(Arte y Cultura) MUSICA-ZIMBABWE: Ayer por la liberación, hoy contra la violencia

El cantante Thomas Mapfumo, de Zimbabwe, orientó el «chimurenga», el estilo musical que creó en los años 70 para despertar la resistencia contra el régimen colonial británico, a la promoción en paz de cambios sociales en su país.

Más de 20 años después de que su música surgiera como clara expresión de repudio al gobierno colonial, Mapfuno lanzó en Estados Unidos su disco «Chimurenga Rebel», con canciones que predican la unidad nacional y la paz entre blancos y negros.

El músico, llamado Gandanga (rebelde) y León de Zimbabwe por sus seguidores, condena en sus canciones la violencia, la toma de granjas, la intimidación, la impunidad y la corrupción que aflijen a este país de Africa austral, que, según él, está a punto de caer en el caos total.

«Ellos saben que eres viejo y que morirás pronto, y cuando mueras te echarán la culpa de todo», dice Mapfuno en la canción «Vanoita Sevanokudai» («Ellos fingen que les agradas»), incluida en «Chimurenga Rebel».

La canción se refiere a los asesores del presidente Robert Mugabe, de 77 años, quienes le presentan al jefe de Estado una visión falsa de la situación del país, explicó el músico.

La cadena de radio y televisión oficial de Zimbabwe, única con derecho a operar en el país, prohibió la difusión de las canciones debido a su fuerte mensaje.

El cantante, de 56 años, combinó en los años 70 la música mbira, tradicional de la etnia shona, con estilos occidentales, utilizando instrumentos modernos, e introdujo en sus canciones un mensaje político y proberbios tradicionales para forjar el género chimurenga.

«Hoy intento decirle a mis compatriotas que la violencia no es buena. No iremos a ningún lado con la violencia. Tenemos que trabajar por Zimbabwe y promoverlo, para que nuestros hijos tengan un mejor mañana. Eso es todo lo que digo en el disco», afirmó Mapfuno.

El artista sostuvo que la función primordial de un músico es unir a su pueblo y ser voz de los marginados. «Aquellos que no pueden hablar por sí mismos tienen la música, que habla por ellos», señaló.

«También canto sobre amor y paz. Pero no me refiero al amor en el dormitorio, sino al amor universal, por el que todo ser humano en este planeta debe aprender a convivir con los demás», añadió.

Mapfuno también critica el programa de reforma agraria del gobierno de Mugabe, por el que se procura repartir las granjas de unos 4.500 hacendados blancos, que concentran más de 70 por ciento de la tierra cultivable, entre millones de negros que viven en suelos áridos e improductivos.

«Hay mucha confusión. Todos necesitan tierra, pero no nos deberíamos sacar los ojos por ella. Todos los que viven aquí son ciudadanos de Zimbabwe. Como pueblo de raza negra, decimos 'tirivana vevhu' (somos los dueños de este país), pero también debemos respetar a los extranjeros que viven aquí», sostuvo.

El plan ha recibido fuertes críticas de la comunidad internacional, debido a que las operaciones de toma de granjas cobraron la vida de al menos 10 personas y obligaron a 70.000 a abandonar sus hogares.

«El problema de la tierra debe resolverse de manera pacífica. Hay que negociar con los que la poseen y hacerlos razonar. No es bueno ser violento, pues los blancos son también zimbabwenses y debemos aceptar que algunos de ellos nacieron aquí y no tienen otro lugar a donde ir», sostuvo Mapfumo.

«Debemos actuar como gente madura y frenar toda esta violencia. No está bien, no importa quién la promueva. Tenemos que deplorar esta violencia», dijo el músico.

«Escuché al presidente Mugabe decir en televisión que aquí nadie quiere violencia. Si eso es verdad, entonces debería hacer lo correcto. Debe ponerlo en práctica y asegurarse de hacer lo correcto por nuestra gente y de defender la vida de su pueblo», agregó.

La violencia política en Zimbabwe cobró la vida de más de 100 personas desde comienzos de 2000, según organizaciones de derechos humanos.

«Debemos aprender que los blancos son también nuestros hermanos y tenemos que recibirlos. Necesitamos algo de inversión en este país, y no podemos decirles simplemente que se vayan», añadió.

El músico, que estuvo detenido tres meses durante la guerra de liberación de Zimbabwe en los años 70, negó que haya pedido asilo político en Estados Unidos, donde se radicó y publicó su último disco.

«Estoy en Estados Unidos porque quiero trabajar y deseo que mis hijos vayan a una escuela aquí. Esa es la principal razón. Me pareció importante que mis hijos tuvieran una buena educación», explicó. (FIN/IPS/tra-eng/lm/mn/rp/mj/cr/02

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