Los pronósticos de babalaos yorubas para Cuba y el mundo coinciden en que este año será muy difícil, con enfermedades, desastres marítimos, golpes de Estado y guerras, entre otras calamidades.
Dos de las mayores asociaciones de babalaos, sacerdotes que constituyen la máxima autoridad del culto afrocubano conocido como santería o Regla de Ocha, dieron a conocer con pocos días de diferencia sus predicciones anuales, esperadas con interés por los cubanos residentes en el país y en el exterior.
Los próximos 12 meses estarán cargados de dificultades, coinciden los babalaos de los grupos Comisión Organizadora de la Letra del Año y Asociación Cultural Yoruba, que basan sus vaticinios en la lectura de la llamada «Letra del Año».
Ambas asociaciones se reúnen por separado la noche del 31 de diciembre para confeccionar la Letra del Año y hacer sus valoraciones e interpretaciones. En la primera semana de enero, también en forma independiente, dan a conocer las predicciones de Ifá para el año.
Las predicciones no son publicadas por la prensa estatal cubana, aunque se difunden rápidamente de mano en mano, leídas por teléfono y más recientemente por correo electrónico, explicó a IPS la etnóloga cubana Natalia Bolívar.
La investigadora añadió que la Letra del Año es tomada «muy en serio por los creyentes cubanos, que estudian y asimilan sus orientaciones para saber como evitar los problemas».
La Letra proviene de un sistema adivinatorio conocido como Ifá, utilizado desde hace milenios por el pueblo yoruba de Nigeria y traído a América por los esclavos de esa zona de Africa.
«Lo que marca el tiempo para usted» es la definición de ese sistema que, a partir de la trata de esclavos, se afincó en Brasil y Cuba, desde donde se extendió luego a Venezuela, México, Panamá, Colombia y Estados Unidos.
El culto yoruba fue trasladado a Cuba por los esclavos africanos a partir del siglo XVII y se ha continuado en el país como Regla de Ocha o santería.
La Comisión Organizadora de la Letra del Año señala que el signo regente o Letra de 2002 es Obeyono, lo cual significa que «el mar se come a los hombres», afirmación preocupante para este país donde muchos emigran por vía marítima.
Además, gobernará Shangó, divinidad de las guerras y el rayo, acompañado de Yemayá, deidad de las aguas y madre de los peces.
En el listado de acontecimientos negativos para el año abundan los relacionados con el agua, como accidentes en el océano, afectaciones en la marina mercante y pérdidas de vidas en el mar o ríos.
Bolívar precisó que el mismo signo Obeyono rigió en 1994, cuando varios centenares de personas intentaron emigrar de manera clandestina a Estados Unidos, lanzándose al mar en frágiles embarcaciones, en «la llamada crisis de los balseros».
También fue el regente de 1999, «año en que comenzó la saga del niño náufrago Elián González», apuntó la investigadora.
Elián perdió a su madre en noviembre de 1999, al hundirse la embarcación en que viajaban ambos en compañía de otros emigrantes hacia las costas estadounidense, y su padre logró traerlo de regreso a Cuba siete meses después, tras una prolongada disputa judicial.
En ese sentido, Bolívar consideró que la Letra trae la recomendación implícita de no lanzarse en balsa a las aguas del océano Atlántico.
El servicio de guardacostas de Estados Unidos registró el ingreso de 2.352 cubanos indocumentados entre el 1 de octubre de 2000 y el 30 de septiembre del año pasado.
«Nadie que practica esta religión recomienda este tipo de salidas. Lo que pasa es que ha habido desobediencia, ya sea por desconocimiento de los riesgos o desesperación por salir del país», consideró la experta.
El signo también pronostica el aumento de dolencias neurológicas, estomacales, bucales y dermatológicas, así como «gran mortalidad» por brotes epidémicos de «enfermedades infectocontagiosas».
Los vaticinios de los babalaos incluyen golpes de Estado, proliferación de guerras, rupturas de convenios, tratados y acuerdos en gran magnitud, además de sanciones económicas y malversaciones del erario público.
En este año que comienza habrá que abstenerse de consumir carne de cerdo, evitar la ira y la violencia, así como la acumulación de residuos y escombros, cuidar las relaciones interpersonales y evitar que los menores vayan solos a playas o ríos.
Las orientaciones de Ifá ayudan a escoger los mejores proyectos para el año en curso, además de conocer las mejores vías para alcanzar logros futuros en las metas actuales, explicó la Comisión Organizadora de la Letra del Año al dar a conocer la importancia de las predicciones.
También permiten saber con anticipación lo que acontecerá en el futuro y de qué hay que cuidarse. «Nos hacen dominar, por encima de todo, nuestro destino y nuestro futuro», añadió el grupo.
La primera en dar a conocer sus vaticinios anuales fue la Asociación Cultural Yoruba, que también auguró «un año difícil» y conminó a estar preparados para enfrentar cualquier tipo de desastres naturales, problemas climatológicos y otros que se presentarán.
Sin embargo, señaló que este año regirá Yemayá, deidad que también gobernó 2001, un año complejo para el mundo y para Cuba, donde un huracán de gran intensidad causó daños estimados en más de 1.800 millones de dólares y agravó las vicisitudes económicas del país.
Expertos consideran el oráculo de Ifá como el más complejo y extenso sistema adivinatorio que se conoce, recogido en el Libro Sagrado de Ifá o Tratado de Oddún. (FIN/IPS/pg/dm/cr/02
