El presidente de Argentina, Eduardo Duhalde, acusó este jueves a sectores opuestos a sus primeras decisiones, que incluyeron la devaluación del peso, de intentar la desestabilización de su gobierno con rumores infundados de renuncias.
«Vamos a enfrentar muchas dificultades, pues hay sectores que no están conformes con el viraje y van a tratar de desestabilizar (el gobierno), van a decir que Duhalde se quiere ir, que hay ministros que quieren renunciar. Pero estoy seguro de lo que hago», dijo el presidente ante organizaciones no gubernamentales.
Duhalde, que asumió el cargo el día 2 para gobernar hasta diciembre de 2003, aludió así a rumores de que sería reemplazado por el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, de su mismo Partido Justicialista (peronista), y de una supuesta amenaza de renuncia del ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov.
Las versiones de nuevas renuncias, en medio de la aguda crisis institucional que se intentó resolver con la designación de Duhalde como quinto presidente en 12 días, causaron estupor en la sociedad argentina.
La inquietud fue mayor aún debido a que los rumores circularon el miércoles, cuando el gobierno dispuso prorrogar una vez más el feriado cambiario, impuesto el 21 de diciembre y que todavía no se sabe si será levantado este viernes.
El programa de emergencia anunciado el domingo, tras la derogación de la ley de Convertibilidad de 1992 con paridad de un peso un dólar, contempla un tipo de cambio oficial, fijado en 1,40 pesos por dólar, y otro de cotización libre.
La acusación de Duhalde, que evitó dar nombres y pidió a sus ministros adoptar la misma actitud, pareció dirigida a contrarrestar las declaraciones realizadas en Chile por el ex presidente Carlos Menem (1989-1999).
Menem calificó a Duhalde de «inepto» y aseguró que las medidas económicas que está implementando son «pésimas» y llevarán a la ruina al país.
El ex mandatario ha manifestado en varias oportunidades ser partidario de dolarizar la economía y durante la administración de Fernando de la Rúa, quien renunció el 20 de diciembre tras sólo dos años en el cargo, recomendó a los argentinos «comprar dólares» para cubrirse de un cambio monetario en ese rumbo.
De esa forma, intentaba una defensa final del modelo basado en la paridad cambiaria del peso argentino con el dólar. Menem puso en marcha la Ley de Convertibilidad y vendió las empresas públicas, cuyos nuevos dueños se enfrentan hoy con el gobierno de Duhalde por las pérdidas que les acarrea el cambio de sistema.
La decisión de Duhalde de devaluar la moneda y cambiar de dólares a pesos las tarifas de servicios públicos representó un golpe para las firmas privatizadas, que cada año transferían sus utilidades al exterior en la moneda estadounidense.
Esas remesas se verán sensiblemente reducidas con la depreciación del peso, que se calcula en principio en torno a casi 30 por ciento.
Mientras, el nombramiento este jueves de Ginés González García como nuevo ministro de Salud, podría abrir un nuevo frente de guerra de presiones, esta vez con los laboratorios medicinales.
González García es el autor de una ley, en vigor en la centrooriental provincia de Buenos Aires, que permite a los médicos recetar remedios genéricos para que el paciente, asesorado por el farmacéutico, elija la marca en función de su poder adquisitivo.
Por su parte, las empresas petroleras también reclaman en estos días por sus intereses afectados.
Un representante del sector y los gobernadores José Luis Luzurume, de Santa Cruz, y Jorge Sobisch, de Neuquén, dos provincias australes con gran cantidad de pozos petroleros, se reunieron el miércoles con Duhalde para elaborar un programa de cooperación, que, sin embargo, este jueves fue relativizado.
Luzurume y Sobisch señalaron que el presidente había propuesto a las empresas petroleras que adelantaran pagos al Estado, por un monto de entre 1.000 y 1.400 millones de dólares en efectivo, para atender la crisis de los bancos, a cambio de las regalías a las exportaciones de crudo que pretende imponer el gobierno.
Pero ese anuncio fue desmentido este jueves por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien remarcó que «el gobierno no aceptará cambiar las regalías a las firmas petroleras por un crédito, porque el país tiene agotada su capacidad de endeudamiento».
«No avalamos ningún tipo de operación de financiamiento para el sector público, sino que pretendemos cooperación lisa y llana», aclaró.
Capitanich explicó que la ley de Emergencia Económica, aprobada el domingo por el Congreso, faculta al Poder Ejecutivo a cobrar regalías al sector de crudos por cinco años.
«Pretendemos aplicar esa ley con la firmeza y la decisión que caracteriza al presidente Duhalde, en el marco de una alianza productiva», apuntó con énfasis.
El gobierno procurará, con el dinero obtenido por esas regalías a las exportaciones de petróleo, asistir a los bancos, afectados severamente por el cambio de rumbo económico.
No obstante, el monto requerido por las entidades bancarias para hacer frente a los costos de las nuevas medidas es bastante mayor que el dinero que se obtendrá de las petroleras.
La nueva ley prevé que los créditos hipotecarios menores a 100.000 dólares se transfieran a pesos argentinos, con la paridad cambiaria anterior a la devaluación, es decir uno a uno con el dólar.
También seguirán esta modalidad los créditos para refacciones de vivienda menores a 30.000 dólares, los préstamos prendarios menores a 15.000 y los personales hasta 10.000.
Pero Duhalde, junto a esta medida que procura proteger a los particulares endeudados del costo de la devaluación, dispuso también que los depósitos bancarios retenidos desde el 3 de diciembre por disposición oficial se devuelvan en la misma moneda en que fueron realizados.
Para llevar a cabo es decisión, los bancos necesitarán asistencia.
El gobierno anunció este jueves un cronograma de devolución en cuotas de los depósitos de ahorristas, que comenzará en marzo con colocaciones menores a 10.000 pesos y finalizará con los plazos fijos superiores a 30.000 dólares, a cuyos propietarios se les reintegrará en 24 cuotas a partir de septiembre de 2003.
Las devoluciones se harán en cuotas, desde cuatro a 24, según los montos, y con un interés de siete por ciento, en el caso de los depósitos en pesos, y de dos por ciento, para dólares.
Por su parte, los titulares de cajas de ahorro salariales, modalidad exigida a empleados y jubilados para transferir sus haberes, podrán extraer hasta 1.500 pesos por mes de una sola vez, mientras que los titulares de cajas de ahorro común podrán extraer hasta 300 pesos por semana hasta completar 1.200 al mes. (FIN/IPS/mv/dm/if ip/01