Michelle Bachelet, hija de un general leal a Salvador Allende que falleció en prisión bajo la dictadura de Augusto Pinochet, se convirtió este martes en la primera ministra de Defensa de Chile.
La designación de una mujer al frente de la cartera a cargo de los asuntos militares es un hecho sin precedentes en América y en casi todo el mundo, con excepción de los países escandinavos, según destacó la estatal Televisión Nacional de Chile.
La nueva ministra de Defensa, que hasta el lunes estaba a cargo del Ministerio de Salud, es hija del general de la Fuerza Aérea Alberto Bachelet, arrestado tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 y fallecido el 12 de marzo de 1974 en la Cárcel Pública de Santiago.
El informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación, de 1991, señaló que su muerte se produjo «a consecuencia de las torturas y malos tratos sufridos mientras estuvo detenido».
El general Bachelet, un militar constitucionalista, fue secretario de la Dirección Nacional de Abastecimiento y Comercialización del gobierno de la izquierdista Unidad Popular, que encabezó el socialista Allende entre 1970 y 1973.
Allende creó ese organismo para asegurar los abastecimientos básicos a la población, en un vano intento de contrarrestar las maniobras de especulación y ocultamiento de mercaderías que contribuyeron a la desestabilización de su gobierno.
El general Bachelet fue una de las víctimas más connotadas de la «depuración» que llevó a cabo la dictadura de Pinochet en las Fuerzas Armadas, para purgar a todos los oficiales y suboficiales opuesto al golpe militar de 1973.
Su hija Michelle, militante del Partido Socialista (PS), recibió este martes honores militares cuando llegó hasta el edificio Diego Portales, sede del Ministerio de Defensa, para recibir el cargo de manos de su antecesor, el democristiano Mario Fernández.
El presidente Ricardo Lagos ordenó el lunes cambios en seis ministerios, en una reestructuración de su equipo de gobierno, anunciada desde las elecciones legislativas del 16 de diciembre, en las que se registró un importante avance de la oposición derechista.
La designación de Bachelet como ministra de Defensa fue la mayor sorpresa de esta recomposición ministerial, la tercera que realiza Lagos desde que asumió la presidencia el 11 de marzo de 2000.
La condición de mujer, socialista e hija de un general víctima de la dictadura de la nueva titular de Defensa fue objeto de diversas lecturas en el mundo político y entre la población.
La mayoría de los analistas concordaron en que Lagos emitió así una señal de normalización casi definitiva de las relaciones cívico-militares, que deja atrás exclusiones y vetos que caracterizaron no sólo a la dictadura de Pinochet sino también a los primeros años de la transición democrática.
Desde el fin del régimen militar, el 11 de marzo de 1990, los ministros de Defensa fueron miembros de la Democracia Cristiana, el partido más moderado y centrista de la gobernante Concertación por la Democracia, que integran también corrientes socialistas y socialdemócratas.
El último socialista ministro de Defensa fue, durante el gobierno de la Unidad Popular, Orlando Letelier, quien también ocupó la cancillería y que fuera asesinado en septiembre de 1976 en Washington por la policía secreta de la dictadura, mediante un atentado terrorista.
Bachelet es médico-pediatra, con estudios en las universidades de Chile y Von Humboldt, de Berlín. Realizó además cursos de salud pública y de epidemiología en Chile, Francia y Estados Unidos.
La nueva ministra de Defensa también desarrolló estudios de ciencias políticas, estrategia y táctica en la Academia Nacional de Estudios Políticos, dependiente de las Fuerzas Armadas de Chile, para especializarse luego en el Fuerte Leslie J.Mc Nair de la Universidad Nacional de Defensa de Estados Unidos.
Con estos antecedentes fue asesora de los anteriores ministros de Defensa y se la considera, por tanto, altamente capacitada para ejercer su nueva responsabilidad, señalaron fuentes castrenses.
El diario conservador El Mercurio dijo que Bachelet tiene muy buenas relaciones con el actual comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Izurieta, y con el general Juan Emilio Cheyre, quien asumirá ese mando en marzo próximo.
«La designación (de un ministro) es atribución exclusiva del presidente de la República y la designación del presidente de la República no se critica y no puede causar sorpresa», dijo este martes el general Patricio Ríos, comandante de la Fuerza Aérea.
«Dentro de la Fuerza Aérea no hay ninguna sorpresa (por el nombramiento de Bachelet) y no habrá dificultad alguna por el hecho de que haya sido designada una mujer», subrayó el oficial.
Por su parte, Bachelet indicó conocer «desde la cuna todos los códigos y toda la manera de ser de los militares, y por otro lado tengo estudios, trabajo y experiencia en esta área».
Bachelet descartó que pueda haber rechazo a su condición de mujer entre los militares y aseguró que todas las ramas de las Fuerzas Armadas la aceptarán como autoridad, gracias al trabajo de profesionalización de los institutos castrenses que se ha llevado a cabo desde la restauración de la democracia.
Con excepción de la Armada, todas los otros organismos de Defensa tienen mujeres entre sus cuadros de oficiales y suboficiales, incluso con dos generalas en el Cuerpo de Carabineros (policía militarizada).
La nueva ministra expresó sus esperanzas de seguir abriendo campos de participación a las mujeres desde la cartera de Defensa, señalando que «existen acercamientos» con la Armada al respecto.
En tanto, entre la población hubo diversas reacciones ante el nombramiento de una mujer en la cartera de Defensa.
«Es una falta de respeto al país y por sobre todo a las Fuerzas Armadas», dijo Alvaro Covarrubias, un militar retirado.
«Excelente la designación de Bachelet. Para aquellos que lo desconocen, ella tiene estudios y un amplio conocimiento en asuntos de Defensa», opinó la profesora Marjorie Rodríguez.
«La capacidad de gestión no está dada por el genero, sino por las habilidades de cada persona y, por lo mismo, considero que una persona puede perfectamente ser ministra de Defensa o en cualquier otra cartera», apuntó Carlos Abarzúa.
El estudiante Nelson Cabello comentó que Lagos dio «un golpe maestro» con la designación de Bachelet. «Una mujer en esa cartera es un mensaje muy fuerte a la 'miliquería', especialmente cuando la designada es hija de un militar honorable, traicionado, torturado y asesinado por la cáfila pinochetera». (FIN/IPS/ggr/dm/ip-hd/02
