EEUU-SIRIA: Cooperación antiterrorista, pese a todo

Siria decidió tomar parte en la campaña internacional contra el terrorismo, pese a sus profundas diferencias con Estados Unidos sobre la definición y el alcance del término, informaron funcionarios estadounidenses.

Damasco y Washington acordaron iniciar su cooperación en el combate antiterrorista, aunque subsisten discrepancias sobre qué es terrorismo, dijo el embajador de Estados Unidos ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), John Negroponte.

El diplomático hizo estas declaraciones tras una larga reunión con el ministro de Asuntos Exteriores de Siria, Farouk Al-Sharaa, la última de una serie de intensos contactos entre ambos gobiernos durante el último mes.

La semana pasada, dos delegaciones de legisladores estadounidenses visitaron Damasco para discutir la cuestión del terrorismo, entre otros asuntos.

Un alto funcionario de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) dialogó con autoridades de inteligencia sirias sobre el combate a la red Al Qaeda, del saudita Osama bin Laden, a los que Washington acusa de los atentados del 11 de septiembre.

«Nos sentimos alentados de que ahora exista un diálogo», dijo uno de los legisladores.

«Creo que hay una interacción seria entre Estados Unidos y Damasco, desde el 11 de septiembre. Creo que esa cooperación continúa mientras hablamos», dijo a la prensa el ex secretario adjunto de Estado (vicecanciller), y ex embajador ante Siria e Israel, Edward Djerejian, tras una larga conversación con el presidente Bashar Al-Assad.

No está confirmado que Siria haya entregado información específica para desarticular células de Al Qaeda, pero funcionarios estadounidenses saludaron la contribución siria y afirmaron que seguramente se les pedirá más.

De hecho, tras uno de los encuentros de la semana pasada, Assad instó a Estados Unidos a «aprovechar las exitosas experiencias de Siria», en referencia a la represión que Damasco llevó a cabo contra la Hermandad Musulmana, responsable de atentados explosivos y asesinatos a comienzos de los años 80.

Negroponte, quien llegó a Damasco el fin de semana como parte de una misión diplomática iniciada en Egipto, dijo a la prensa que Siria y su país «comparten la misma opinión en algunas cuestiones y podemos tener ciertamente diferentes perspectivas en otras».

«Creo que la actitud de ambas partes es tratar estos asuntos de un modo constructivo y respetuoso», por lo que las conversaciones fueron «productivas e interesantes», dijo Negroponte.

Un comunicado de la cancillería siria afirmó que durante la visita, se acordó cooperar para «enfrentar varias cuestiones internacionales según los documentos de la ONU, a través de una visión justa y objetiva, lejos de la política del doble discurso».

Según fuentes diplomáticas, también formó parte de las conversaciones la posible acción de Washington contra Iraq, cuyo viceprimer ministro, Tariq Aziz, llegó este miércoles a Damasco.

Damasco y Bagdad mejoraron sus lazos en los últimos años, en particular desde que Assad asumió la presidencia en 2000, subrogando a su padre, el fallecido ex presidente Hafez Al-Assad.

Iraq es un valioso mercado para las exportaciones sirias, pese a las sanciones impuestas por la ONU a Bagdad tras la guerra del Golfo.

El intercambio comercial entre ambos países se reanudó en 1997, cuando las exportaciones sirias alcanzaron 500 millones de dólares. En 2001, las mismas llegaron a 1.000 millones y se espera que ese monto se duplique este año.

Siria, uno de los 10 miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, fue reiteradamente acusada por Washington de promover el terrorismo.

Damasco condenó los atentados del 11 de septiembre, pero advirtió que la guerra antiterrorista no debe dirigirse contra organizaciones como la guerrilla libanesa Hizbolá o las facciones militantes palestinas que tienen sus bases en territorio sirio.

Para Washington son organizaciones terroristas, pero para Damasco se trata de movimientos de resistencia legítimos contra la ocupación «terrorista» de Israel a territorios árabes.

Negroponte bloqueó mediante el veto una resolución de condena a la violencia en Medio Oriente que estudiaba el Consejo de Seguridad, por considerarla sesgada en contra de Israel.

La semana pasada Washington y Damasco se enfrentaron nuevamente en el Consejo de Seguridad, cuando Siria comparó la demolición de viviendas palestinas, que lleva a cabo Israel, con los ataques suicidas del 11 de septiembre.

«La ocupación extranjera es la forma más brutal de terrorismo», y la demolición del ejército israelí de casas palestinas «no es muy diferente a la escena del World Trade Center, destruido por terroristas», dijo el número dos de la delegación diplomática siria ante la ONU, Fayssal Mekdad.

El secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos, Colin Powell, consideró el discurso de Mekdad como «histérico», mientras un colaborador de Negroponte lo calificó de «escandaloso».

«Lo que debemos discutir es la forma de terminar con la violencia y no ahuyentar con los histéricos pronunciamientos sirios», dijo Powell al canal de televisión estadounidense Fox News.

«Es realmente extraño que los comentarios (sirios) de condena al terrorismo en todas sus formas, incluyendo los ataques en Nueva York, enciendan reacciones tan inapropiadas, incluso de un representante de Estados Unidos», afirmó el diario Al-Baas, del gobernante partido Baas.

«Cuando Siria condena los crímenes israelíes y las demoliciones, los sectores pro israelíes se enfurecen y ven esta actitud como un insulto. El gobierno estadounidense aún insiste en ponerse del lado del terrorismo israelí», sostuvo el diario oficialista Syria Times.

«Los asesinatos flagrantes y el terrorismo cotidiano aún no han sido denunciados por las grandes potencias encabezadas por Estados Unidos. ¿Acaso esto conduce a la paz?», cuestionó el periódico. (FIN/IPS/tra-eng/gb/sm/dc/ip/02

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