COLOMBIA: FARC creen posible salvar diálogo de paz

Las insurgentes FARC, emplazadas este miércoles por el gobierno de Colombia a abandonar en 48 horas la zona desmilitarizada del sudeste, anunciaron que se retirarán el día 20, si el presidente Andrés Pastrana confirma la ruptura de las negociaciones de paz mantenidas por las partes durante tres años.

«Todavía hay varios días y de pronto es posible encontrar la solución», afirmó el portavoz de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), Raúl Reyes, frente al anuncio del Alto Comisionado presidencial para la Paz, Camilo Gómez, de suspensión del diálogo de paz.

Antes del 20 de enero, fecha tope para la desmilitarización de la zona de distensión en que se realizaban las negociaciones, dijo Reyes, las FARC podrían lograr «la restitución plena de las garantías» que exigen al gobierno, sintetizadas en la supresión del control militar sobre esa área de 42.000 kilómetros cuadrados.

Gómez comunicó en la localidad de Los Pozos, en el área desmilitarizada que ocupan las FARC, la suspensión del proceso de paz y que el gobierno concedía a los rebeldes dos días para abandonar la zona.

El gobierno ha presentado «el mejor ánimo y ha brindado alternativas que permiten darle perspectivas al proceso, (pero) las FARC lamentablemente las han desechado y sólo insisten en que se deben cambiar los controles de la zona» de distensión, según Gómez.

Después de escuchar a las FARC durante la ronda de discusiones del 3 y el 4 de este mes y del martes y este miércoles, el gobierno entiende que «este grupo insurgente no continúa en el proceso de paz».

Por lo tanto, deberá abandonar en 48 horas la zona de distensión, como se había convenido en caso de no reactivarse las conversaciones, que los rebeldes interrumpieron el 17 de octubre.

Pero Reyes respondió que Gómez «le mintió al país» y a la comunidad internacional al afirmar que los insurgentes había pedido un plazo de 48 horas para salir de la zona de distensión en caso de no llegarse a acuerdo.

«La actitud de asumida por el Alto Comisionado, al echar más combustible a la hoguera en momentos en que el futuro de la patria requiere humildad y grandeza, no se compadece con su investidura», afirmó Reyes en un comunicado.

El Comisionado dijo que el gobierno dio durante los tres años de negociación «todas las garantías, y el país y el mundo entero lo saben» .

Agregó que el Poder Ejecutivo «está dispuesto a mantener las puertas abiertas al diálogo y a la negociación».

Las FARC resolvieron en octubre interrumpir las conversaciones en rechazo del control militar que el gobierno estableció en los alrededores de la zona desmilitarizada en que se realizaban las negociaciones, de los vuelos de la Fuerza Aérea sobre el área y de las restricciones al ingreso de visitantes extranjeros.

En cartas enviadas el martes a varias personalidades, los rebeldes afirmaron que si el proceso se rompía era responsabilidad directa de Pastrana.

El comandante de las Fuerzas Armadas, general Fernando Tapias, advirtió que los controles dispuestos por el gobierno no son «negociables».

La decisión anunciada por Gómez, que fue interpretada como la ruptura del proceso de negociaciones, polarizó las posiciones de sectores opuestos a la forma como se estaba llevando el proceso y a quienes lo conducían.

Miguel Caro, secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT), la más influyente entre las organizaciones laborales, dijo que la decisión del gobierno es lamentable, y que conducirá «a un mayor escalamiento de la guerra».

«La CUT hará un llamamiento a todos los sectores de la sociedad colombiana a una gran movilización para exigir que se restablezcan los diálogos y se reoriente el proceso de paz», anunció Caro a IPS.

En opinión de el líder sindical no hay ningún argumento «que justifique la suspensión del diálogo, que lo que traerá será una situación de guerra más grave que la que se esta viviendo».

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) había propuesto una mediación internacional para destrabar las negociaciones entre el gobierno y las FARC.

«La presencia de un tercero podría ayudar a impulsar el proceso de paz, que se encuentra en una aguda crisis por la falta de confianza entre las partes», había señalado el nuevo Representante del Secretario General de la ONU para Colombia, el estadounidense James Lemone.

Lemone, que reemplazó el 1 de enero al noruego Jan Egeland, expresó su preocupación por la situación del proceso de paz, tras reunirse este miércoles en Bogotá con Pastrana.

La delegación de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) ha hecho un gran «esfuerzo en los últimos meses, asistiendo a las partes, para encontrar una solución compartida de la crisis actual», añadió el funcionario.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, creó la delegación especial en 1999 para apoyar el esfuerzo de Pastrana de negociar una salida pacífica al conflicto armado con las FARC, iniciados ese mismo año.

El ejército asegura que la zona de distensión es utilizada los rebeldes para fortalecerse militarmente, ocultar secuestrados y realizar actividades de narcotráfico.

Así mismo, organizaciones humanitarias afirman que las FARC violan derechos humanos en esa área, que engloba a cinco muncipios.

La propuesta de mediación internacional para destrabar el proceso de paz también fue planteada por la directora de la Red de Iniciativas para la Paz (Redepaz), Ana Bernal.

«La opinión neutral de un tercero que pueda hacer aportes muy concretos puede servir para salvar la negociación», indicó la directora de Redepaz, en la que participan cerca de 30 organizaciones no gubernamentales. (FIN/IPS/yf/ff/ip/02

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