/BOLETIN-DD HH/ INFANCIA-RUSIA: El Estado desampara a los huérfanos

Noventa por ciento del millón de niños y niñas de Rusia que carecen de hogar tienen al menos a uno de sus padres vivo, según estadísticas oficiales, pero son desamparados tanto por la familia como por el Estado, que no dispone recursos para atenderlos.

Se trata de niños «sin atención parental», según la clasificación oficial, y también llamados «huérfanos sociales».

Poco tiempo atrás había en Moscú docenas de orfelinatos gestionados por organizaciones humanitarias y de caridad. Pero el parlamento ruso aprobó en 1999 una ley que prohibió a las organizaciones no estatales administrar esas instituciones.

La decisión dejó a Moscú con solo tres orfelinatos dependientes del gobierno local, con capacidad para albergar a menos de 300 niños.

Unos 700.000 menores viven en instituciones estatales, según el Ministerio de Salud. Unos 15.000 salen de ellas cada año, cuando su edad lo indica, y al menos 40 por ciento de ellos terminan en prisión. Diez por ciento se suicidan.

El gobierno destinó el año pasado 25 millones de dólares a los orfelinatos de todo el país, un monto insuficiente, dijo el Ministro de Trabajo y Desarrollo Social, Alexander Pochinok. «El gobierno debería gastar mucho más», dijo Pochinok el día 15 al canal de televisión NTV.

Los sistemas educativo y de protección de la infancia desarrollados durante la época comunista sufrieron las consecuencias de los cambios políticos y económicos posteriores a la disolución de la Unión Soviética en 1991.

Como consecuencia, aumentó la deserción escolar y se redujo el presupuesto de las instituciones de atención a la infancia, incapacitadas así de dar cuidado apropiado a los niños y niñas abandonados.

Cientos de niños y niñas huyen de sus hogares para escapar de padres alcohólicos que luego no intentan ubicarlos. Los menores dejan la escuela, en general viven en las calles y terminan consumiendo drogas y participando en delitos.

La mayor parte de las decenas de miles de niños y adolescentes sin hogar de Moscú sobreviven mediante la mendicidad y los pequeños robos, pero aseguran preferir esta situación a la convivencia con padres alcohólicos o abusivos, en general con problemas de empleo a causa de la crisis económica.

Sólo cinco por ciento de los menores sin vivienda de la capital son moscovitas. El resto procede de distintas zonas de este país de 150 millones de habitantes. A su vez, los niños moscovitas sin vivienda tienden a dirigirse a otras ciudades.

Las autoridades planifican instalar 37 nuevos centros para hospedar a los niños sin hogar en Moscú, dijo Pochinok.

El presidente Vladimir Putin dijo el día 15 a la viceprimera ministra Valentina Matviyenko, en una reunión transmitida parcialmente por el canal estatal de televisión RTR, que hasta ahora las medidas del gobierno no lograron empezar a resolver el problema de los niños y niñas que escaparon de su hogar.

El número de menores en esa condición alcanza un nivel amenazante en todo el país, sostuvo Putin. Rusia tiene unos 150 millones de habitantes.

En respuesta, Matviyenko prometió elaborar un proyecto de ley cuya redacción deberá estar lista el mes próximo, y recordó que la mayoría parte de los niños solos tienen padres a quienes acudir.

Andrei Babushkin, presidente de la organización no gubernamental Derechos Civiles afirmó que los menores sufren en los hogares estatales la escasez de fondos para su atención y alimentación, y que a menudo son víctimas de abusos.

Activistas de derechos humanos han pedido una reforma de las políticas sobre niños abandonados a los Ministerios de Salud, de Educación y de Trabajo, que administran las instituciones para los menores.

«Muchos ministerios se ocupan del asunto, pero es triste admitir que Rusia tiene un millón de niños en las calles», dijo Svetlana Goryachheva, presidenta de la comisión de asuntos de la mujer y la familia de la Duma (cámara baja) del parlamento.

El gobierno debe respaldar a los hogares empobrecidos para evitar el fenómeno de los huérfanos sociales, dijo este miércoles la legisladora a TV3.

Pero los niños y niñas de la calle saben muy poco, o nada, sobre el debate público sobre cómo asistirlos.

El gobierno ruso prometió durante largo tiempo la creación de un comisionado federal para los derechos de la infancia, pero el sistema aún no empezó a funcionar. Lo mismo ha sucedido con otras medidas sugeridas por activistas.

Expertos han advertido que la inadecuada atención de la infancia abandonada y la falta de inversión para ese fin amenazan dañar los recursos humanos de Rusia.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) desarrolla varios programas en Rusia, algunos para apoyar a niñas y niños víctimas de violencia y de falta de cuidados.

Unicef sostuvo que Rusia atraviesa el peor periodo de su historia en épocas de paz en relación con indicadores de salud como la expectativa de vida, la mortalidad infantil y el número de nacimientos.

La natalidad se redujo drásticamente en la última década, por lo cual la población rusa tiende a disminuir a razón de un millón de habitantes por año. (FIN/IPS/tra-en/sb/sm/lp/mj/hd pr/02

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