ESPAÑA: Aznar ubica a su partido en el centro democrático

El presidente del gobierno de España, José María Aznar, ubicó a su Partido Popular (PP) en el centro político y democrático del país, en el congreso nacional celebrado el pasado fin de semana en la capital.

El PP reconoce su origen en la Alianza Popular, fundada en 1976 por el ex ministro de la dictadura franquista (1939-1975) y actual presidente de la Comunidad Autónoma de Galicia, Manuel Fraga.

La Alianza Popular se convirtió en el PP después de varios fracasos electorales y tras largos debates en el congreso partidario realizado en 1988.

Posteriormente y tras dos cambios en la dirección del partido, Fraga propuso a Aznar, quien después de convertirse en 1990 en presidente del PP logró la incorporación al grupo del Partido de Centro Democrático (democratacristiano) y ganó las elecciones generales en 1996, luego de remontar en 1993 la decadencia electoral de su grupo.

El partido liderado por Aznar gobierna el país desde 1996, primero con mayoría relativa en el parlamento y desde el año pasado con una cómoda supremacía de legisladores.

Además, casi todas las comunidades autónomas y municipios de España son gobernados por el PP, que mantiene ventaja en las encuestas de intención de voto sobre la principal fuerza de oposición, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

También en sólo seis años pasó de menos de 100.000 afiliados a más de 600.000, el doble de los que presenta el PSOE, convirtiéndose en el segundo partido europeo en cantidad de miembros.

Los adjetivos tradicionalmente aplicados al PP fueron conservador y derechista. Sin embargo, entre los medios de comunicación y los analistas políticos ganó camino la definición de centro-derechista tras los primeros años de gobierno (1996- 1998).

Pero esa situación sufre un nuevo cambio a partir de dos hechos: el congreso de la Internacional de Centro Democrático (ex Demócrata Cristiana), realizada en 2001 en México y que designó a Aznar como presidente, y el congreso del PP del fin de semana pasado, en el que quedaron claramente expuestas sus líneas políticas centristas y democráticas.

Uno de los símbolos que hizo pública esa transformación fue el ingreso al PP y su elección como miembro de dirección, un día antes de iniciarse el congreso, de Adolfo Suárez, hijo del político del mismo nombre que dirigió la transición del régimen franquista a la democracia por designación del rey Juan Carlos.

Pero hay otros hechos que avalan la definición de ese centro democrático del PP, como son la designación y el papel de las mujeres en altos cargos políticos, el pacto social y la represión de la banda terrorista ETA sin infringir las leyes.

A ello se agrega el éxito en la lucha contra la desocupación, la incorporación de jóvenes a la dirección del PP y la decisión de Aznar, ratificada en el congreso, de que no se postulará a la reelección como presidente del Gobierno ni del partido.

Por primera vez en la historia de España, dos mujeres presiden el Senado y el Congreso de los Diputados, Esperanza Aguirre y Luisa Fernanda Rudi.

También Margarita Salas fue elegida la semana pasada para integrar el Tribunal Supremo de Justicia, siendo así la primera mujer que ejerce ese cargo.

Otra mujer, Loyola de Palacio, por propuesta del PP, fue designada vicepresidenta de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE).

Son también mujeres las ministras de Sanidad y de Ciencia y Tecnología y es mujer la que será candidata a la Alcaldía de Madrid, Mercedes de la Merced, con grandes posibilidades de triunfar.

Aznar logró en 1996, a pocos meses de asumir por primera vez la presidencia del gobierno, que las centrales sindicales y la Confederación de Empresarios firmasen un pacto social, en especial sobre salarios, convenios de trabajo, despidos y regulación del mercado de trabajo.

La firma de ese pacto contrastó con lo ocurrido durante el gobierno del socialista Felipe González (1982-1996). En 1989 no sólo no se logró la firma el acuerdo, sino que se registró la mayor huelga general de que se tenga memoria en España, convocada por todos los sindicatos de forma unánime y que paralizó totalmente el país por 24 horas.

Otro factor que favoreció la buena imagen del PP se ha dado en la represión contra el terrorismo de la organización vasca ETA.

Aznar ha dado instrucciones terminantes de que se cumplan las leyes y que, por lo tanto, no se incurra en actos de «guerra sucia», como los perpetrados desde el Ministerio del Interior en tiempos del gobierno socialista, con más de 40 atentados y 28 personas asesinadas, varias de ellas después de sufrir crueles torturas.

Otro logro de Aznar son los 3,6 millones de puestos de trabajo creados durante los cinco años de gobierno y que la desocupación haya caído desde aproximadamente 20 por ciento en 1996 a nueve por ciento el año pasado.

En política exterior, Aznar fortaleció las relaciones con América Latina y apoya con firmeza la ampliación de la UE hacia Europa oriental.

No obstante, lo más resonante de este congreso del PP fue su ratificación de que no será candidato, mientras desde las filas del PSOE lo acusaban de «cesarismo», o sea de autoritarismo.

Ese calificativo fue contestado por el reelecto secretario general del PP, Javier Arenas, quien señaló que es insostenible hablar de cesarismo o hiperliderazgo «cuando el político que tiene más crédito en la sociedad española, en el mejor momento de su partido, le dice a su organización que no quiere que en el futuro dependa de su figura».

Aznar dejó claro también que no aspira a presidir la Comisión Europea ni el Parlamento Europeo. Entre sus allegados se dice, pero pidiendo no ser citados, que su compromiso más firme será trabajar en la presidencia de la Internacional de Centro Democrático. (FIN/IPS/td/dm/ip/02

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