ECUADOR: Inexplicables accidentes más allá de la frontera

Las autoridades de Ecuador no logran explicar dos accidentes aéreos en que hallaron la muerte 120 personas este mes más allá de la frontera con Colombia, pues los aviones, tripulados por personal experimentado, se precipitaron a tierra tras desviarse de su ruta.

Un Boeing de la empresa aérea TAME, que despegó de Quito en dirección a Tulcán, en la frontera septentrional, se desvió el lunes de su ruta 45 kilómetros y chocó con el volcán Cumbal, en el departamento colombiano de Nariño, a 4.764 metros sobre el nivel del mar, con 94 personas a bordo.

El 17 de este mes, un avión Fairchild de la compañía estatal Petroecuador que se dirigía de Quito a Lago Agrio, en la frontera nororiental, se desvió 50 kilómetros de su ruta hasta ingresar en territorio colombiano y estrellarse contra el cerro El Tigre con 26 personas a bordo.

En los dos casos, los controladores aéreos perdieron contacto con los aviones luego de que los pilotos habían pedido permiso para aterrizar.

Existen coincidencias entre los dos accidentes y éstos son inexplicables, sostuvo el director de la Dirección de Aviación Civil de Ecuador, César Naranjo. «Los dos casos son similares y muy difíciles de entender, por lo que nos llaman a muchas reflexiones», dijo.

El avión de Petroecuador estaba operando bien y su tripulación estaba extremadamente preparada, aseguró Naranjo. «Inexplicablemente mantuvo un rumbo no adecuado», se interna en Colombia y se estrella «de frente contra el cerro El Tigre. Es algo que se sale de cualquier parámetro», dijo.

Ambos accidentes «tienen ciertas características parecidas», pues ocurrieron «cerca de aterrizar» y «con desvíos incomprensibles», dijo, por su parte, el ministro de Defensa, Hugo Unda.

«Las características de estos dos accidentes hacen muy difícil que lleguemos a determinar las causas», concluyó Unda, quien consideró necesario esperar los resultados de las investigaciones.

Fuentes militares, familiares de las víctimas y empleados de Petroecuador señalaron a varios medios de prensa, como el diario El Universo y la radioemisora La Luna, la posibilidad de que los aviones hubieran sido blanco de cohetes disparados por guerrilleros colombianos, sin advertir que se trataba de vuelos comerciales.

También manejaron la posibilidad de que los vuelos hubiesen sido secuestrados y que se estrellaron al ser obligada la tripulación a desviarse hacia alguna pista clandestina.

En ese sentido, distintas versiones indican que detrás del cerro El Tigre existen pistas clandestinas donde aterrizan avionetas de narcotraficantes.

El gobernador de la septentrional provincia de Carchi, cuya capital es Tulcán, destino del avión de Tame, Edgar Moscoso, aseguró que se han analizado varias hipótesis sobre el accidente, sin descartar el secuestro.

La posibilidad de un secuestro «no está confirmada y trabajaremos también en ese sentido» en las investigaciones, afirmó Moscoso.

Las versiones de las autoridades son contradictorias, y los familiares de las víctimas exigen una investigación minuciosa para determinar si se trató de secuestros fallidos o atentados.

El ministro de Gobierno, Marcelo Merlo, quien descartó la posibilidad de que el avión de TAME hubiese sido objeto de un secuestro o atentado, consideró difícil creer que el desvío del avión de Petroecuador hubiese tenido origen en una falla humana o técnica.

Los dos aviones se quebraron en pedazos y los cuerpos de las víctimas quedaron destrozados y calcinados. Sólo fue posible identificarlos por el hallazgo de documentos.

En ninguno de los dos casos se ha recuperado la caja negra de los aviones, y es prácticamente imposible recuperar los cadáveres destrozados y calcinados, informaron las autoridades de Ecuador y Colombia. Se estudia declarar camposanto las zonas donde ocurrieron los accidentes.

«Hay restos de cuerpos dispersos. Las partes del avión están totalmente dispersas, alrededor de un kilómetro», dijo el secretario de Salud de Cumbal, la ciudad más cercana al sitio del accidente del avión de TAME, Joli Hernández.

La tripulación del avión de Petroecuador era considerada experta en la ruta que cumplía a diario entre Quito y Lago Agrio, capital de la provincia amazónica de Sucumbíos, según las autoridades aeronáuticas.

El tiempo era excelente y las condiciones del aparato, según sus mecánicos, muy buenas, pero inexplicablemente, unos 10 minutos antes de aterrizar en Lago Agrio, el avión desvió su rumbo unos 50 kilómetros al norte, para estrellarse en el cerro El Tigre.

El Boeing 727 de TAME también estaba tripulado por personal altamente calificado, que cubría permanentemente la ruta Quito- Tulcán-Cali. El avión se encontraba en perfectas condiciones, según la compañía Boeing, y nadie se explica qué pudo suceder en los tres minutos que le faltaban para aterrizar.

Portavoces de Boeing explicaron que para aterrizar en Tulcán, los aviones deben entrar unos pocos kilómetros en espacio aéreo colombiano y luego virar hacia el aeropuerto ecuatoriano. Los 45 kilómetros de desvío de la ruta hacia territorio colombiano es inexplicable, dijeron.

En agosto de 2000, a poco kilómetros de El Tigre, se precipitó un avión militar estadounidense RC-7B. La noticia sólo salió a la luz por una investigación de la prensa estadounidense sobre supuestas intervenciones encubiertas de Estados Unidos en territorio colombiano.

En abril pasado, un caza bombardero de la Fuerza Aérea peruana derribó una avioneta que transportaba misioneros estadounidenses basándose en datos de inteligencia proporcionados por un avión estadounidense.

Según el diario The New York Times, los aviadores peruanos habrían confundido el aparato en que viajaban los misioneros con un avión de narcotraficantes.

Los habitantes de la frontera ecuatoriano-colombiana cercana a Lago Agrio temen que con el pequeño avión de Petroecuador haya ocurrido algo semejante a lo que ocurrió con el RC-7B estadounidense o con la avioneta de los misioneros.

En la zona donde cayó el avión de TAME actúa el Ejército de Liberación Nacional (ELN), segunda organización insurgente colombiana.

Mientras, en el área donde se estrelló el avión de Petroecuador se enfrentan las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal organización rebelde de ese país, con el ejército y con las derechistas y paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Además, allí actúan bandas de narcotraficantes.

El parlamento unicameral ecuatoriano anunció la integración de una comisión que se encargará de investigar los accidentes para «garantizar la transparencia». «Tendrá que investigarse por qué los accidentes se registraron ambos en territorio colombiano», añadieron los legisladores. (FIN/IPS/kl/mj/tr/02

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