El acuerdo firmado el domingo por el gobierno de Colombia y las insurgentes FARC, que establece plazos precisos para los próximos pasos del proceso de paz, fue avalado por candidatos presidenciales y dirigentes políticos, aunque algunos manifestaron reservas.
El aspirante a la presidencia del opositor Partido Liberal, Horacio Serpa, dijo que, si bien no es el ideal, el Acuerdo de Los Pozos firmado el domingo da pasos firmes en el camino hacia la paz al fijar el 7 de abril como plazo para alcanzar un convenio que reduzca la intensidad del conflicto.
La candidata escindida del gobernante Partido Conervador Nohemí Sanín dijo que el acuerdo «deja cierto descontento porque no garantiza que se vaya a eliminar los abusos» de que se acusa a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) en la zona donde se celebra el diálogo, desmilitarizada por el gobierno.
Sin embargo, Sanín afirmó que el acuerdo, firmado en la localidad rural de Los Pozos, en el municipio de San Vicente del Caguán, puede dar algunos resultados positivos en la búsqueda de la paz.
Por su parte, el aspirante a la presidencia conservador Juan Restrepo sostuvo que el principal avance del Acuerdo de Los Pozos, alcanzado tras cuatro días de intensas negociaciones, es el establecimiento de plazos al proceso y la formalización de la presencia de la comunidad internacional para su supervisión.
El candidato del izquierdista Frente Social y Político, Luis Garzón, dijo a IPS que avala el acuerdo «porque pone fecha para el tema del cese al fuego y expresa la voluntad de las partes en asuntos clave para la paz como el paramilitarismo, el secuestro y las violaciones de derechos humanos «.
El liberal Alvaro Uribe, quien se presenta como candidato de una alianza pluripartidista fuera de su partido, criticó el acuerdo por considerar que el cese del fuego con suspensión inmediata de los secuestros por parte de las FARC debió ser una condición a la firma.
La primera vuelta de las elecciones del presidente para el periodo 2002-2006 se celebrarán en mayo, un mes después de que se firme el primer acuerdo de cese al fuego, según el cronograma acordado el domingo por el gobierno y las FARC.
El delegado de la Secretaría General de la ONU para la paz en Colombia, James Lemoyne, dijo este lunes a su regreso de la sudoriental localidad de San Vicente del Caguán, donde se celebra el diálogo, que el acuerdo «es el punto de partida» para una búsqueda de la reconciliación en un proceso que no será fácil.
Los colombianos deben ser optimistas, si bien el futuro será difícil, porque la paz «no será para mañana» y los abusos a manos de los grupos armados continuarán, pero por primera vez Colombia tiene una oportunidad real para alcanzar la paz, afirmó Lemoyne.
El representante del secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) pidió en especial a los paramilitares de derecha que «no pongan tropiezos al proceso de paz» y el cese de «las masacres y desplazamientos (forzados) de los campesinos».
Con el Acuerdo de Los Pozos, el combate a los paramilitares será incorporado a las conversaciones, al igual que el cese de los secuestros de civiles que realizan las FARC.
En respuesta al acuerdo, el presidente Andrés Pastrana prorrogó hasta el 10 de abril la desmilitarización de la zona de 42.000 kilómetros del sudeste colombiano donde se celebran las negociaciones desde enero de 1999.
La fijación de un cronograma preciso en el acuerdo, condición puesta por Pastrana para prorrogar la desmilitarización de la denominada «zona de distensión», y los compromisos alcanzados en materia de secuestros y lucha contra los paramilitares son los elementos claves que, según analistas y políticos, despiertan optimismo en la etapa que se inicia.
Así mismo, reconocieron el papel jugado por el grupo de países facilitadores del diálogo entre el gobierno y las FARC (Canadá, Cuba, España, Francia, Italia, México, Noruega, Suecia, Suiza y Venezuela, Canadá y Cuba) y el que tendrán en la nueva etapa.
Pastrana dijo el domingo que no se llegó a la meta, pero que sí se está avanzando, con una gran diferencia respecto de etapas anteriores porque se fijaron «plazos fijos, informes al país y un acompañamiento internacional, que establecen bases firmes y verificables para construir la paz».
El mandatario sostuvo que sólo queda trabajar sin pausa y demostrar con hechos concretos «que la paz sí es posible, que la palabra empeñada vale y que el diálogo merece esta nueva oportunidad».
Pastrana expresó su confianza en que, con el cumplimiento de los acuerdos de Los Pozos y de San Francisco, firmado en octubre pasado, la propuesta de una comisión de notables nombrados por el gobierno y las FARC y la reiteración de la organización insurgente de su intención de suspender los secuestros se acelere el logro de acuerdos de paz.
En el Acuerdo de San Francisco comprometió a las partes a estudiar de inmediato una tregua bilateral de seis meses y a acoger las recomendaciones de la comisión de notables sobre la necesidad de discutir el cese del fuego y de tomar medidas para afrontarla crisis social y humanitaria que vive el país.
El Acuerdo de Los Pozos señala que el 2 de febrero se presentarán los primeros borradores del acuerdo para la reducción del conflicto y que antes del 6 de febrero se definirá cómo la comunidad internacional acompañará el proceso.
A partir del 20 de febrero se estudiarán los borradores presentados por las partes sobre el la tregua y el 7 de abril se firmarían los primeros acuerdos.
El diputado y ex guerrillero del M-19 Antonio Navarro Wolf afirmó que el plazo del 6 de abril es razonable. Otros sectores demandaban suscribir un acuerdo inmediato de cese del fuego.
Navarro dijo a IPS que «una mala tregua podría haber sido ser más peligrosa y más inconveniente que la continuación» de los combates. Además, agregó, es destacable la aceptación por parte del gobierno y las FARC de la supervisión de la comunidad internacional.
Se trata de «una señal nueva y alentadora para recuperar la confianza en el proceso de negociación», agregó.
El senador del Partido Conservador Juan Ospina consideró que el acuerdo es realista al referirse a la reducción del conflicto y no a una tregua.
El texto del acuerdo «es una aproximación realista, porque hay posiciones maximalistas que han servido para dar titulares de prensa pero no resuelven el problema, mientras que poner un cronograma es importante y concreto», señaló Ospina. (FIN/IPS/yf/mj/ip/02