/BOLETIN-AMBIENTE/ COSTA RICA: Crean parque de diversiones ecológico

Científicos, académicos y políticos de Costa Rica construyen un novedoso parque de diversiones que mostrará las riquezas ambientales del mar.

El proyecto se denomina Parque Marino del Pacífico, y la intención de sus impulsores es crear uno de los principales centros de investigación y turismo ecológico de América Latina y el Caribe.

El parque contará con peceras gigantes, un acuario tropical, un paisaje frente a la playa y mariscos frescos, en vez de carruseles, juegos mecánicos, grandes áreas de pavimento y hamburguesas.

«Queremos que Costa Rica no sólo sea vista por el mundo como el 'país verde', sino también como el 'país azul'», dijo a IPS la vicepresidenta y ministra de Ambiente, Elizabeth Odio, una de las principales promotoras del proyecto.

Odio es abogada, integró la Corte Internacional de Justicia de La Haya y participó en el uicio de crímenes de guerra en la ex Yugoslavia.

«Este parque no es más que una muestra de que el desarrollo sostenible es posible», dijo bajo la sombra que protegía de un sol calcinante.

El Parque Marino del Pacífico es parte de una estrategia para impulsar el desarrollo de Puntarenas, principal puerto de la costa costarricense dobre el Océano Pacífico.

La idea es ayudar a mejorar las condiciones económicas de esa zona, ubicada a 130 kilómetros de San José, al tiempo que se aprovecha la biodiversidad del país, que alberga a cinco por ciento de las especies del mundo en su pequeña extensión de 51.100 kilómetros cuadrados.

«Este será un parque con atracciones para toda la familia», afirmó Odio, quien espera inaugurar el 12 de abril la primera de tres etapas del proyecto.

Entre las atracciones del parque estarán un acuario con fauna marina, arrecifes de coral y vegetación de diversos humedales, y exhibiciones especiales dedicadas a la costarricense Isla del Coco, declarada patrimonio mundial y dada a conocer al mundo por el biólogo francés Jacques Cousteau.

También habrá juegos educativos, aulas para educación ambiental, un auditorio, museos, bibliotecas, laboratorios de investigación, áreas para cultivo de peces, un restaurante y tiendas para comprar regalos.

Impulsan el proyecto un ministerio, dos centros académicos estatales y uno no gubernamental, el Instituto Nacional de Biodiversidad (Inbio), sin fines de lucro y formado por biólogos, geólogos, historiadores y especialistas en ambiente, líder mundial en generación de conocimientos sobre biodiversidad.

Los socios han creado una fundación sin fines de lucro para la administración del Parque, que realizará estudios científicos sobre especies marinas.

«Vamos a convertir los desechos de moluscos en productos rentables», dijo a IPS la química Juana María Coto, presidenta de esa fundación, quien explicó el plan para procesar en el parque los cartílagos externos de esos animales, que en la actualidad son desechados y causan contaminación.

De esos cartílagos, por ejemplo de camarones, se extraerá quitina, una sustancia muy apetecida por empresas internacionales que la usan para productos farmacéuticos, cosméticos y destinados a la agricultura orgánica.

«El beneficio será doble, evitaremos la contaminación y enseñaremos a la gente a vender productos», añadió Coto, cerca de atareados operarios con relucientes cascos blancos y amarillos.

El proyecto, cuya primera etapa costará cerca de tres millones de dólares, también pretende cambiar la cultura pesquera de miles de personas.

Los pescadores de esta región se han dedicado durante muchos años a la pesca tradicional, y los especialistas pretenden enseñarles el cultivo doméstico de especies marinas.

«Muchas mujeres aprendemos sobre nuestra historia y nuestra ecología», dijo a IPS Marielos Contreras, morena, embutida en un vestido celeste y con un sombrero coronado por una flor.

Contreras, madre soltera de 47 años, debe mantener a cinco hijos e integra una asociación para el desarrollo de mujeres. El Parque Marino contratará a grupos como el suyo para que se encarguen de los puestos de comidas, la atención de los turistas y la venta de regalos.

Decenas de mujeres asisten en la actualidad a cursos de administración de negocios, cultura general e idioma inglés, a fin de capacitarse para el cumplimiento de esas tareas.

Los impulsores de la iniciativa esperan que el parque, de 30.000 metros cuadrados, atraiga a decenas de cruceros que pasan frente a las costas de Puntarenas.

«Ahora sabemos que si queremos superarnos debemos proteger nuestra naturaleza», enfatizó Contreras, mientras se disponía a beber agua de una botella para soportar mejor el calor. (FIN/IPS/nms/mp/en dv/02

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