos por ciento, la mitad de lo previsto por el gobierno a comienzos del periodo, y el desempleo se mantuvo como el segundo más alto de América Latina, según informes primarios oficiales y empresariales.
Portavoces del gobierno de Andrés Pastrana y de asociaciones de empresarios, que expresaron cierta conformidad, atribuyen las dificultades a la caída de la actividad en Estados Unidos, principal destino de los productos colombianos, y a la recesión mundial desatada tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
En cambio, expertos consultados por IPS se manifestaron pesimistas y creen que las causas de la desaceleración económica hay que buscarlas también en el agotamiento del modelo de apertura de mercados, que frenó el desarrollo de sectores clave, y en la alta desocupación y consecuente caída del consumo.
Además, proyecciones de organismos internacionales discrepan de los cálculos gubernamentales y de los sectores privados.
Proyecciones de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) indican que Colombia finalizó el año con un aumento del producto de 1,5 por ciento, mientras que el Fondo Monetario Internacional calcula que sólo fue de 1,4 por ciento.
A pesar de esas diferencias, el ministro de Hacienda, Juan Santos, comentó que las cifras de Cepal y del FMI representan un incremento insuficiente, pero igual son superiores al registrado en América Latina, que para el Sistema Económico Latinoamericano (Sela) será de apenas 0,6 por ciento.
El secretario permanente del Sela, Otto Boye, señaló en su informe preliminar divulgado en diciembre que la economía de la región sufre el impacto de la recesión mundial, de los ataques terroristas contra Estados Unidos y la crisis argentina.
El gobierno de Pastrana había proyectado a comienzos de 2001 un crecimiento anual de 3,8 por ciento, pero tuvo que revisar dos veces su meta por la desaceleración que afrontó la economía a partir del tercer trimestre del año. El producto bruto interno del país había aumentado 2,8 por ciento en 2000.
La Asociación Nacional de Industriales (ANDI), que reúne a los 30 principales sectores de la producción, también coincidió con las proyecciones oficiales, al calcular un aumento del producto cercano a dos por ciento.
ANDI entiende que, si bien el desempeño no es bueno, muestra que el país esta saliendo de la crisis económica.
El presidente de ANDI, Luis Villegas, explicó que Colombia creció y se mantuvo «como un buen exportador de productos a Estados Unidos y Venezuela», pese a los problemas que afronta la economía mundial, en especial después de los atentados del 11 de septiembre.
Villegas aseguró que la industria finalizó el año pasado con un crecimiento de casi 10 respecto de 2000, cuando se registró un aumento igual. El empresario entiende que esos dos periodos muestran con claridad la recuperación del sector, tras la caída de 13 por ciento que ocurrida en 1999.
No obstante, analistas económicos señalan que los resultados globales de los últimos dos años, en particular de 2001, no son para alegrarse, aunque tampoco puede hablarse de un desastre.
Luis Valencia, de la estatal Universidad Nacional, informó a IPS que el producto interno bruto por persona descendió de 2.420 dólares en 1998 a 2.038 en 1999 y a 1.890 dólares el año pasado, lo cual explica su alerta.
Esos datos indican que los colombianos son, en promedio, 25 por ciento más pobres hoy que en 1998 y que el pobre desempeño de la economía no alcanza a cubrir el aumento de la población del país, destacó.
La gran disculpa del gobierno «es que la economía mundial y, en especial su gran socio, Estados Unidos, entraron este año en una fase recesiva que afecta también a Colombia», añadió.
Las exportaciones colombianas, que en 2000 habían alcanzado a 13.240 millones de dólares, sumaron el año pasado 12.614 millones de dólares, 40 por ciento de las cuales tuvieron como destino Estados Unidos.
Otros expertos consideran que el bajo crecimiento económico de los últimos años reconoce causas también de carácter coyuntural y estructural.
Una de las razones coyunturales de particular incidencia en la materia es el conflicto armado interno, que frena las inversiones privadas y desvía recursos del Estado hacia gastos de seguridad, dejando de lado las actividades productivas.
A ese problema se le suma la caída de los precios internacionales del petróleo y del café, los principales productos de exportación de Colombia.
El agotamiento del modelo aperturista de la economía, que limitó el desarrollo de sectores claves de la industria nacional, y el alto desempleo son factores estructurales que han contribuido al deterioro de la economía, según Eduardo Sarmiento, ex decano de la facultad de Economía de la privada Universidad de los Andes.
El informe de la Cepal indica que 16,8 por ciento de la población económicamente activa de Colombia está desocupada, el segundo mayor desempleo de América Latina después de Argentina, que supera 18 por ciento.
Así mismo, el subempleo en Colombia llega a 30 por ciento, mientras que 55 por ciento de la población se desempeña en la economía informal.
En opinión de Sarmiento, el desempleo lleva al empobrecimiento de una gran parte de los colombianos y, por consecuencia, merma de manera significativa su capacidad de compra en el mercado interno.
A pesar de estos números, Juan Echavarría, director de la Fundación para la Educación y el Desarrollo (Fedesarrollo), no pierde las esperanzas y señala que «la gente es optimista respecto del crecimiento económico para este año»
Fedesarrollo, principal centro de investigaciones del sector privado, proyectó para 2002 un crecimiento de 2,5 por ciento tomando los datos de una encuesta realizada entre distintos sectores de la producción y dirigentes empresariales. (FIN/IPS/yf/dm/if/02